Antonio Fornés, el filósofo que quiere viajar al espacio para distanciarse del mundo
Antonio Fornés es un peregrino en todas partes , y con esa frase de Petrarca («sum peregrinus ubique») corona su perfil de WhatsApp. Pero ese sentimiento de extrañeza y ciudadanía global para este hospitalense doctor en Filosofía, licenciado en Humanidades y diplomado en Ciencias Religiosas, es totalmente compatible con la defensa de nuestra civilización, «porque es la que nos conforma y por eso no podemos renunciar a ella, ya que si borramos el pasado ¿qué nos queda?». Así lo ha señalado este jueves el escritor horas antes de recibir el XIX Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes por el libro «Corazón ligero», que distribuirá en las librerías el próximo enero la editorial RBA y que en diciembre ya estará en todas las habitaciones de los hoteles de la compañía del Grupo Hotusa en los principales destinos de España, Europa, América Latina y Estados Unidos.En la gala de entrega del premio, el escritor y periodista Sergio Vila-Sanjuán, que actuó de conductor, preguntó a Fornés si le gustaría viajar al espacio, ahora que hay empresas que ya lo hacen, a lo que respondió que «si pudiera económicamente, claro que sí lo haría porque para un filósofo es importante distanciarse del mundo ». En su discurso, recordó cuando siendo un niño de La Torrassa «soñaba con los viajes mientras miraba fascinado aquel Informe Semanal televisivo en blanco y negro que me descubría que existían Haile Selassie y Etiopía, el obispo Makarios y Chipre, o que en Estambul, si uno tiene el dinero suficiente, puede comprar, incluso, un elefante blanco. Es decir, fue el conocimiento, a través de algo tan simple como un programa de televisión el que me impulsó a viajar». En un almuerzo con periodistas previo a la gala, el escritor reconoció que de los viajes que ha realizado por 75 países del mundo, el que más le marcó, con diferencia, fue Etiopía, donde transitó por caminos sin asfaltar, se encaramó a iglesias en la cima de montañas a las que sólo podían acceder hombres y subiendo con una cuerda. Allí fue en busca de la leyenda del arca de la alianza custodiada en Axum en ese país de emperadores y reyes, como la reina de Saba, presunta amante del rey hebreo Salomón, lo que podría explicar la leyenda del arca de la alianza etíope.También en Etiopía Fornés relata la curiosa experiencia de alimentar a hienas salvajes , después de que su guía se lo propusiera saliendo del lugar donde dormían: «clavó un corte de carne en un palo y me dijo que estirara el brazo; de pronto, empezaron a aparecer puntos amarillos brillando y se acercaron las hienas a comer de nuestras manos». Acaricia la idea de volver a viajar a Irak, donde ya visitó el norte, pero ahora el filósofo quiere ir a Bagdad atraído por el inmenso patrimonio que atesora la capital de la cultura de Mesopotamia, de gran influencia en el viejo mundo.La risa, compañera del viajeEn otro momento de su discurso, Fornés subrayó que «viajar ha de ser conocer, pero sobre todo reconocer, es decir, disfrutar de aquello de lo que ya se sabe algo, de aquello de lo que conocemos, aunque sea someramente, su trascendencia. Pues en realidad, quien viaja, como diría el maestro Javier Reverte, camina hacia la eternidad en una búsqueda incansable del tiempo detenido». En ese sentido, sostiene que «viajar sin saber nada del lugar al que nos dirigimos es rebajar el viaje a una pura experiencia lúdica, como la de quien pasa un día en un parque de atracciones . Lo cual no excluye por supuesto que viajar, sea en su propia esencia, algo profundamente divertido. De hecho, la risa suele ser una de las compañías habituales del viajero».Sobre la industria de la felicidad y el sueño de la humanidad que supone el turismo, Fornés defiende la democratización de los viajes «que han dejado de ser un privilegio de ricos» y reivindica la comodidad «siempre que se pueda» , alejada de esa idea de la búsqueda de «lo auténtico» cuando resulta no ser representativo de la cultura de los países visitados. En relación a la actual salud de la filosofía, Fornés lamenta que «se ha perdido el respeto por la cultura en general y de la filosofía en particular». Y recuerda que tras las grandes revoluciones de la historia, como la francesa, «hubo pensadores de la Ilustración, y también tras la revolución bolchevique estaba el pensamiento de Marx y otros, pero ahora solo hay el vacío, la nada». Y concluye: «ya no queremos ser gobernados, solo ser conducidos al pasto», porque, entre otras cosas, «el problema de la modernidad es el vacío de la trascendencia y seguir como si no pasara nada» .50 originales presentadosSobre los viajes, el galardonado con el Premio Eurostars, que este año ha recibido un total de 150 originales, un 50 por ciento más que en la anterior edición, lo que le consolida como uno de premios más destacados en su género literario», recomendó disfrutarlos tres veces: en la preparación mientras el viajero se documenta, en el recorrido y posteriormente en la asimilación de lo vivido. «Hay que intentar que la vida tenga un mínimo de densidad para que no sea un mero parque de atracciones», subraya. El presidente del jurado, Alfredo Conde, premio Nadal y premio nacional de Narrativa, junto a la escritora y académica de la Lengua, Carme Riera y Ana Sanjurjo, directora general de proyectos hoteleros de Grupo Hotusa, además de Sergi Siendones, editor de RBA Libros, todos miembros del jurado, aeñalaron que cualquiera de los 5 finalistas del premio pudo haberlo ganado, «dada la elevada calidad literaria de las obras presentadas». La ganadora, «Corazón ligero» no es un típico libro de viajes, sino una obra divertida, escéptica e irónica que explora diversos lugares desde una perspectiva filosófica . En lugar de centrarse en detalles turísticos habituales, el autor reflexiona sobre temas humanos profundos. Viajar y filosofar de forma amenaCada capítulo del libro está dedicado a un país (Kurdistán iraquí, Irán, Etiopía, India, Namibia, China, Nepal, Libia, Azerbaiyán, Japón…) donde, el autor explica algunas de sus experiencias en su visita y, además, aborda cuestiones trascendentales, como la muerte, los prejuicios, la globalización y la aculturación. Fornés invita al lector a ver más allá de lo evidente, utilizando los viajes como vehículo para la reflexión filosófica . A través de anécdotas curiosas y filosofía accesible, busca entretener al lector mientras lo anima a convertirse en un viajero reflexivo. En esencia, es una obra que transforma el viaje en una exploración tanto del mundo exterior como del interior.Para Fornés, «viajar y filosofar es parecido porque parte de la admiración de que el mundo exista». El libro está escrito con ironía y repleto de anécdotas, de modo que «no es La Metafísica y la Teoría del Conocimiento, de Platón», porque lo he escrito con chascarrillos y situaciones críticas». Por ejemplo, en Azerbaiyán viajó en verano y se sorprendió al ver que en los restaurantes había mantas porque el aire acondicionado en aquel país lo ponen a tope porque «es de mal tono no pasar frío , lo que me invitó a escribir sobre la sostenibilidad en una tierra productora de petróleo». Y concluye que «viajar es mucho, muchísimo más que un desplazamiento. Debe convertirse -agrega- en algo transformador, que nos haga diferentes de cómo éramos antes de emprender cada uno de nuestros viajes, y no hay nada más radicalmente transformador (y revolucionario) que aprender». Al hilo de esa reflexión, el galardonado apostilló que «el auténtico viajero, invariablemente, debe caminar en dos direcciones, la que conduce geográficamente hacia su punto de destino y otra, mucho más importante, que transita hacia el interior de sí mismo» .Compromiso con la culturaLa ceremonia de entrega del galardón tuvo lugar en la noche del jueves, en las instalaciones de la terraza del Eurostars Gran Marina Hotel 5* GL, y ha contado con la presencia de personalidades del ámbito cultural, artístico y empresarial de Barcelona. Durante el acto, Amancio López, presidente de Grupo Hotusa, quiso agradecer la asistencia de todos los presentes con especial mención a RBA Libros y la Universidad de Barcelona, entidades que colaboran y hacen posible año tras año el Premio Eurostars Hotels de Narrativa de Viajes, así como la de Sergio Vila-Sanjuán, director del suplemento cultural de La Vanguardia y maestro de ceremonias. López destacó en su intervención que el premio, del que se celebra la decimonovena edición, «reafirma el compromiso de Eurostars Hotel Company con la cultura, consolidándose como un referente en la literatura de viajes. Nuestra filosofía corporativa -añadió´impulsa proyectos artístico-culturales que conectan nuestros hoteles con la historia y tradiciones de las ciudades donde estamos presentes, y este seguirá siendo nuestro compromiso». Por su parte, el ganador del premio mostró su agradecimiento a la compañía y, durante su intervención, destacó la profunda conexión entre viajar y filosofar, realzando ambos procesos llevan a la admiración y la reflexión personal: «Viajar y filosofar son, en el fondo, dos caras de la misma moneda. Al fin y al cabo, Aristóteles afirmó que los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración». En su discurso, Fornés reflexionó sobre la superficialidad de los viajes en la actualidad «que se han convertido en una pura experiencia consumista, perfectamente intrascendente y falta de toda densidad«, y abogó por la necesidad de un turismo que nos aporte valor para nuestro interior: «El viaje debe convertirse en algo transformador, que nos haga diferentes de cómo éramos antes de emprender cada uno de nuestros viajes.«Sexto libro de FornésAntonio Fornés Murciano, nacido en L’Hospitalet de Llobregat en 1968, ha publicado cinco libros hasta el momento: Las preguntas son respuestas, Reiníciate, Viaje a la sabiduría, Creo y ¿Son demócratas las abejas? Junto a J.A. Vila. También ha colaborado en diversos programas de Radio Nacional, Radio Clásica y Ràdio 4. En el almuerzo con periodistas previo a la gala, Fornés recordó una curiosa anécdota de cuando, de joven, encontró trabajo en el sector farmacéutico. En la entrevista de selección, el empresario le comentó que tenía un curriculum muy curioso y le preguntó por qué quería trabajar con ellos, a lo que el filósofo le respondió con total sinceridad: «la verdad es que me hubiera gustado más dedicarme a estudiar las herejías medievales» . Tras ser seleccionado, en la primera reunión que mantuvo junto a otros directivos de la empresa, el directivo le presentó como «un especialista en orgías medievales».