El Mallorca pone palos en las ruedas del Betis (1-2)
No logró el Betis conectar el famoso ‘tres de tres’ en casa, ni mucho menos, en un partido que se le atragantó enormemente ante un Mallorca muy bien plantado que le puso las cosas muy difíciles no ya encerrándose, como otros enemigos anteriores, sino moviendo el balón y controlando el ritmo del partido en muchos momentos hasta que incluso pudo dar la puntilla en los instantes finales para llevarse el triunfo por 1-2. Podrá decirse que el fútbol es cruel y que el conjunto bético no mereció la derrota, cuestión de perspectivas, pero es evidente que los de Manuel Pellegrini no lograron salir del laberinto en el que los visitantes lo metieron y se fueron diluyendo en su impotencia. Ni siquiera el entrenador estuvo hábil esta vez con los cambios, uno de sus fuertes, y tardó en exceso en realizarlos cuando el choque pedía que salieran antes hombres como el Chimy Ávila, nulos en la faceta ofensiva. Tampoco los que entraron variaron un ápice la decadencia del choque, todo hay que decirlo.Se careció de la fluidez necesaria y se cayó en un excesivo juego al pie en vez de mandarla al espacio, amén de una importante falta de atención en momentos puntuales, lo que aprovechó el enemigo para sujetar muy bien y poder hasta salir a contragolpear con cierta eficiencia y generando inquietud creciente en la zaga local, que no brilló a la altura de los partidos anteriores. Ni siquiera físicamente parece que logró aguantar bien las exigencias del encuentro el cuadro de Heliópolis, que se perdió mucho en la buena maraña roja y negra y en los nervios que generaron no sólo esas cualidades del contrario sino también las erráticas decisiones arbitrales de la primera mitad , cuando mejor estaba. Se le escapó al Betis la posibilidad de dar un salto cualitativo en la clasificación y meterse quintos a un solo punto de la zona Champions, quedándose en mitad de la nada de momento. Lo de las tres victorias seguidas tendrá que esperar.Para plantear el intento de pleno de tres partidos Pellegrini tiró de su once más titular, de nuevo con Lo Celso y Vitor Roque de inicio dejando los costados del ataque para Abde y, esta vez, a Chimy Ávila buscando más desborde por la zona derecha del ataque, bastante roma hasta la fecha. Tampoco el argentino cambió esa tendencia, ya que Mojica se lo comió. Banquillazo a Fornals que se venía intuyendo por su rendimiento, aunque con el Ingeniero bien se puede siempre vestir de la clásica rotación para dosificar, como hizo también con el lateral izquierdo para dar descanso a Perraud, al que tuvo que meter en el tramo final dados los resultados pobres con Ricardo. De una manera u otra, logró el Betis de inicio lo que buscaba, que era darle mucha velocidad al partido para superar la enorme presión bermellona y mover bien el esférico. Se lanzó al ataque imponiendo un ritmo frenético y cuando sólo se llevaban jugados cinco minutos un zurdazo inapelable de Lo Celso desde la frontal del área y fuera del alcance del meta rival colocaba en ventaja a los verdiblancos. Eso sí, respondió al instante el Mallorca, en la jugada siguiente, con un pase largo que Larin bajó perfectamente envuelto por los centrales locales para mover la bola al espacio por el que llegó solo Dani Rodríguez con la única misión de empujarla cruzada al fondo de la red. Visto y no visto .Con dos goles para romper el hielo muy pronto, el partido se colocó en un escenario que no convenía nada a los de la Palmera, con un toma y daca permanente que no les permitía imponer su juego a pesar de haber podido conectar varias acciones de ataque interesantes. En una de ellas, Altimira metió un gran pase a Roque y el tiro del brasileño se fue al pecho de Greif. Los baleares no se amilanaron y con Darder y Navarro dirigiendo bien las contras, generaron más peligro del esperado. Un cabezazo de Samú Costa estuvo a punto de costar el segundo, que sí anotaron después aunque en claro fuera de juego a un rechace de Rui Silva al centro (ay, Rui, ay). Tampoco el árbitro ayudó, precisamente, a que el Betis construyera su fútbol pues permitió muchas faltas visitantes que incluso ‘transformó’ en faltas locales por su escasa pericia y, además, montó un lío tremendo en el minuto 34 al expulsar a Lo Celso levantando la mano con la roja como un resorte cuando ni siquiera había tocado al oponente. Es más, le habían hecho a él falta previa. El VAR advirtió a García Verdura de su error y anuló la expulsión, aunque dejando el regalito de una incomprensible amarilla para el propio Lo Celso y otra de propina para Chimy por protestar la acción inicial.El colegiado acabó sacando del partido y de su propia dinámica a los de Pellegrini, que entre esa coyuntura arbitral, la de las amarillas al descanso y la de un Mallorca bien plantado, estaba en la obligación de revisar su plan y modificar cosas. Con todo, salió en la segunda parte el Betis con los mismos y con la misma actitud ofensiva. Tanta que nada más reiniciarse el juego, de nuevo, un jugadón de Abde fue cantado como gol hasta por Pellegrini. El marroquí se fue hacia la portería rival con un control orientado a pase largo de Bellerín y su disparo cruzado manda el balón a los dos palos hasta acabar saliendo de nuevo al terreno de juego. En ese momento de aluvión, Roque tuvo otra clarísima al culminar una acción de paredes por la derecha con Chimy que acabó deteniendo bien abajo el portero mallorquinista. La fortuna no estaba de cara. Y el ‘Tigriño’ tampoco tiene la puntería del todo fina , esa es la verdad. Pasada la hora, como siempre, Pellegrini movió el banquillo dando sitio a Bakambu y Fornals en ataque en el sitio de Chimy y Roque, además de Perraud en el costado izquierdo. Pero costaba la vida descolocar a un equipo mallorquín bien cosido, con criterio moviendo la pelota (nada que ver con Getafe o Leganés) y que incluso llegaba con peligro mediante Dani Rodríguez y Larin. La mano de Arrasate, un auténtico optimizador de recursos, se nota. Conforme se agotaban los minutos crecía el nerviosismo y la precipitación de los béticos, que no tenían ya la fluidez de la primera parte. Yendo claramente a menos entraron Aitor para suplir a Altimira haciendo esta vez de pivote (sólo le queda ser portero) y Juanmi en el lugar del agotado Abde. La tuvo incluso Aitor en los desesperadas ofensivas finales con un remate cruzado ante el que sacó una espléndida manopla Greif, crecido. Ninguno de los cambios logró variar de forma sensible el panorama y sólo vinieron a refrendar que Lo Celso y Abde estaban demasiado solos . Y que para que el Betis gane tres partidos seguidos tienen que ocurrir cosas muy extraordinarias. Y la noche fue, sencillamente, ordinaria hasta el final. Porque en el descuento, a la salida de un córner mal defendido y mal despejado, Valery encañonó un zurdazo en solitario dentro del área que superó a Rui Silva (nada nuevo) y dictó una cruel sentencia para un Betis que se fue diluyendo en su propia inoperancia. Frenazo en seco a la escalada. Quedan dos partidos esta misma semana para reponerse.