Cambiar de móvil
Me encantaría orbitar alrededor del curioso planeta de la Fiscalía General porque así cambiaría de telefonillo móvil a menudo . Y supongo que gratis total. A lo mejor, si militase en la categoría de satélite, también obtendría borrados radicales, con lo cual eliminas en un suspiro mensajes impertinentes, indiscretos o, simplemente pelmas. Aunque tampoco sé yo… Tanto cambio de móvil me marearía. Además, algunos todavía nos anclamos en la mala, perniciosa costumbre, de comprar un trasto cuando el otro se rompe y muere. Así sucede con el televisor, la tableta, el celular, el transistor (me encanta la palabra ‘transistor’), la lavadora, el frigorífico (‘frigorífico’ tampoco está mal), el tocadiscos y resto de utillería doméstica.Los aparatos nuevos me causan bastante respeto porque me cuesta entenderlos, destripar sus teclas sofisticadas, sus misterios que en teoría nos ayudan pero a uno le perjudican. Por otra parte, conseguir un móvil de ultimísima generación cada vez que irrumpe en el mercado se me antoja un homenaje al papanatismo, una falta de respeto al prójimo, al estilo, a la elegancia, a la dignidad, a lo que sea. Nunca comprenderé esa gente capaz de chupar cola la noche antes para comprar el último modelo y así disfrutar de un producto fresco que, en realidad, era casi igual que el anterior. El ‘marquetín’ les ha sorbido la sesera y les ha saqueado la personalidad porque ha logrado generarles una angustia lamentable. Necesitan lo último de lo último. Acaso este fenómeno se producía en la Fiscalía General, de ahí que incluso la jefa de prensa de García Ortiz adoptase un nuevo bicho justo en las fechas clave que todos sabemos. Durante una temporada, hace lustros, tuvimos en la planta de arriba unos vecinos muy bulliciosos. Mi padre sacaba la cabeza por el deslunado y les gritaba: «¡Ponga un libro en su vida!». No le hicieron caso y nos mudamos, que mi padre era así. Quizá en la Fiscalía General deberían de poner un poco de independencia en su vida, de ese modo ahorrarían en móviles una pasta gansa.