Sevilla, quién te ha visto y…

La Giralda de El Arrebato no va a estar orgullosa hoy de ver a su equipo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Protesta que se anuncia masiva contra el Consejo antes del partido contra el Getafe, presidencia con el estigma del desplome económico del club, guerra accionarial, cuerpo social dividido, equipo bajo mínimos en el césped, entrenador que ya no se acuerda de cuándo ganó su último partido y afición refugiada en los éxitos del pasado o esperanzada en un milagro futuro porque el presente la deprime.La publicación por parte de la Liga Profesional de los límites salariales de los clubes en la temporada recién iniciada no ha hecho sino añadir gasolina a un fuego de grandes proporciones que amenaza con devastar el coliseo sevillista. Por mucho que algunos intenten blanquear los estragos de tesorería haciendo uso de la ingeniería financiera, lo cierto es que no hay un euro que permita revertir la situación. Convengamos que la calderilla que permitirá gastar Tebas tendría más posibilidades de rentabilizarse comprando lotería que gastándoselo en invierno en cualquiera de los ‘sin casa’ que llegan en pateras cibernéticas y a oleadas al despacho del director deportivo.De nada van a servir los gritos y pañoladas que antaño destronaban a los reyerzuelos de guardarropía. Entonces mandaba la afición y hoy sólo las acciones. Tontos serían aquellos que las detentan de regalarle los derechos políticos al enemigo y poner a cero el valor de sus títulos. La única esperanza es que se devalúen tanto que les impela a vender. Sólo habría que poner línea roja a los depredadores y abrir la tercera vía de un grupo inversor solvente que recondujera la situación. Por sevillismo.Mientras, recen para que García Pimienta y sus chicos encuentren el camino para emigrar, como las ballenas jorobadas, de las aguas frías a las cálidas de la clasificación en los próximos tres compromisos del calendario. Adaptar el modelo de juego a lo que se tiene no sería mala idea, por mucho que pusiera aún más en evidencia a quien decidió construir la casa empezando por el tejado.

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