El padre sevillano de Maya: «Aunque muchos de los de Hamás que la mataron estarán muertos, no puedo cerrar el caso»

Eduardo Villalobo , el padre de Maya, la joven sevillano-israelí asesinada en Gaza hace justo un año en el masivo atentado terrorista perpetrado por Hamás, en el que murieron más de 1.500 personas, se encuentra este lunes en Givatayim, ciudad cercana a Tel-Aviv, recordando a su hija con motivo del primer aniversario de su asesinato. A este profesor de Microbiología de la Universidad de Sevilla, le comunicaron la muerte de su hija cuatro días después, en la madrugada del 11 de octubre, tras la confirmación de unos análisis de ADN. Eduardo recuerda el emotivo homenaje que le rindieron sus compañeros en la Facultad de Biología. « Dije unas palabras de agradecimiento y conté algunas cosas sobre Maya y no sé por qué, cuando terminé, les pedí a mis compañeros que me dieran un abrazo. Y estuve allí media hora recibiendo sus abrazos y cada abrazo que recibí, igual que todos los mensajes de apoyo, me quitó un poco de mi dolor. No me quitó todo el dolor porque es algo muy profundo, pero me ayudó mucho«, cuenta a ABC.Un año después, Eduardo confiesa que aún sigue necesitando abrazos de seres queridos y allegados «para seguir quitándome ese dolor». Y recuerda que Maya planeaba venir a la Feria de Abril este año. «Lo que más le gustaba era la Feria y me dijo que este año (2023) se pediría permiso para poder venir con unas amigas. Echo mucho de menos la vida que me he perdido con Maya pero también, y sobre todo, la que ella se ha perdido. Con sus 19 años tenía muchas ganas de vivir«, recuerda.Como Maya murió y no pudo venir, Eduardo quiso ir en Feria a verla este año, pero unos misiles lanzados desde Irán obligaron a cancelar los vuelos. « Me dio mucha pena no poder ir, pero fui en julio, para mi es una necesidad ir al cementerio y poder recordar allí los momentos de felicidad que tuvimos«.Sobre lo que ha pasado en Gaza desde la muerte de su hija hace un año (y sigue pasando), dice que tenemos que ver los dos lados. «A mí me faltaban datos si sólo me quedaba con lo que decía la televisión, pero que Maya estuviera haciendo el servicio militar me genera un gran conflicto porque siento que lo que está pasando ahora en Israel no tiene nada que ver con Maya ni con la persona que era ella. A ella le tocó ese momento vestida de militar y me asusta que alguien pueda asimilar eso con ella. Para mí el sufrimiento de las personas es independiente de que seas palestino o israelí. Y tengo empatía con el sufrimiento ajeno, venga de donde venga«. Eso no impide que quiera saber lo ocurrido con su hija y saber quiénes acabaron con su vida. «Aunque muchos de los que asesinaron a Maya estarán posiblemente muertos, no puedo dar por cerrado el caso. La Guardia Civil me pidió que pusiera la denuncia días después de conocer su muerte para poder investigar y es justo lo que hice. Y me alegro de que eso pasara a la Audiencia Nacional y no se cierre el caso«. Los jueces españoles han pedido informes a Israel para extender la causa no sólo a los autores materiales sino también intelectuales. »Tan culpables son unos como otros. No sé qué pasará con eso pero no podía dejar que se cerrara el caso. Más que por mí como padre, por Maya«.Dice Eduardo que no odia a nadie. «Tengo la suerte de no tener odio y me alegro. Sentir odio me haría sufrir más. ¿Razones? Una está clara, no sé quienes asesinaron a mi hija. Eso es una suerte y no me atormenta no saberlo. Y tampoco siento un odio generalista ni lo voy a sentir. Sé que esto no tiene solución, que nada me devolverá la vida de mi hija. No puedo hacer nada para que vuelva«, dice.Y recuerda este poema, que leyó durante un homenaje a Maya: Puedes llorar porque se ha ido,o puedes sonreír porque ha vivido.Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelvao puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;tu corazón puede estar vacíoporque no lo puedes ver,o puede estar lleno del amorque compartisteis.Puedes llorar, cerrar tu mente,sentir el vacío y dar la espalda,o puedes hacer lo que a ella le gustaría:sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

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