La Justicia no logra sentar en el banquillo al capo del hachís más buscado

Abdellah El Haj Sadek El Membri, alias ‘El Messi del Hachís’ y uno de los principales capos de la droga del Estrecho de Gibraltar, ha dejado sola a su banda para que rinda cuentas ante la justicia. El narco sigue fugado de la justicia y no se sentará en el banquillo de los acusados en el juicio que ha comenzado este lunes en la sección de Algeciras de la Audiencia Provincial de Cádiz. ‘El Messi del Hachís’ es uno de los fugitivos más buscados por la Europol y las Fuerzas de Seguridad de España tras fugarse en 2019 a Marruecos. Quedó en libertad provisional tras pagar una fianza de sólo 80.000 euros y se fugó al asegurar que no podía soportar la vigilancia policial a la que estaba siendo sometido.En el banquillo de los acusados eso sí, se sientan sus lugartenientes y hombres de confianza, así como otros hombres a sus órdenes, para los que la Fiscalía Antidroga pide penas de prisión que superan en total los 350 años por narcotráfico, depósito de armas de guerra, receptación, atentado y lesiones a agentes de la autoridad, así como más de mil millones de euros en multas. Se trata de uno de los clanes de la droga más importantes de Andalucía. De hecho, todo comenzó con ‘El Messi del Hachís’, que repartió la costa del Campo de Gibraltar entre sus lugartenientes, quienes luego se convirtieron en capos de la droga, como ‘El Pantoja’, que está en prisión, y los hermanos Isco y Antonio Tejón, ‘Los Castañitas’.El juicio comenzó ayer con las cuestiones previas. Las defensas pidieron la nulidad de las escuchas telefónicas ordenadas en su día por el juzgado número 4 de Pamplona pero también del escrito de acusación. La presidenta de la Sala decidió reanudarlo este miércoles para analizar los más de 20 tomos que suma la causa. Fue la Udyco Central de la comisaría de la Policía Nacional la que en enero de 2016 tuvo conocimiento de la existencia de un grupo de personas, «constituido con solidez y permanencia en el tiempo», que tenían como finalidad introducir grandes cantidades de hachís procedente de Marruecos por las playas del Campo de Gibraltar. Para ello, la organización hizo uso de embarcaciones dotadas de potentes motores y vehículos todoterreno en los que transportaban la sustancia estupefaciente a los diferentes lugares que tenían preparados como ‘guarderías’ para su posterior distribución. La Policía confirmó así que se trataba una estructura «totalmente jerárquica con diferentes escalones de participación, confirmándose así la existencia de una auténtica organización criminal».La jerarquía de la bandaA la cabeza de la escala jerárquica, ‘El Messi del Hachís’, en situación de rebeldía desde el 5 de abril de 2019 , que según la Fiscalía, es el jefe de toda la logística y ejercía el mando principal dentro de la organización. Entre sus funciones de líder se encargaba de negociar con los proveedores, con quienes transportaban la sustancia, de buscar los lugares que se usaron como almacén y pagar a sus hombres. De él dependían todas las personas que se encargaron de realizar los alijos y ocultar la droga cuando el hachís llegaba a las costas gaditanas.Su «mano derecha» era su hermano, apodado ‘El Rebelde’, que se ayudó a su vez de su persona de máxima confianza, M.A, alias ‘ Houssein’ , que se encargaba de organizar la recogida, el almacenamiento y la distribución del hachís, así como de pagar a los hombres tras los alijos. Era además la primera persona a la que los participantes rendían cuentas cuando finalizaban para comunicarle cualquier incidente.A continuación, y también en el escalón decisorio de la organización , otro de los procesados, M.B., que reclutaba al personal, y A.B., que organizaba a los alijadores y que cuando llegó a España asumió la custodia de la droga durante los primeros días. En el «escalafón delictual», también está M.S.B., que se desplazaba a Marruecos con las órdenes de cerrar los tratos con los proveedores. En este primer escalón de dirección estaba además M.B., alias ‘Karim’. Ya a más bajo nivel, el resto de los acusados de una violenta banda. De hecho, embistieron a un vehículo policial en una persecución. En los registros practicados se les encontró un auténtico arsenal de armas.

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