Los conservadores alemanes se abren a pactar con los ultras de AfD un endurecimiento en la política migratoria
A solo cuatro semanas de las elecciones alemanas, un nuevo ataque con cuchillo —perpetrado esta semana por un ciudadano afgano que vivía en un centro de refugiados y que estaba bajo tratamiento psiquiátrico— ha situado de nuevo la cuestión migratoria en el centro del debate electoral. Y amenaza, por primera vez, el cordón sanitario erigido contra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). Al menos, en lo puramente parlamentario; no tanto en la formación del nuevo Gobierno.