A falta de inspiración, Alcaraz sobrevive a tirones
Algo debe tener este Botic Vande Zadschulp, recuérdese: el mismo que derribó al propio Carlos Alcaraz hace unos meses en la segunda ronda del US Open, el que dictó el final de la carrera de Rafael Nadal. No hay título alguno en su currículo y es el 84º del mundo, aparentemente uno más del pelotón, pero algo debe esconder ese proceder tan serio y tan recto que, por una razón u otra, se atraganta. El caso es que el murciano volvía a la pista tras el paso fallido por Australia y debutaba en el marco de Róterdam, y esta primera aparición se tradujo en una noche de larga aspereza: 7-6(3), 3-6 y 6-1 (tras 2h 34m). A tirones y cuesta arriba la mayor parte del tiempo, sufrió de lo lindo, pero al final venció. Lo mejor y lo peor estuvo en su raqueta. Gana tiempo en un contexto, a cubierto y dura, que no admite la duda. En cualquier caso, este jueves se medirá con Felix Auger-Aliassime o Andrea Vavassori.