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El camino de la pasión del Señor es un recorrido espiritual y físico que representa los últimos momentos de la vida de Cristo, desde su entrada triunfal en Jerusalén hasta su crucifixión y sepultura. Se conmemora especialmente a través de las estaciones del vía crucis, una devoción que sigue los pasos de Cristo en su pasión.Es una invitación a reflexionar sobre el amor sacrificial de Cristo, quien entregó su vida para redimir a la humanidad. Este acto de entrega total nos inspira a afrontar nuestras propias cruces y a buscar la esperanza en medio del sufrimiento. Eso es lo que Marcelino Manzano, al término de un templo repleto de fieles para celebrar la eucaristía eucaristía, indicó a los presentes: una invitación, a través del Señor de las Penas de San Roque, a revivir la pasión de Cristo en el vía crucis . Ha sido el primero del año y preludio de los muchos que tendrán lugar en las próximas semanas.Este culto se llevó a cabo de manera íntima, con el templo en penumbra, iluminado únicamente por la luz de la cera colocada en los retablos y por los cirios de los hermanos que acompañaron al Señor. Aunque el clima no acompañó, fue un acto piadoso, lleno de fe , en el que solo se escuchaban la voz del sacerdote y las notas del órgano. Un momento de profundo recogimiento que demuestra que la creencia sigue viva, recordándonos que este es el principal camino a seguir, pues sin ella nada tendría sentido.El Señor recorrió las naves internas del templo, marcando así la conclusión de sus cultos. La imagen regresó a su lugar habitual de culto, junto a la Virgen de Gracia y Esperanza, San Juan Evangelista y el Santísimo Sacramento. Sevilla entra en el tiempo de la pasión de Cristo.