El eficaz y sencillo truco de un profesor para que un alumno pase de no estudiar nada a esforzarse
Fernando Alberca, Doctor en Pedagogía, Ciencias Sociales y Jurídicas, aseguró durante la presentación de su último libro en Madrid, ‘La magia del esfuerzo’ , que respecto a este tema nos han confundido «porque parece que el esfuerzo es el precio que hay que pagar para conseguir un objetivo. Y no tiene nada que ver con esto. El esfuerzo es un tesoro en sí mismo, y de él depende nuestro papel para asegurarnos un protagonismo que nos lleva a la felicidad y la satisfacción». Explicó que hay momentos clave en este proceso: planificación del esfuerzo, la ejecución, que es lo más importante, y la evaluación de lo realizado. «Cuando se empieza el esfuerzo es importante tener en cuenta cómo se prepara ese cambio desde la pasividad a la acción y la disposición que mostramos. Por ejemplo, ante el estudio de una pregunta de un libro a muchos adolescentes les ha servido cuando le aconsejamos »tú te sientas y te dices esto: me lo voy a aprender«, porque lo que suelen hacer es resoplar mientras se dicen »esto no hay quien se lo aprenda…«. La disposición es muy importante porque si piensa que se lo va a aprender, aunque no le guste nada el tema, una buena actitud hace que el primer paso sea más llano para entrar en la mecánica de pasar de no estudiar a intentarlo». También hay un momento clave que es persistir. Alberca asegura que la falta de concentración se produce actualmente a los 18 segundos, cuando en los años 80 era a los 20 minutos. «Cuando, tras estudiar un primer párrafo el joven se muestre cansado es un momento clave en el que debe recordar el motivo por el que está estudiando y la persona que más se va a a beneficiar de ese aprendizaje. Si piensa en la cara que va a poner su madre cuando realiza ese esfuerzo, le merecerá la pena. Pero ojo -advierte-, si la madre solo se muestra feliz cuando obtiene una nota de un 9, es que no valora el esfuerzo de su hijo, sino la nota. La gente no hace esfuerzos porque no ha aprendido a disfrutar de los esfuerzos. Creen que el esfuerzo es algo malo porque sus padres y profesores no lo han valorado, aunque sea pequeño. Es un error. Es importante decirles »lo que has hecho, a lo mejor no sirve para aprobar porque el esfuerzo ha sido pequeño, o a destiempo, pero ha sido un esfuerzo, y eso no se pierde nunca, aunque sea un cero la nota final«. Noticias relacionadas estandar No «Que los peques piensen por sí mismos» Educadora ambiental Así es la profesora que da clases en un bosque escuela Ana I. Martínez estandar Si Miedo a darles responsabilidades «Al retrasar la autonomía de nuestros hijos dañamos su autoestima» Laura PeraitaPara Fernando Alberca los padres se equivocan mucho cuando dicen a sus hijos ‘te decimos que estudies porque es bueno para ti, para tu porvenir…’, porque, en realidad, el adolescente piensa ‘pues si es por mí, yo llevo bien lo de no estudiar, si es por mí no hace falta’. Es decir, un niño que estudia por él mismo es egocéntrico. La razón más natural para estudiar, para ducharse cuando toca, hacer algo difícil… es por cariño a su madre. Y también es importante tener un momento de duda: ‘¿merece la pena estudiar?’ porque le hace reflexionar que si aprueba este examen y hace media de notas puede aprobar toda la asignatura, o, por el contrario, que si no estudia, suspende. Ese es el momento de tomar una decisión«.El broche final para este experto es acabar bien el proceso de esfuerzo. «Es muy importante no acabar, sino acabar bien. Es como el atleta que al final del esfuerzo, cuando ve la meta, da un empujón a su esfuerzo porque ve que se le acaba la oportunidad de mejorar y porque siente alivio porque percibe que el esfuerzo ya va a durar poco porque llega al final de su objetivo. Es una táctica que hay que mecanizar para que resulte más sencilla». MÁS INFORMACIÓN noticia No El instituto que ayuda a superar el fracaso escolar y alcanzar el éxito personal noticia Si Miguel Ángel Martínez-González: «Los móviles son una licuadora del cerebro» noticia No Los niños españoles, los que más tiempo ‘queman’ en redes sociales frente a franceses, ingleses, australianos…Explica, además, que lo negativo del esfuerzo es inferior a lo positivo de conseguirlo porque lograr lo que perseguimos supone una gran satisfacción. «Hay que transmitir a los pequeños y jóvenes que se convierten en héroes haciendo un esfuerzo. Cuando un niño hace su cama entra en el grupo de los héroes porque la gente, normalmente, no hace la cama porque no es necesario, ya vendrá otro y la hará. En el esfuerzo, no importa tanto lo que se hace, sino quién lo hace; es decir, quién hace la cama es el que sale beneficiado, no la cama. Y los educadores o los padres nos equivocamos cuando decimos ‘hay que hacer la cama, hay que poner la mesa…’, puesto que la clave es quién lo realiza. Lo importante no es que se hagan las cosas en un hogar, que haya orden, porque a veces parece que los progenitores quieren más el orden o una buena nota de un examen que a un hijo. Se confunden».