La actriz Kathy Bates anuncia su retirada: una estrella atípica que cuestionó los cánones de Hollywood

Kathy Bates se retira . La icónica actriz, nacida en Tennessee (EE.UU.) en 1948, pone punto y final a una carrera que empezó tarde y con mal pie, pero que supo recondudir yendo a contracorriente y con decisiones arriesgadas. Su papel en la película de terror ‘Misery’ le valió un Oscar , y sus personajes en ‘Tomates verdes fritos’, ‘Eclipse total’ o ‘Titanic’ la convirtieron en una de las caras más conocidas del cine de los 90. En los últimos años ha triunfado gracias a la televisión, con la serie ‘American Horror Story’.Tras el éxito en su juventud haciendo teatro en Nueva York (nominación al Tony mediante), probó suerte en Los Ángeles, pero al poco tiempo volvió a la costa este. No era suficientemente guapa para Hollywood , según ella. A finales de los 80 volvió a intentarlo, y tras algunos fracasos y papeles muy secundarios, en 1990 llegó el oro con ‘Misery’.Una estrella atípicaAquella película, oscurísima adaptación de la novela homónima de Stephen King, la convirtió en una estrella atípica . Sin tener la belleza ni el físico de sus contemporáneas -Kim Basinger, Sharon Stone, Michelle Pfeiffer-, ni tampoco la juventud de quienes, como ella, comenzaban entonces a despuntar -Bates tenía 42 años, frente a los 19 de Winona Ryder, los 20 de Uma Thurman o los 23 de Julia Roberts- y, además, en un género -el terror- que no provocaba el beneplácito de la crítica ni mucho menos de la Academia. ‘Misery’ logró el hito de romper con el habitual prejuicio de los académicos contra el terror , y Bates terminó alzándose con el Oscar por encima de Anjelica Huston, Julia Roberts, Meryl Streep y Joanne Woodward; una estatuilla que habitualmente iba para las dulces y bellas protagonistas de las grandes producciones dramáticas. De hecho, el único precedente era Ruth Gordon, que en 1968 había ganado como secundaria por ‘La semilla del diablo’. Al año siguiente, en 1991, Jodie Foster logró el premio por ‘El silencio de los corderos’, siguiendo el halo de Bates. No ha vuelto a suceder.Tras ‘Misery’, llegaron unos cuantos éxitos en películas tan populares y generacionales como ‘Tomates verdes fritos’ (1991) o ‘Titanic’ (1997), en la que daba vida a la ‘insumergible Molly Brown’, y logró otra nominación al Oscar por ‘Colores primarios’ (1997). La Academia volvería a acordarse de ella con ‘A propósito de Schmidt’ (2002) y ‘Richard Jewell’ (2019), pero nunca hubo segunda victoria. Kathy Bates en ‘Titanic’ (1997)Con la llegada del nuevo siglo, su carerra entró en terreno pantanoso. A pesar de hacer muchas más películas, el éxito era menor y las críticas no tan generosas. Tras algunos papeles secundarios en largometrajes como ‘Revolutionary Road’ (2008), ‘Un sueño posible’ (2009) o ‘Midnight in Paris’ (2011), se aventuró en la televisión, primero con ‘Harry’s Law’ (2011), con malas cifras de audiencias pero con la que consiguió dos nominaciones al Emmy, y después con ‘American Horror Story’ (2013-2018), en la que volvió a su origen: el terror.Con esta última ganó un premio Emmy -también se llevó otro como estrella invitada en ‘Dos hombres y medio’- y recuperó su estatus de icono del terror para las nuevas generaciones, hacia quienes estaba destinada dicha serie. Ahora, 34 años después de aquel merecido Oscar, Bates cierra una carrera tan atípica como brillante, en la que ha demostrado que el talento nada tiene que ver con la edad, ni la belleza ni el género cinematográfico. Digan lo que digan en Hollywood.

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