La autarquía de Pablo Motos

No hubo alusiones, pero Pablo Motos estaba más serio, casi tenso. Hizo como si no le importara, pero algo debía importarle que David Broncano se sentara por fin a la izquierda porque para quedar por encima, aun teniéndolo todo hecho, decidió mirar a lo más alto, a la realeza. Si La Moncloa iba al cómico, él iba a por La Zarzuela. No se hizo la luz, pero sí la alfombra roja, y entró en ‘El hormiguero’ la más ‘influencer’ de los Borbones, Victoria Federica, a su primera entrevista en televisión, a soplar las velas. Lo hizo como si fuera de uniforme al colegio, con jersey de pico y camisa pero sin gafas de sol, como cuando pidió un café para ‘La casa del dragón’: todo tiene más gracia viéndolo desde la barrera y ahora el juego de tronos ya no iba con ella. «Eres mi cita de cumpleaños, Pablo», le dijo la pequeña de los Marichalar, como para romper el hielo. Se enseñaron las tartas, se confesaron secretos –«Voy a ser completamente sincero», prometió Motos–, hubo algunas sonrisas, pero, uf, no hubo besos. Se comió chocolate, se miró (mucho) la mesa y se superó el mal de toda primera cita: el incómodo silencio. Lo quebraron, porque en la tele el minuto vale oro pero más vale terminar con el aburrimiento, el exceso de adjetivos, como cuando mientes o exageras: que si «brutal», que si «horrible», que si «increíble». Y, por si acaso, algún «súper» en el resto. «He hecho cosas que en la vida pensaba que haría», terminó reconociendo. No aclaró, claro, si entre esas cosas estaba visitar ‘El hormiguero’.La primera concursante de ‘Gran Hermano’ solo se acordó del champú cuando le dijeron que entraba en la casa. Victoria Federica, de ‘El desafío’, recordó, sobre todo, «la espuma por todo el pelo». Noticia Relacionada estandar No Victoria Federica da el salto a la televisión con ‘El Desafío’ Lucía Cabanelas La sobrina de Felipe VI participará en la próxima edición del programa de Antena 3, que se emitirá en unos mesesMotos prometió cambiar de registro, no hacer «las preguntas habituales». Pero terminó cayendo en la inercia. «No sé si tenías la misma elasticidad que las demás». O: «¿Eras buena en clase y mala en el recreo?». Victoria Federica, en su verdadero desafío, sonrió. La entrevista fue como como el peloteo entre de dos principiantes, lenta, torpe. Más blanda que un solomillo bien tierno, pero efectiva pese a todo. Ahora sabemos que a Victoria Federica, además de la moda y las redes sociales, le gustan el reguetón y quitarse costras, pero no el marisco ni la bachata. Ah, y su sueño más íntimo, que haría las delicias de Alaska: «Los santos». Las risas, a carcajadas, llegaron luego, con la tertulia. Petardeo, fotos random y chistes, fuera, por fin, de la lata. No había dinero público, pero en la pólvora se dejó el programa de Antena 3 la chequera: para empezar la temporada, Rafa Nadal, Carolina Marín, Victoria de Marichalar y, en el horizonte, Lamine Yamal, la promesa. La alineación imposible de invitados que se ha sacado Motos de la chistera para las primeras semanas de ‘El hormiguero’ da para ganar un Mundial. O mejor, dejar cualquier revuelta en mero jaleo. De revuelta, a mero jaleoPuede que Pedro Sánchez vaya a gobernar con o sin el apoyo del poder legislativo, pero en la autocracia de Pablo Motos, Monaguillo sigue siendo ‘el feo’, Susi y Piedrahita, los simpáticos. Y Motos, claro,el rey del ‘access prime time’ y, por tanto, del entretenimiento, con sus entrevistas dóciles, su humor blanco y sus regalos a diestro y siniestro. ¿Un coche de Flexicar? No hay nada más democrático que eso.

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