‘Presentes’, de Paco Cerdà: la Falange, posición de firmes

La inmediata posguerra de la Civil que tiñó de sangre y furia los campos de España sigue siendo materia enriquecedora de la literatura española. El año pasado fue ‘Castillos de fuego’, de Ignacio Martínez de Pisón , en su friso de historias fundamentalmente urbanas del Madrid de la Victoria que miraba a derrotados por ella en los años 1939 y siguientes. La de Paco Cerdá no es urbana, y se concentra en once días de noviembre de 1939, los que duró el traslado del ataúd con los restos de José Antonio desde el cementerio de Alicante hasta el Escorial. NOVELA ‘Presentes’ Autor Paco Cerdà Editorial Alfaguara Año 2024 Páginas 321 Precio 20,90 euros 4Y no es posguerra urbana sino más bien rural , porque la comitiva de falangistas que a pie recorrió los 467 kilómetros, discurrió por pueblos y campos de Alicante, Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo y Madrid, hasta el destino. Fueron unas imágenes del NODO las que sirvieron a Cerdá de inspiración primera para que su novela fuera recogiendo historias de destinos humanos, fundamentalmente de comunistas, anarquistas y otros perdedores en impresionante y retórico alarde de fulgor y gloria vencedora. El libro habría sido otro si hubiera recogido también las fechorías perpetradas por milicianos en esos mismos lugares. Únicamente registra y de pasada unas pocas atrocidades contra iglesias, conventos o derechistas. No se ha situado ‘Presentes’ (a diferencia de otras novelas) en un lugar que quiera contemplar la guerra desde dos lados, sino sobre todo desde uno, el de los perdedores, que ven desfilar a los triunfantes falangistas por la España que ya es una y no libre. Se trata de restituir la memoria de atrocidades vividas por campesinos, intelectuales y artistas denominados rojos. Cada historia contada tiene registrada la fuente que ha leído. Se ha documentado bienNo hay reproche en esta constatación porque cada autor elige contar lo que quiere, y por fortuna desde el comienzo Paco Cerdá deja claro que el tono épico y marcial de la bota que desfila es la opresora falangista y franquista y que las historias que quiere recoger son de vencidos. Considero fundamental el apéndice de ‘Fuentes’, que son muchas, se diría que cada historia contada tiene registrada la fuente que ha leído. Por tanto, se ha documentado bien. Algunas eran conocidas, por ser famoso el protagonista de cruel destino, como la de Miguel Hernández , o las excelentes de Miguel de Molina y de Elena Fortún (Encarnación Aragoneses y de Urquijo), otras, las más, son de gentes de las que no habíamos oído hablar. Me servirá la dedicada a Miguel de Molina para hablar del estilo literario, que en este libro es fundamental, porque no es una crónica fría, sino una elaboración estilística con alto empaque retórico en que por ejemplo va filtrando al narrador fragmentos de las coplas del cantaor marica y rojo. O el tono que imprime de marcial desfile y la no menor retórica de montañas nevadas y banderas al viento. Ofrecía el mundo de José Antonio, por su figura misma, materia amplia para ser mito fascista, y actuar de heredero de una estética sublimada que hemos conocido bien por el cine, en las películas de Leni Riefenstha l, y que tuvo detrás a buenos escritores como Ridruejo y Sánchez Mazas en el dibujo de sus contornos estéticos. No puede, ni debe hablarse de ‘Presentes’ como se haría con una narración histórica, o una crónica. Es coral literaria de desfiles en posición de firmes, con ribetes de horizontes preclaros y caras al sol, camisas nuevas, y bellos muchachos como el que ilustra la foto de cubierta elegida en la novela. Republicanos prófugosNo todas las historias son a la orilla del camino, pues elige otras, como las impresionantes de los campos de concentración de Argèles- sur- Mer o las canteras pirenaicas donde los reclusos picaban piedra como mano de obra barata, en esa continuidad que la guerra tuvo para los republicanos prófugos, en la frontera que vio morir a Machado , aquí convocado a través de la historia, de inserción menos justificada, de Pilar de Valderrama, Guiomar. Todo o casi todo se ha escrito ya, y cada vez que lo lees, sobre todo si ocurre que está bien escrita como es el caso, aquella historia antes anónima o esta atrocidad espeluznante impresiona como vez primera, hasta hacerte decir, ¡Dios mío, cómo fue posible que ocurriera , y cómo es posible que siga ocurriendo en lugares otros!

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