Alejo Stivel: «Hay grupos que he producido que se creyeron buenos sólo por vender millones de discos»
Mientras el mundo asiste atónito al terremoto financiero provocado por la lucha sin cuartel por el dominio del sector de la Inteligencia Artificial, Alejo Stivel aporta un poco de humor al asunto levantando la mano para que todos miremos lo que ha hecho con ella: un videoclip en el que él mismo y su colaborador Joaquín Sabina se reencuentran consigo mismos para cantar ‘Yo era un animal’ en formato cuarteto virtual. El último single del ex Tequila ha servido para unir a estos dos figuras veintiséis años después de trabajar juntos en el icónico ’19 días y 500 noches’ (en el que Stivel ejerció de productor), y a la vista de los resultados, se lo han pasado como enanos.-El vídeo queda entre hilarante y escalofriante. ¿Qué le pareció la idea a Sabina?-Esa es exactamente la palabra que iba a emplear, escalofriante. Para Joaquín fue una sorpresa, después de verlo me mandó un mensaje que decía: «Sabía que eras inteligente, pero no que fueras artificial» (risas). Le gustó mucho y el resultado le dejó muy sorprendido. A mí también me ha sorprendido, a mí hasta me da cosa ver el momento en el que me abrazo a mí mismo de joven. Cuando lo estaba rodando abracé a otra persona evidentemente, pero sólo de imaginar estar abrazándome a mí mismo con cuarenta años menos me emocioné.Noticia Relacionada estandar No «Me gustaría hablar con el guionista»: Alejo Stivel, indignado por una prueba de ‘Pasapalabra’ María Robert El equipo del programa ha hecho sudar la gota gorda a los invitados con las canciones que les ha tocado adivinar en ‘La Pista’-Parece que ha medido el ‘timing’ para lanzarlo, en plena vorágine mediática con la IA.-Que haya coincidido con el follón de Deepseek ha sido casualidad, porque está hecho desde hace seis meses. Lo que pasa es que ha sido difícil de gestionar con las altas esferas de la industria, porque aún no tienen todo esto bien asimilado y no saben por dónde tirar. En este caso todo está aprobado por los artistas, Joaquín y yo cantamos, no hay voces artificiales, pero aun así todavía estamos en un momento de limbo legal que ha hecho que nos cueste muchas conversaciones con diferentes estamentos antes de aprobar la salida del vídeo.-O sea que ha constatado que la industria va con pies de plomo con este tema.-Totalmente. Está pasando lo mismo que cuando irrumpió el formato digital. Hasta que se reguló todo, hubo muchas dudas. Yo tengo un amigo que trabaja en Bruselas, en la Comisión Europea que está llevando todos los temas de IA y derechos de autor, y cuando vio el vídeo dijo: «Esto está perfecto, no se infringe ninguna ley». Pero en los directivos de Universal y Sony vieron el proyecto como algo delicado y tuve que ir obteniendo aprobaciones de jefe en jefe, subiendo de escalafón hasta que llegamos arriba del todo y se dio el ok final.«Me resisto a denigrar la escena urbana, pero es que algunos ya ni siquiera hacen programaciones, y usan aparatos que se lo dan todo hecho»-Viendo el videoclip, he constatado que a los dos les une el amor por los gatos. Hace años estuve en casa de Sabina y tenía por los menos seis o siete.-Sí, totalmente, a los dos nos encantan. Él creo que tenía seis, pero ya se fueron muriendo y lamentablemente queda sólo uno, el gran Margarito, que ahora es el rey de la casa. Justo el otro día le comenté a Jimena (la mujer de Sabina) si no iban a coger más, y me dijo que no se puede porque Margarito se sentiría invadido. -¿Cómo cree que la IA afectará al oficio de productor, y al de músico de sesión?-Cuando aparecieron los ordenadores con programación musical, todo el mundo dijo: «Se acabó el trabajo para los músicos». Pero siempre hay gente como yo que prefiere la atmósfera musical que se genera con una banda grabando en directo. Ahora en el mundillo urbano hay productores que ya ni siquiera programan bases musicales, sino que utilizan aparatos que emulan lo que tú quieras y te lo dan todo hecho.-¿Cree que personajes como Bizarrap, que en apariencia han revolucionado la figura del productor, son en realidad ‘menos productores’?-Sí, bueno, todo ha cambiado mucho. Yo me resisto a denigrar lo que está ocurriendo ahora porque así es la historia, las cosas cambian. Quincy Jones y Frank Sinatra grababan con cuarenta músicos en directo y lo hacían en una toma. En la época posterior, ya podíamos grabar las tomas que quisiéramos hasta que quedara perfecto, y Quincy y Frank podían venir y decirnos: «Lo de ahora es menos auténtico».-No sé si a La Oreja de Van Gogh les gustó que revelara que su primer disco no lo grabaron ellos, sino músicos de sesión… De todos los grupos a los que ha producido, ¿ha tenido que hacer lo mismo con algún otro?-Ha habido casos en los que he tenido que sacar de la grabación a un músico concreto, pero así, de tener que quitar todo el grupo entero, no.MÁS INFORMACIÓN Alejo Stivel, productor del debut de La Oreja de Van Gogh, apuesta por el regreso de Amaia y revela que el primer disco «no lo grabaron ellos»-Se cabrearán, supongo.-Sólo se cabrean cuando después de hacer eso, el disco vende millones de copias. Entonces dicen «el cabrón de Alejo no me dejó tocar». Cuando lo hice con La Oreja de Van Gogh ellos estaban presentes en el estudio, dieron visto bueno a todo y aprendieron mucho observando el proceso, divirtiéndose y de buen humor. Pero el problema es que cuando un grupo vende mucho, ya se creen que son buenos. Y entonces se ponen en plan «coño, este tío no me dejó tocar y yo soy bueno».-El ego del debutante, supongo.-Yo mismo voy a ser debutante como solista el próximo mes de marzo, porque va a ser la primera vez que toque con mi banda en una sala de conciertos. Siempre hemos actuado en festivales y en fiestas de pueblos, pero el 13 de marzo será mi primera vez en sala, en el Teatro Barceló de Madrid. Tengo muchas ganas de que vengan a pasarlo bien, porque yo no monto conciertos, monto fiestas.