Raquel Revuelta: «Simof fue una revolución para la moda flamenca, que antes era sota, caballo y rey»

Empezó en 1994 como incipiente pasarela de moda flamenca. Hoy hay más de 300 medios de comunicación nacionales e internacionales acreditados y la actriz Paz Vega será la madrina. Para hablar de Simof, que este año cumple 30 años, hay que hablar con Raquel Revuelta, su creadora. A unos días del arranque, la empresaria sevillana repasa tres décadas del salón que revolucionó la moda flamenca y puso al sector en el mapa internacional.—¿Cuál es el balance de Simof 30 años después?—Partíamos de un momento concreto de un traje regional andaluz. Todas recordamos los talleres clandestinos que tenían las modistas en sus casas. Es un recuerdo entrañable de la infancia. Íbamos y veíamos el muestrario con diferentes telas de diferentes colores, de popelín y unas tiras bordadas… Era lo que existía: sota, caballo y rey. Diferentes colores y el lunar cambiaba poco. Es verdad que nuestro traje regional es el único que evoluciona, pero esa evolución era lentísima, de diez años en diez años. Recuerdo esos momentos y cómo se origina la Semana Internacional de la Moda Flamenca. —¿Cómo fue?—Éramos tres jóvenes ambiciosos, apasionados de la moda y que llegamos a Andalucía. Yo venía de Madrid de trabajar en moda y televisión y quería vivir en Sevilla, mi tierra. Y nos preguntamos qué podíamos hacer sin hacer competencia a Cibeles o Gaudí. Y empezamos a entusiasmarnos. Desde el minuto uno tuvimos claro que queríamos apuntar a un evento que llegara a ser internacional, algo que tuviera que ver con la moda y con Andalucía.—¿Qué han conseguido?— Hemos conseguido en treinta años esos hitos. Que esa economía sumergida aflorara y se convirtiera en un sector. Que fuera internacional, se han traído misiones comerciales a Simof. Nuestros diseñadores de moda flamenca han exportado. Hemos traído a figuras internacionales como Olivia Palermo o la infanta Elena, que nos ha ayudado a esa internacionalización. Hemos conseguido algo importantísimo que es un logro: que el traje de flamenca se denomine moda flamenca y sea considerado moda. Para que sea moda tiene que haber diseño y tendencia y en el traje de flamenca existe. No nos equivocamos. Lo que hace treinta años inventamos tres personas del sur se ha hecho una realidad y ya podemos hablar de moda flamenca. Y el siguiente paso será la inspiración flamenca.—¿Raquel Revuelta se inventó Simof para volver a Sevilla?—No digo que no fuera uno de los objetivos personales que yo buscaba. Después de mi experiencia, yo aconsejo a mis hijos que abran los ojos y pasen una etapa fuera de Sevilla y de Andalucía. Para aprender, para embriagarse de lo nuevo y de las tendencias. Si pueden salir fuera mejor. Afortunadamente vivimos en uno de los lugares más especiales del mundo. No quiero ser chauvinista, he viajado mucho, pero considero que somos unos privilegiados porque Sevilla reúne una serie de condiciones que nos hace aprovechar la vida al cien por cien. Por eso tanta gente quiere vivir en Sevilla.«Es vital salir de Sevilla para desarrollarse en un futuro en Sevilla. Uno tiene que saber lo que hay fuera»— ¿A los sevillanos que empiezan les recomendaría salir fuera?—Creo que es vital. No solo para los sevillanos que quieren desarrollarse en un futuro en Sevilla. Uno tiene que saber lo que hay fuera, no puede conformarse con lo que ven sus ojos en un tramo corto. En la vida hay que ser ambicioso para poder crecer. Aunque luego haya que conformarse. Siempre tiene que haber un poco de ambición para crecer más.—¿Cómo ha cambiado la moda flamenca en 30 años?—Las posibilidades que tenían nuestros profesionales eran pequeñas. El tejido era normalmente popelin, el tul de las enaguas y los encajes… Eran pocos recursos para hacer que evolucionara el traje. La evolución era a largo plazo y muy sutil. Simof ha supuesto una revolución para la moda flamenca. Arranca con pocos profesionales porque nosotros exigíamos que estuvieran regularizados y eran muy pocos. Pero sí que podíamos contar con nuevos diseñadores. Ellos dieron un impulso fundamental a la moda flamenca y empezaron a introducir diseño, arriesgarse y originar controversia. Había muchos puristas que pusieron el grito en el cielo cuando diseñadores como Juana Martín introdujeron la tela vaquera. Y eso dio la pista al resto de noveles diseñadores. Ella se atrevió y hubo muchos que la siguieron introduciendo nuevos tejidos como la seda o el tafetán. Fue difícil porque tenía que ser un traje de flamenca y no se podía desvirtuar. Se traslada la tendencia a la moda flamenca. Ahí se produjo la revolución. Antes era sota, caballo y rey la moda flamenca y ahora es un universo.—En las pasarelas hay algunas cosas demasiado arriesgadas ¿No le parece que se ven algunos mamarrachos?—Yo no podría calificar de mamarracho ningún traje. El diseñador andaluz hace artesanía y la artesanía hoy es el nuevo lujo. A lo que aspiran todos porque es lo exclusivo y lo diferente. Yo le tengo mucho respeto. Pero puedo comprender que a ciertas mujeres les pueda parecer demasiado extravagante o que se ha cruzado el límite, pero yo no lo veo de esa manera. Hemos dado un paso más: existe la moda flamenca con el traje regional. Pero ahora existe la moda de inspiración flamenca, que es la evolución natural de esa moda flamenca, que la estábamos viendo ya en los desfiles internacionales. «Todos los diseñadores en algún momento puntual se han inspirado en nuestra moda flamenca»—¿A qué se refiere?—Nosotros ya lo hacíamos sin querer en la noche del pescaíto. Íbamos aflamencadas, con un vestido y un mantón o unos pendientes grandes o una flor en la cabeza. Nosotros nos ‘tuneabamos’ para ir aflamencadas. Y de ahí esa inspiración. Todos los diseñadores, en algún momento puntual de su trayectoria, se han inspirado en nuestra moda flamenca y nuestros símbolos y han usado volantes, encajes y lunares. —No es lo mismo el traje que desfila en Simof que el que se ve en la Feria de Sevilla…—En Simof vamos a ver este año probablemente las tendencias. Por ejemplo, se lleva el marrón o las transparencias. Pero luego esa transparencia la acopla para la Feria. Los desfiles son espectáculo y todo es exponencialmente exagerado. Luego esa fantasía se acopla a una moda más realista y más pragmática para la Feria.—¿Le preocupa la economía sumergida?  —Entendiendo que las instituciones deberían dar las ayudas para que pudieran estar regularizadas. El traje de flamenca es estacional, sólo se vende para la Feria. Hay un problema, que al autónomo tienen que salirle los números para desarrollar esa actividad. Las instituciones deben tomárselo en serio. Es un problema que existe. Vamos a darle las herramientas necesarias.—Todos conocemos modistas que copian los trajes de Simof…  —Eso se llama competencia desleal y lamentablemente existe. Presenta Gucci y al día siguiente los trajes están copiados. Esto existe a menor escala en la moda flamenca. Pero el diseñador tiene que entender que se copia porque son referentes. Ahora se vuelve a lo hecho con primor, la artesanía. Estamos volviendo a eso.—¿No se pondría un traje de los chinos?—Yo no. Y sé que eso está ocurriendo. Hago un llamamiento a todos los que consumen esos productos chinos, porque eso no se puede llamar moda flamenca, que piensen que eso va en detrimento del sector.—¿Hay cifras de lo que mueve el sector flamenco?—No hay cifras y para nosotros sería fundamental saberlo. Conocer el peso del sector, una industria. No existe ningún estudio y siempre nos lo preguntan los medios. Las instituciones que van a participar en el congreso que vamos a hacer por los treinta años deberían tomárselo en serio y hablar de las carencias que tenemos.

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