El ultimátum de Puigdemont al enviado de la Moncloa : «Si Sánchez quiere mis votos, que venga a Waterloo»
Carles Puigdemont está derrotado , y lo sabe. Según fuentes de su entorno, el expresidente de la Generalitat de Cataluña, candidato en las últimas elecciones autonómicas catalanas y prófugo de la Justicia española, siente que «ha perdido tres a cero». «No gobierna en el Ayuntamiento ni en la Diputación de Barcelona y ahora tampoco tiene la Generalitat», aseguran a ABC fuentes del entorno de Puigdemont. A esto se suma una convicción que enraíza con fuerza en Waterloo: se siente engañado por el Gobierno porque la amnistía no le afecta y cree que desde La Moncloa se está tratando de dilatar el proceso tratando de convencer a Cándido Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional , que se lo tome con calma. No obstante, esto no quiere decir que Puigdemont no esté dispuesto a morir matando. Las distintas fuentes consultadas tanto del entorno de Puigdemont como del sector crítico de Junts, su principal problema es que no ha asumido que Salvador Illa haya conseguido ser investido presidente de la Generalitat. «Él estaba convencido de que del mismo modo que sus siete votos en el Congreso hicieron presidente del Gobierno a Sánchez, los votos del PSC deberían haberlo investido a él . Aún no lo ha digerido», añaden. Además, Illa se está reuniendo con todos los expresidentes catalanes, pero con la salvedad de que no estén en política. Dicho de otro modo: con todos excepto con Puigdemont. Y esto, al prófugo, también le molesta. El enfado de Puigdemont es tal que el pasado viernes no quería reunirse con el número tres del PSOE, Santos Cerdán , aunque finalmente accedió. «No quería ni verlo», aseguran a este periódico. No obstante, según diversas fuentes, la reunión fue un «fracaso absoluto» porque Junts exigía una serie de inversiones que el PSOE no estaba dispuesto a aceptar.Noticia Relacionada estandar No Los mimos del Gobierno a Junts provocan recelos en el resto de socios Juan Casillas Bayo ERC y Podemos elevan el tono y recuerdan que sin ellos tampoco habrá presupuestosLa cuestión ahora es saber qué está dispuesto a hacer Puigdemont para doblar el pulso a Sánchez, dado que en Waterloo se dan por rotas las negociaciones. Aquí se abren dos posibilidades. La primera es que Sánchez presente una moción de confianza. «O la presenta, o se acabó», aseguran desde el entorno de Puigdemont, dispuesto a no volver a apoyar al PSOE en el Congreso de los Diputados, lo cual supone, como primera derivada, que los Presupuestos Generales del Estado no saldrían adelante. La segunda es aún más disruptiva y fue expresada por el propio ‘expresident’: «Si Sánchez quiere mis votos, que venga a Waterloo».Esto parece una opción inverosímil , aunque tratándose del presidente del Gobierno y del prófugo catalán tal vez no haya que descartar nada. Eso sí, «a Santos Cerdán lo da por amortizado y ya no le vale con [Félix] Bolaños [ministro de la Presidencia]», añaden. Sentar a PuigdemontLlegados a este punto, y según publicó este miércoles ‘El Nacional’, el objetivo de Sánchez es volver a sentar a Puigdemont en una mesa para tratar de desbloquear la legislatura. Aunque Sánchez haya llegado a verbalizar que se puede gobernar sin el concurso del Legislativo es evidente que lo razonable es contar con una mayoría que le permita gobernar. Otro elemento de tensión que se maneja en Waterloo tiene que ver con los encuentros previos entre PSOE y Junts en Suiza. Tanto Puigdemont como Sánchez saben que existen actas que recogen las conversaciones mantenidas en las primeras reuniones entre los dos partidos políticos en presencia del famoso mediador salvadoreño . Esto, como bien saben en Ferraz, es una amenaza en toda regla.Entretanto, la portavoz de Junts en el Congreso exigió el martes a Sánchez un mayor margen de déficit, exactamente de siete décimas (del 0,1 al 0,8 por ciento), lo que según fuentes conocedoras de las cifras financieras de la Generalitat consultadas supondría un incremento del 2.100 millones de euros, a razón de 300 por décima. «En este momento, la deuda actual de la Generalitat supera los 87.000 millones , el doble del Presupuesto anual del Gobierno autonómico y el 32 por ciento del PIB catalán. ¿Y queremos más déficit?», explican. Dicho todo, hay dos elementos más a tener en cuenta en términos del futuro de la legislatura: los contactos de Junts con el PP son inexistentes, de modo que no hay alternativa. Y las encuestas de unas hipotéticas elecciones generales que se manejan en Junts dibujan un escenario muy similar en lo que tiene que ver con el reparto de los 48 escaños que se disputan en Cataluña: lo que el PSOE y Sumar pierden en el resto de España se recupera en Cataluña, y el PP no despega allí. Junts mejora y ERC sigue bajando.Si estas encuestas fueran ciertas, el escenario probablemente volvería a dejar la gobernabilidad de España en manos de Junts , aunque eso, tal vez, pueda ser más un deseo que una realidad.