Alondra de la Parra: «Ser titular de una orquesta es un constante aliciente»
Sobre el podio, Alondra de la Parra, mexicana nacida en Nueva York, es un torrente de energía que, muy a menudo, baila las partituras incluso con arrebato. Cuando está fuera de él, desprende serenidad, aunque su eterna media sonrisa se abre en algunas ocasiones; por ejemplo, cuando cuenta que ha cambiado Berlín por Madrid, una ciudad que le tiene enamorada –«me encanta su cielo»– y donde tiene la posibilidad de llevar a sus hijos al colegio, un hecho para algunos cotidiano pero no tanto para una directora de orquesta como ella, obligada a la vida nómada. Pero Alondra de la Parra es ahora la directora titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (Orcam), a la que quiere, por ahora, dedicar sus mayores esfuerzos. Hoy, en el Auditorio Nacional, ofrece su primer concierto –titulado ‘Raíces’– al frente de estos conjuntos. En los atriles, las dos suites de ‘El sombrero de tres picos’, de Falla;el ‘Concierto de Aranjuez’, de Rodrigo –con Pablo Sáinz Villegas como solista–;y las dos suites de ‘Daphnis et Chloé’, de Ravel.«Esta primera temporada –explica la directora– he querido seguir ciertas líneas en las que yo siempre he trabajado:los ballets propiciados por Diaghilev y la música de principios del siglo XX, sobre todo en Francia; Gershwin… un repertorio muy importante para mí. Brahms y Mahler, naturalmente.De Mozart haremos su ‘Misa en Do menor’, para trabajar con el coro ; es una obra muy importante para mí porque la canté desde niña en el coro y la dirigí a muy temprana edad. Traigo al violinista Gouy Braunstein, que fue concertino de la Filarmónica de Berlín, y a quien admiro muchísimo;al contrabajista Edicson Ruiz, venezolano. La Jorcam va a hacer un programa completamente latinoamericano y estadounidense, haremos ‘El Mesías’ para celebrar el 40º aniversario del coro… Hay mucho, como ve».Además de su temporada de conciertos, la Orcam toca también habitualmente el foso de la Zarzuela. «Le da una versatilidad y una gran capacidad de respuesta. Al trabajar en el foso, la orquesta está siempre contando historias , imaginando la parte escénica de los personajes y las situaciones que ellos ven solo en las partituras». Eso también tiene su reflejo, dice Alondra de la Parra, en las piezas sinfónicas. «Ahora estamos haciendo ‘El sombrero de tres picos’, y no les tengo que explicar gran cosa para que imaginen las escenas, lo conocen perfectamente; se requiere de gran imaginación para lograr realmente decir la partitura, porque tocar las notas es una cosa, pero llevar la fantasía al contar un cuento, una historia, es otra cosa».El primer concierto de Alondra de la Parra incluye dos partituras archiconocidas. «Si son tan populares es por algo. De todos modos yo pienso solo en la música y si tengo algo que aportar con estas obras. ‘El sombrero de tres picos’, por ejemplo, es una obra que me ha encantado siempre hacer en todo el mundo y qué mejor que poderlo hacer en Madrid, y con una orquesta que está muy acostumbrada a este repertorio. Ypara el ‘Concierto de Aranjuez’ pensé primero en el solista, Pablo Sáinz Villegas, con quien fui a la escuela, he hecho giras, hemos grabado un disco… La manera en que Pablo toca el ‘Concierto de Aranjuez’ no tiene igual. Y la obra es hermosísima».Ser titular de una orquesta es, dice la directora, «la situación idónea porque puedo realmente trabajar un sonido, establecer convenciones: así tocamos este tipo de color, así combinamos nuestros sonidos, así nos escuchamos… establecer una cultura de tocar, y eso se hace día a día. Cuando uno viene como director invitado y se va, uno escala una montaña y luego la vuelve a bajar. Éste es un viaje mucho más largo en el se puede llegar a mucha más calidad y profundidad». Y para ella, personalmente, supone «una gran responsabilidad que me motiva y me lleva a buscar hacia dónde puedo ir para crecer. Por ejemplo, he tocado el ‘Concierto de Aranjuez’ veinte veces, pero siempre tengo que buscar algo más; y ser titular de una orquesta es como un constante aliciente, un empuje a estudiar más, a crecer más».Pasión y garboExiste un tópico con respecto a los conjuntos españoles: orquestas, coros, ballets… Yes su pasión. «Cada vez hay menos diferencia, en general, entre las orquestas, hay mucho nivel internacional. La Orcam, por ejemplo, no tiene nada que envidiar a muchas de las orquestas que dirijo en todas partes del mundo. Pero sin duda se siente el carácter español, y eso me gusta: hay pasión, hay garbo, hay temperamento, hay ritmo, y esas son cualidades que para mí son importantísimas, y de las que yo aprendo también y me hacen crecer».Alondra de la Parra estará al frente de la Orcam durante cuatro años, con opción de extender el contrato a seis. ¿Es tiempo suficiente para desarrollar un proyecto? «Es un buen periodo; lo ideal, creo, sería seguir, pero bueno, vamos a ver cómo va… De momento solo tenemos diez programas de temporada;es un buen comienzo pero me gustaría que fueran más. Me encanta, de todos modos, poder trabajar no solo con la orquesta, sino con el coro, el coro de niños, y todas las demás agrupaciones que dependen de la Fundación; se puede hacer un trabajo común con todas que haga ir subiendo su nivel como una gran comunidad. Me encanta esta palabra y lo que significa, y me encanta que esta orquesta sea de la Comunidad de Madrid…».Y es que Madrid, dice, la tiene enamorada. Sigue adelante con sus proyectos, pero «mi enfoque principal va a ser la Orcam, sin duda», asegura;y su base, añade, «es acá. Aquí estoy de planta. Mis hijos ya entraron en el colegio y ya me mudé de Berlín. De Madrid me encantan sus cielos, el amanecer, el clima…». También su actividad cultural. «Me emociona estar aquí, que mis hijos crezcan acá, que hay teatro, ballet, flamenco, orquestas, óperas, zarzuela, música popular, arte visual fantástico, grandes pintores; es una ciudad llena de cultura. España es un país lleno de cultura».