Lukebakio F.C.

Siendo mis hijos pequeños, una vez vino a mi pueblo un circo. Desde la carretera, el circo, instalado en el recinto ferial, era apenas una jaima sucia, en torno a las que se esparcían no más de tres autocaravanas. Llevé a mis hijos, y al entrar, la responsable de expender los tiques nos atendió muy sonriente. También el que llevaba el quiosco de las chucherías y las palomitas. Más adentro, un hombre mayor vestido de historiado botones iba recogiendo los tiques, y en el patio de butacas, otra mujer mayor iba sentando a los espectadores. Comenzó el show, y resulta que esas cuatro personas eran las únicas integrantes del circo. La de los tiques hacía equilibrismo y también de clown ; el de las chucherías se manejaba en el trapecio que era un gusto, y la pareja mayor se daba mucha maña con las bicis de una sola rueda. Ellos se lo guisaban y se lo comían todo, cambiando continuamente de rol y de careta. La sensación, al final, resultaba mágica, era puro ilusionismo: solo cuatro gatos eran capaces de montar un espectáculo formidable.En el circo del Sevilla F.C., últimamente, uno asiste para ver solo a un artista. Lukebakio tira las faltas, además de provocarlas. También se encarga de los córners. Cuando tiene que bajar, baja. Asiste de forma constante. Y es el único que nos da goles. De forma que, más que Sevilla F.C., el Sánchez-Pizjuán se está convirtiendo en Lukebakio F.C. Está para todo, y no me extrañaría que, en los minutos previos a los partidos y durante el descanso, ejerza también como utillero. Cuando hay partidos fuera, seguro que también se encarga de conducir el autobús. El gran drama es que Lukebakio no ha conseguido todavía el don de la duplicación. Porque si así fuera, García Pimienta le encargaría tanto tirar los córners como rematarlos. Al final, claro, el belga llega a los minutos últimos de juego absolutamente desfondado, roto, desecho. Pero el día que nos falte, por ejemplo, por una lesión, o por una sobrecarga jodida por forzar tanto la máquina, quién sabe lo que será de este equipo.Porque uno duda realmente de que exista equipo. Cuando la única baza de todo el juego es poner balones a Lukebakio, es razonable que se generen dudas en torno a qué está jugando exactamente este Sevilla. En su enésimo experimento con la pólvora, ayer el entrenador decidió sacar a Peque como delantero. Peque es una especie de Tintín encogido por la lavadora. No recuerdo ni un solo duelo ganado en el partido de ayer. Lo más sorprendente es que el entrenador lo mantuviera hasta más allá del minuto 60 en el campo. Sambi recuerda demasiado a Bambi, y no sólo en la fonética: es como si viéramos a un cándido cervatillo correteando por el centro del campo. Y Saúl es esa mala copia de aquel jugador del mismo nombre que tanto lo petó en el Atleti. De todo el plantel, sólo se salvan, si acaso, el recién llegado Rubén Vargas -ojalá que la lesión sea liviana- y Badé, el único que compartió ocasiones claras de gol con Lukebakio, incluyendo un gol anulado por el VAR, y el artífice del empate.Besó con furia el escudo al marcar, Badé. El escudo de su equipo, el Sevilla F.C. Porque el fútbol va de esto, de equipos. Y la lukebakiodependencia no nos traerá al cabo nada bueno. Ahora que se rumorea una posible visita de los Rolling Stones a Sevilla en su próxima gira, conviene recordar que, por más que lo intentó, Mick Jagger, colíder de la banda británica junto al viejo Keith, jamás triunfó en solitario. Ni siquiera el bueno de ‘Macca’ lo logró al intentarlo en los momentos en que los Beatles disfrutaban de su momento más dulce. El empate de ayer ante un flojísimo Espanyol es preocupante por muchas cosas, pero, por encima de todas ellas, por la sensación de que solo hay un cantante sobre el escenario y nadie que lo acompañe con la música.

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