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Hay resacas que también sientan especialmente bien, sobre todo cuando los protagonistas son aquellos que no participaron plenamente de la fiesta, deseosos de participar del éxito, aunque el foco de la Champions no sea el mismo que el de la Liga. El Barcelona, con tantos suplentes como titulares, no tuvo piedad del Valencia. El partido fue estupendo desde el inicio hasta el descanso, muy diferente al del miércoles en Lisboa, ganado a última hora ante la ira del estadio Da Luz. Ambos tienen a la fecundidad como denominador común, signo de identidad del equipo de Hansi Flick, el personaje que explica el momento del Barça. Los azulgrana se explican por sus goles: ya van 101.

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