Una asistente apodada la ‘Ghislaine rubia’ supuestamente reclutaba chicas jóvenes para Al Fayed

La figura del fallecido empresario Mohamed Al Fayed , conocido por su ostentosa riqueza y su vinculación con Harrods, los grandes almacenes londinenses de los que fue dueño, ha cobrado una notoriedad sombría en los últimos días. Y es que ya son más de 150 mujeres las que afirman que fueron víctimas de abusos sexuales y violaciones por parte de este influyente magnate, quien operó en la penumbra de la opulencia durante más de tres décadas. Según una información publicada este lunes por el Daily Mail, Al Fayed contaba además con una ayudante, apodada como la ‘Ghislaine rubia’, quien supuestamente se encargaba de reclutar a chicas jóvenes para satisfacer los oscuros deseos sexuales del empresario. Este apodo evoca a Ghislaine Maxwell , conocida por su relación con el pederasta Jeffrey Epstein y su papel en la captación y abuso de chicas jóvenes . La comparación sugiere que esta mujer compartía un enfoque similar al de Maxwell, utilizando su encanto y estatus para manipular a las víctimas y facilitar el acceso de Al Fayed a ellas.te recomendamos Los 81 años de Julio Iglesias: su música, los amores de su vida y los homenajes a su carrera Daniella Bejarano David Bisbal elige el silencio y la evasión tras los duros ataques de Elena Tablada A.B. BuendíaAsí, esta asistente, una elegante mujer de cabello rubio, frecuentaba las zonas adineradas de Londres al volante de un Porsche. Su misión era seducir a jóvenes atractivas, presentándose como una aliada que podría abrirles las puertas del mundo del lujo y la fama. Con promesas de cócteles en exclusivos locales y contactos en las más altas esferas , tejía una red de confianza sólo para después llevarlas con su jefe, que abusaba entonces de ellas.Una de las jóvenes que compartió su experiencia con MailOnline fue una estudiante de 19 años. Tras establecer un vínculo con esta mujer, fue invitada a un encuentro que la llevó al opulento penthouse de Al Fayed en Park Lane. Durante el trayecto, la joven fue advertida de que podría escuchar comentarios inapropiados, pero fue instada a «seguirle el juego» al millonario. Al llegar a la vivienda, se encontró en una sala adornada con fotos de encuentros con celebridades. Sin embargo, la ilusión se desvaneció cuando se vio sola frente al hombre, entonces de 84 años, cuya propuesta fue clara: a cambio de una generosa asignación mensual y lujosos regalos, debía aceptar mantener relaciones sexuales con él . La joven rechazó la oferta, a lo que Al Fayed respondió dándole su número de teléfono para que lo llamara si cambiaba de opinión. Los relatos de esta joven no son un caso aislado. A medida que más mujeres comienzan a salir del silencio, sus inquietantes historias ocupan las páginas de la prensa local. Algunas han compartido que, después de denunciar los abusos, fueron amenazadas. Un responsable de seguridad de Al Fayed advirtió a una denunciante que podría «tener un accidente» si continuaba con su demanda , una amenaza que ahogó su intento de hacer justicia. Los relatos recopilados no sólo pintan un retrato de abuso sistemático, sino que también revelan un patrón de complicidad institucional. Harrods, como organización, de hecho ha sido acusada de encubrir los delitos de su antiguo propietario.Documental explosivoTras la emisión de un impactante documental de la BBC, el número de denuncias ha crecido exponencialmente, con más de 150. La valentía de estas mujeres está inspirando a otras a contar sus historias, rompiendo el silencio que durante tanto tiempo las mantuvo atrapadas en el miedo . Una de las víctimas, identificada como Natacha, recordó cómo Al Fayed utilizaba tácticas manipuladoras, presentándose como una figura paternal, mientras que en realidad era un depredador.Las denuncias incluyen episodios de agresiones sexuales, violaciones y violencia física que se habrían llevado a cabo en oficinas de Harrods, en el apartamento de Al Fayed y en viajes al extranjero, como en el hotel Ritz de París. Las mujeres afirman que los abusos fueron sistemáticos y que se producían en un ambiente de total impunidad, donde el poder de Al Fayed eclipsaba cualquier intento de denuncia.El contexto en el que se desarrollaron estos abusos es crucial. Durante su tiempo como propietario de Harrods, Al Fayed cultivó una imagen pública de empresario carismático y generoso, pero tras esa fachada se ocultaba un comportamiento depredador y, según las víctimas, «monstruoso». En su entorno, creaba un clima de terror, donde el miedo a perder el empleo y las amenazas veladas se convertían en mecanismos de control.Falsas promesasLa ‘fixer’, quien jugó un papel fundamental en el reclutamiento de mujeres, se valía de su propio éxito y glamour para atraer a sus presas, muchas de las cuales eran jóvenes inexpertas en un mundo que les prometía oportunidades brillantes. Con cada encuentro, las víctimas caían en una trampa diseñada para despojarlas de su dignidad y autonomía. Según la prensa, el empresario organizaba con sus víctimas adolescentes competencias ecuestres porque « le gustaba ver sus cuerpos jóvenes moviéndose arriba y abajo» . Una joven que tenía 15 años cuando trabajaba de mozo de cuadra contó cómo Al-Fayed se sentaba en una carpa frente a su jardín en su finca Barrow Green en Surrey «y nos gritaba que pasáramos corriendo frente a él en los caballos».Las testimonios en la prensa han llevado a un aumento significativo en la cobertura mediática sobre el caso. Los abogados que representan a las víctimas han señalado que la situación está evolucionando rápidamente, probablemente con más testimonios y denuncias en el futuro cercano. Además, se ha mencionado que Harrods podría enfrentarse a importantes repercusiones legales debido a la naturaleza de las acusaciones y la presunta complicidad en los actos de Al Fayed.

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