¿Cuánto tiempo tarda Newey en hacer un coche campeón en la F1?
Un dilema recurrente inunda cualquier programación anual en las escuderías de Fórmula 1. ¿En qué gastar el dinero, un ingeniero primer espada o un piloto de campanillas? Hay pilotos que, sobre todo en los equipos de segunda fila, aterrizan con un filón de millones en la cartera: los patrocinadores pagan a las escuadras por incluir a su deportista. No sucede lo mismo con los ingenieros, la mayoría aeronáuticos, que pueblan el universo de la Fórmula 1. Los muy cotizados perciben salarios en millones de euros. Los galácticos como Adrian Newey cobran más que la mayoría de los pilotos. Aston Martin ha realizado un desembolso superlativo por el todavía ingeniero de Red Bull (36 millones, según la BBC) en espera de que su costumbre se perpetúe. En sus más de 30 temporadas en la F1, ha necesitado un periodo de dos o tres años para crear un coche campeón.El diseñador estrella es una excepción en la masa salarial de la F1. Los equipos tienen que manejar un límite de presupuesto anual de 145 millones, en el que quedan al margen los sueldos de los pilotos y los jefes de equipo, entre otras variables. Lawrence Stroll, el propietario de Aston Martin, se inventó una idea para esquivar ese fair play financiero: metió a Newey en el accionariado de la empresa como parte del método de pago.Noticias Relacionadas estandar No fórmula 1 Alguersuari y De la Rosa desentrañan los métodos del gurú Adrian Newey José Carlos Carabias estandar No Fórmula 1 Alonso se ilusiona con Newey: «Somos el equipo del futuro» José Carlos CarabiasLos ingenieros en la F1 proceden la mayoría de una universidad, Cranfield, que se encuentra en la milla de oro de este deporte, las inmediaciones de Milton Keynes y el circuito de Silverstone donde están buena parte de las fábricas de las escuderías. Funciona luego el boca a boca para la contratación de los ideólogos de la técnica y la estrategia. Y a partir, los sueldos.Según el portal de empleo Glassdoor, una plataforma que combina la búsqueda de trabajo con una comunidad que ofrece información de valor sobre la empresas, los ingenieros de la F1 cobran entre 80.000 y 200.000 euros, dependiendo del nivel del equipo y de su cotización en este ‘gran hermano’ del automovilismo. Cada piloto puede tener hasta 12 ingenieros trabajando para él en un gran premio, más el personal conectado en remoto desde las fábricas. La experiencia y el nivel de rendimiento de los coches son los factores más valorados para pagar más o menos a un ingeniero de F1. Los mecánicos se mueven en un rango entre 45.000 y 80.000 euros .«La Fórmula 1 es un equipo, como en el fútbol y podríamos decir que el piloto es el goleador. Todos trabajamos para él –explica Luis Pérez Sala, el único español que ha sido jefe de una escudería (HRT)–. No creo que sea más importante fichar a un gran ingeniero por delante de un piloto. Tiene que funcionar como un conjunto. Cuando hay mucha igualdad, puede marcar la diferencia tanto el piloto como el ingeniero de diseño».Adrian Newey siempre fue determinante en sus 35 años en la F1, desde que se estrenó en 1988 con el equipo March. En 1990 recaló en una escudería puntera, Williams, que ya había sido campeona del mundo en 1980, 81, 86 y 87. En la factoría de Grove, el ingeniero británico tardó dos años en pergeñar un bólido campeón. Las hemerotecas recuerdan las bondades del Williams FW14B en 1992, al mando de Nigel Mansell y Ricardo Patrese. Mansell ganó nueve de 16 carreras y se hizo con el título seguido por su compañero, el italiano Patrese, a quien dobló en la puntuación.De entrada WilliamsFue un periodo de gobierno para Williams, el mejor coche de la parrilla se impuso cuatro temporadas más (1993, 94, 96 y 97) con la salvedad de 1995, año en el que un joven Michael Schumacher logró su primer Mundial en un Bennetton liderado en las oficinas por Flavio Briatore . En siete campañas, el coche diseñado por Newey logró 61 triunfos. Desde 1997 hasta hoy (27 años), la escudería Williams ha conseguido 11 victorias.El diseñador británico cambió en 1997 a McLaren y la escudería de Woking solo tuvo que espera un año para recoger los frutos del ingeniero del lápiz y la libreta. Campeón en 1998 con el finlandés Mika Hakkinen. Para entonces ya perfilaba su peculiar estilo. En el profuso mundo de la vanguardia tecnológica y el inicio de la trazabilidad digital él no se separaba de una libreta destinada a escribir anotaciones, ideas y bocetos. Un artista del carboncillo en el reino de la sofisticación.Con McLaren ganó otro Mundial (Hakkinen, 1999) antes de la irrupción triunfal de Ferrari con Schumacher, Todt y Brawn que arrasaron durante un lustro. McLaren fue el rival de Ferrari con los coches de Newey y su filosofía de diseño a todo o nada. «Si te pasas de conservador, no vas a ningún lado», ha dicho más de una vez. En 2005, con Alonso campeón, Raikkonen conducía en un alambre que siempre disfrutan los pilotos: aquel coche ganaba o se rompía, pero no quedaba en tierra de nadie.Su penúltimo trayecto le ha llevado a Red Bull, una marca que ha transportado al infinito desde que fue reclutado por Chris Horner en 2006. Un equipo que parecía anecdótico se transformó en un gigante que comenzó a cosechar victorias en 2009 ( la primera de Vettel en China ) y títulos (aquella desdichada carrera de Abu Dabi 2010 que privó a Fernando Alonso del campeonato y coronó a Vettel). El piloto alemán conquistó tres títulos más. Llegó luego la era híbrida que potenciaba los motores y entronizó a Mercedes y Hamilton. Cuando volvió el reglamento aerodinámico, la especialidad de Newey, Verstappen se agenció tres títulos con Red Bull.«Y ahora un piloto (Alonso) ha impulsado a un genio (Newey) a un nuevo desafío», resume Luis Pérez Sala.