Un informe desvela diferencias de hasta el 150% en lo que se paga de IBI en grandes ciudades
La carga fiscal por tener una vivienda en propiedad varía de forma abismal según se resida en una u otra ciudad española. La última edición del Panorama de la Fiscalidad Local, que elabora el Registro de Asesores Fiscales (REAF) del Consejo General de Economistas de España, desvela que las diferencias en la cuota del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) que hay que pagar a las haciendas municipales varía más de un 150% para una vivienda de un valor catastral determinado en función de que se viva en una gran capital o en otra.Los casos más extremos son los de Zaragoza o Santander y Girona. Las dos primeras han optado por fijar el tipo de IBI más bajo que permite la ley para sus inmuebles urbanos, el del 0,4%, en tanto que Girona se ha ido a la parte más alta del rango que permite la legislación, fijando un tipo del 1,005% cuando el máximo permitido es del 1,1%. Los resultados de esa elección se observan en la cuota de IBI que tienen que pagar los propietarios de esas ciudades. Según el ejercicio llevado a cabo por el REAF, mientras que en Zaragoza y Santander el pago medio correspondiente a una vivienda con un valor catastral de 100.000 euros (lo que se corresponde con un valor de mercado próximo a los 200.000 euros) es de 400 euros, en Girona por una vivienda de similares características el propietario tiene que abonar 1.005 euros. Una diferencia de más de 600 euros.Lógicamente esta se ensancha según va subiendo el precio de la vivienda, llegando a ser de más de 3.000 euros cada año para viviendas con un valor catastral de 500.000 euros y un valor de mercado próximo al millón de euros.Las diferencias también son significativas en el caso de las mayores ciudades del país. Para una vivienda tipo con un valor catastral de 200.000 euros, en Málaga se pagan 902 euros de cuota anual de IBI; en Madrid esa cuota asciende a 912 euros; en Barcelona ya se va hasta los 1.320 euros; en Sevilla llega a los 1.352 euros; y en Valencia se dispara hasta los 1.446 euros. Las cuotas más altas se pagan en tres de la cuatro capitales catalana, Girona (3.015 euros), Lleida (2.901 euros) y Tarragona (2.859 euros), seguidas de Ciudad Real (2.370 euros).El Impuesto de Bienes Inmuebles es la principal herramienta fiscal de la que disponen los gobiernos municipales para mejorar sus ingresos fiscales o para aliviar la carga fiscal de sus ciudadanos con alguna rebaja impositiva. El informe presentado este miércoles por el REAF atestigua que este impuesto aporta dos de cada tres euros que las corporaciones municipales obtienen de los seis impuestos que les proporcionan recaudación: las tres figuras de aplicación obligatoria, el IBI, el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y el impuesto de circulación (IVTM); y las cuatro cuya aplicación es potestativa de cada ayuntamiento, el Impuesto sobre Construcciones y Obras (ICIO), la plusvalía municipal (IVTNU) y el impuesto sobre gastos suntuarios.En conjunto todos estos impuestos locales supusieron en el año 2023 una carga fiscal extra de 705 euros por habitante, con grandes diferencias entre las grandes ciudades ya que mientras Madrid obtuvo algo más de 1.000 euros por habitantes de sus impuestos locales y Barcelona sacó 978 euros, el ayuntamiento de Pamplona apenas obtuvo 435 euros de sus conciudadanos.Con todo, el análisis del REAF revela también que en el caso concreto del IBI las rebajas fiscales fueron más habituales que las subidas de impuestos en el periodo que va desde 2018 a 2023. La cuota media a pagar por una vivienda con un valor catastral de 100.000 euros se redujo nada menos que 95 euros en Palma de Mallorca o 90 euros en Barcelona en este periodo, mientras que las subidas fueron más puntuales y solo tuvieron una intensidad relevante en Girona, cuyos habitantes pagan cerca de 100 euros de lo que pagaban hace cinco años.