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La incertidumbre sobre el estado de salud físico y mental de Dominique Pelicot , el marido que drogaba a su esposa, para filmar y fotografiar cómo la violaban decenas de hombres, está viciando con sordidez el inicio de su proceso en el Tribunal de Aviñón (Vaucluse).Tras las primeras declaraciones de la esposa violada, Gisèle Pelicot , sus abogados, la defensa del esposo y medio centenares de hombres que participaron en ceremonias sadomasoquistas, debían comenzar los interrogatorios del principal acusado, la semana pasada.Noticia Relacionada estandar No Dominique Pelicot vuelve a ausentarse en el juicio por una infección renal ABCEste lunes, el presidente del Tribunal decidió volver a aplazar los interrogatorios , por tercera vez, hasta el martes, tras escuchar la demanda e informaciones de la abogada defensora del acusado, que sufriría de problema en la próstata, una infección y cálculo renal.Según la abogada del acusado, «nadie ha tratado médicamente esos problemas médicos , que ya se conocían la semana pasada, cuando volvió a ser encarcelado tras la primera suspensión del juicio». El presidente del Tribunal, por su parte, ordenó que un grupo de expertos médicos independientes estudien «en profundidad» a Pelicot, para poder tomar una decisión «definitiva»: reanudar el proceso el miércoles o volver a aplazarlo «una o varias semanas».Estado mental deterioradoLa incertidumbre sobre el estado de salud física de Pelícot se agrava recordando la certidumbre sobre su estado mental, que varios psicólogos y psiquiatras han coincidido en describir de este modo: «Es una doble personalidad, patriarca afectivo, marido respetuoso, con fantasmas sexuales muy tenaces: le gustaba excitarse sexualmente contemplando a su esposa violada por desconocidos , al mismo tiempo podía excitarse de niñas o mujeres dormidas, incluida su propia hija».Constatadas esas inclinaciones, los psicólogos y psiquiatras que han estudiado el caso no desean pronunciarse sobre los problemas de próstata o infecciones renales que también pudiera padecer Pelicot.La presidencia del Tribunal de Aviñón comenzó por proponer que el proceso se realizase a puerta cerrada. La esposa drogada, vendida y ofrecida a varias decenas de desconocidos pidió, por el contrario, un juicio público, dispuesta a afrontar personalmente, a cara descubierta, atroces testimonios y declaraciones.«Tortura diaria»Ante el tercer aplazamiento del caso, Antoine Camus, uno de los abogados de Gisèle Pelicot, declaró a primera hora de la tarde del lunes: «El proceso se ha convertido en una tortura diaria. Sería catastrófico que el proceso terminara por aplazarse para comenzar desde cero, en una fecha desconocida». Otro de los letrados que defiende a la víctima de decenas de violaciones, drogada, Stéphane Babonneau, subraya otro punto sensible del caso: «Los problemas médicos del acusado se conocían desde hacía días. Nadie tomó las medidas necesarias. ¿Por qué? ¿Es normal que el detenido en una cárcel no sea tratado cuando se queja de problemas de salud? Sería escandaloso que el proceso se aplazase mucho tiempo por estas razones».Roger Arata, el presidente del Tribunal de Aviñón, debiera tomar una decisión, provisional o definitiva la mañana del miércoles. El proceso, sin precedentes, comenzó convirtiéndose en un espectáculo de «voyeurismo» a través de las redes sociales. La sucesión de citas judiciales fallidas, con acumulación de informaciones obscenas y siniestras, le está dando una sordidez muy particular y considerable.