C. Tangana se pasa a la dirección de cine: «Vivimos en un mundo desapasionado en el que nos comparamos con el otro el que le va mejor»
Antón Álvarez se presenta dando la mano desde la distancia y terminará, treinta minutos de entrevista después, certificando una cercanía más propia del técnico de sonido que de un icono de la música. Tiene aires de estrella hollywoodiense con espíritu cañí. Chándal de marca, deportivas de varios cientos y un cadenón al cuello con una virgen de oro. Recibe a ABC sin perder la sonrisa de la cara ni la concentración de la cabeza. Antón Álvarez no hace nada por hacer, ni siquiera cuando esconde su nombre artístico -el omnipresente C. Tangana – del cartel de la película con la que debuta en la dirección y que presenta hoy en el Festival de San Sebastián, ‘La guitarra flamenca de Yerai Cortés’, un documental en el que fija su mirada -su cámara- en la biografía de un guitarrista «respetado por los flamencos y admirado por los modernos». «Me faltan mil cosas por hacer porque soy un ignorante», dice un tipo con tantos nombres como facetas artísticas, de Antón a C.Tangana, Pucho, Crema… -Ha triunfado en otras facetas pero ahora debuta como director de cine… ¿Sufre las inseguridades del novel?-Encuentro muchas cosas que habría hecho distintas, muchísimas. Es que he aprendido a hacer películas haciendo esta, y como las películas son un ensamblaje tan complejo, con tanta gente trabajando… Pero aún así me parece que es una pieza muy sólida y estoy tremendamente orgulloso, igual o más que cuando hice ‘El Madrileño’. Noticia Relacionada estandar Si C. Tangana: «Me siento desconectado de la música de ahora. No entiendo lo que hacen los chavales» Fernando Muñoz El artista que ni «canta ni afina» pone fin al exitoso recorrido de ‘El madrileño’ con el documental ‘Esta ambición desmedida’, que estrena ahora en cines-¿Qué ha aprendido para la vida? -A ser más humilde respecto a lo que yo pensaba de mí mismo, sobre todo de mi inteligencia emocional. Pensaba que tenía todo esto muy controlado, pero meterte en la vida de otras personas, que encima son amigos, como Yerai o sus padres… Adquieres un compromiso que te hace cambiar. Ahora soy más responsable emocionalmente. También me ha reforzado la confianza que tengo en mi intuición. Ha habido momentos en los que estaba en el barro, al año y medio desde que empezamos con la peli, y me decía que qué estoy haciendo si yo no sé hacer películas, hacia dónde estamos yendo… pero sé que sigo mi intuición el final del camino siempre merece la pena.-Imagine que hay un chaval ahí en Puerta del Ángel que se hace llamar Crema y que hace rap… Si se pone en su piel, ¿sueña con ir a San Sebastián, con lanzar un disco que ha sonado en todo el mundo…?-Hay muchas cosas que en ese momento no podía ni desearlas porque no las entendía. Pero yo ya de pequeño era ambicioso. Por ejemplo, vino un escritor a mi cole, el San Viator, a presentar un libro y aunque era la primera vez que veía a un escritor en mi vida, me acerqué a él y le dije: «Me llamo Pucho y yo también soy escritor». Ahí ya me había creado una identidad de algo que no sabes ni lo que es; y con 16 años todo eso ya estaba construido. Ir a San Sebastián o el reconocimiento que ha tenido ‘El Madrileño’… todo eso es algo que ahora agradezco mucho pero de lo que me enteré más tarde.- Esa «ambición desmedida» ha sido seña de identidad en su vida… -La ambición fundamental es tener algo que me apasione. Hay una ambición constante por ponerme en un nuevo lugar y hacer algo que no haya hecho antes y mantenerme emocionado. Mi mayor miedo es perder la pasión, que algún día no me apetezca hacer cosas. Si pierdo la curiosidad sería el único momento de mi vida en el que diría que he fracasado estrepitosamente.-¿No ha tenido ningún bache de decir: «ya he demostrado que esto lo sé hacer, igual estaba más tranquilo en casa con los colegas»?-Sí que hay veces que quiero estar más tranquilo. Tengo mucho esta conversación con mis colegas de siempre, que me dicen que no todos quieren ser artistas, que hay gente que quiere ser funcionaria. Me parece perfecto, yo digo que al menos has de tener pasión por algo, y no tiene que ser algo gigante, puede ser cocinar en tu casa, coser, no tiene que ser creativo ni enseñarlo al mundo, pero al menos levantarte con ganas de hacerlo. Esto antes pasaba de forma natural porque la gente se apasiona por su propio oficio. Ahora vivimos en un mundo desapasionado en el que nos comparamos con otro al que le va mejor. No hay nada mejor que ver a alguien hacer algo bien, con pasión, eso da gusto a todo el mundo. -La película empieza con una introducción en la que se dirige directamente al espectador. ¿No sintió la tentación de decir, mira, voy a esconder un rato a C. Tangana tras de la cámara?-Yo quería aparecer porque quería dejar claro que era mi mirada. También era como una especie de cargo de conciencia. Mi prima dice: «Pucho es la persona más manipuladora que conozco y que conoceré». Lo dice con todo el amor del mundo y con ironía, pero hay algo de esto en mi forma de ser y sobre todo en mi forma de crear. Me daba miedo meterme en la vida de personas a las que quiero y no ser justo con ellos ni con el espectador, y una forma de estar tranquilo era ponerme delante y que todo el mundo viera que yo estaba ahí porque los temas a tratar eran cosas complicados. -Si en el mundo del rap, para labrarse una fama desde abajo, hay que tirarle ‘beef’ a otros más populares, ¿ahora que debuta en el cine se plantea ‘desafiar’ a veteranos?-Sería divertido sin duda… No se me ocurre a quién pero sería divertido. Es verdad que la canción tiene una cosa que es fugaz, como un poema, pero las películas se tardan mucho en hacer… No sé si me duraría el calentón como para poder estar enfadado tres años con alguien. La guitarra flamenca de Yerai Cortés-¿El cine es un salto a la madurez?-Es una cosa que recomiendo hacer, aunque debes empezar antes de lo que he empezado yo, sobre todo a formarte. Siempre echo de menos la etapa de formación en las cosas que hago porque genera mucho estrés aprender así, con esta inseguridad que tengo de no dominar las técnicas. Pero todo lo hago así, es mi forma. -Ha cantado esto muchas veces eso de «los he metido a todos en el underground». ¿En el cine está en el ‘underground’ o debuta con la presión de tener muchos ojos encima?-Siempre he tenido cierta presión de hacer algo que mereciese mucho la pena. Cuando era un chaval e íbamos a Suena Gordo, en Plaza Elíptica, en el sótano pusimos un micro y un ordenador. Nunca tuve la sensación de que nos juntamos unos colegas y a lo que salga: sabía que éramos unos matados y que nadie nos escuchaba, pero escribía con la sensación de que estaba cumpliendo mi sino. Por eso no tengo miedo a las miradas; de hecho, me gusta el riesgo y las utilizo para hacer cosas más arriesgadas. Por ejemplo, esta película sobre el papel no se podía hacer: si le pides a un productor la financiación de lo que ha costado y le escribes de qué va, te dice que es una majarada. Y es un poco una majarada, pero el resultado final es una peli bonita, emocionante, accesible…. -¿Ese sino del que hablabas es el que te ha sacado del ‘unferground’?-Puede ser. No sé en qué lugar estoy, en realidad. Si lo piensas sobre una escala de quién tiene más éxito, yo puedo ser una puta mierda, siempre hay artistas más famosos. No estoy entre los 150 artistas más escuchados del mundo; siempre hay un lugar al que acudir. Cuando [Roberto] Bolaño escribe 15 novelas antes de que le publiquen, él está luchando por el sino y su éxito trascendental no depende de que él haya conseguido publicar. Todo lo que he hecho no ha sido pensando en que me vea más gente, sino pensando en lo que más me emociona y apasiona, si no no tengo la energía para trabajar todo lo que hay que trabajar. Pero la misión del artista es generar el símbolo más fuerte. Si como artista no tienes una intención comunicativa, eres un espejo, no haces nada.-Pero sigue empujando para llegar más arriba, más lejos, más fuerte…-Sí, sí, lo que pasa es que hubo un momento de mi vida en que éxito era igual a exposición. Ahora mismo no lo es tanto. No pretendo lograr el éxito de ‘Torrente 5’ con una película sobre Yerai, otra cosa que para mí, el éxito ahora mismo sea formar parte de una productora, rodar nuestras propias películas raras de cojones… Eso es mi ‘Torrente 5’. Igual que antes lo fue lograr que la música urbana se dejase de considerar como cosas de ‘ninis’. Eso era un objetivo claro y cuantificable: yo quería estar en Los 40. También te digo que todo se ve muy bien cuando ya te han salido un poco bien las cosas. Cuando curraba por 5,40 euros la hora tenía otras necesidades que cubrir antes.Noticia Relacionada estandar No C. Tangana: «No sé qué tipo de director voy a ser, pero voy a intentar rodar un documental sobre mi artista favorito» Nacho Serrano El artista madrileño ha presentado su documental ‘Esta ambición desmedida’ en el Festival de Cine de San Sebastián-¿Qué viene ahora?-Pues escribir un guión maravilloso.-¿Ficción? -Sí, quiero escribir guiones, quiero terminar de aprender esa parte para poder hacer mis películas de ficción. Me faltan mil cosas por hacer porque soy un ignorante, pero entre esas cosas el siguiente paso es escribir mis películas para luego poder dirigir.-¿Y la música?-No lo sé, la verdad, no tengo plan.-¿No tiene plan? -Llevo dos años sin entrar al estudio; no hay nada previsto de momento. -¿No le apetece?-Sí que me pica. Pero bueno, llegará cuando tenga que llegar.