El buen relevo
Una organización –sea política o empresarial– demuestra su solidez cuando afronta una etapa de transición. Si ha habido una gestión sensata, con un equipo que comparte tanto la responsabilidad como el protagonismo en las decisiones, el relevo en el liderazgo se encara como un paso natural y como una oportunidad única para evolucionar con el cambio generacional. Así ha sucedido en la patronal Asaja Sevilla, tras más de tres décadas de presidencia de Ricardo Serra. Y el síntoma más evidente de que el trabajo se ha hecho bien es el perfil de la nueva presidenta.Basta con intercambiar unas breves palabras con María Morales para intuir que atesora una combinación explosiva de optimismo y pasión por el campo. En sus inicios profesionales, intentó forjar una gran plataforma española para la comercialización conjunta de cítricos, y aunque ese proyecto no prosperó, le brindó un conocimiento único sobre los mecanismos reales del mercado. Esa experiencia le permitió, posteriormente, promover Citrus Nostrum (integrada por cuarenta socios andaluces y valencianos). Como agricultora, ha liderado la transformación de sus fincas familiares en Villaverde y Lora, una labor que le valió el premio Simón de Rojas Clemente y que es un paradigma de la agricultura tecnificada del siglo XXI, una realidad que muchos «urbanitas» aún desconocen.Su perfil representa a una nueva generación de productores sevillanos. Sin embargo, era necesario que antes comprendiera plenamente la labor que debía asumir en Asaja. El último gran servicio que ha prestado Serra a la organización ha sido facilitar una transición tranquila. Nombró a María Morales como vicepresidenta hace dos años, para que se familiarizara gradualmente con el funcionamiento diario de una organización compleja, que combina la defensa del sector con la prestación de servicios muy diversos. Su sucesora toma así las riendas de un entramado que ya conoce bien.Lo políticamente correcto sería destacar que Morales es la primera mujer en presidir una patronal de tan rancio abolengo como Asaja Sevilla. Sin embargo, en los tiempos que corren, afirmar tal cosa sería restarle mérito, ya que su elección está muy lejos de obedecer a cálculos de cuota, paridad o imagen. María Morales es la nueva presidenta de los agricultores andaluces porque, probablemente, no haya nadie más adecuado en toda la provincia; por eso ha protagonizado este «buen relevo». Su combinación explosiva de pasión y optimismo estará ahora consagrada a la exigencia de una Política Agraria Común más justa, a unas inversiones en infraestructuras hídricas más sensatas… y a la promoción de la imagen real de un sector tan esencial como olvidado por las políticas falsamente ambientalistas.