El Barça se despega de un bronco Alavés
A las órdenes del paradójico José Luis Munuera Montero el Barça saltó al terreno felicitando el Año Nuevo chino y con Tec en la portería. El propio Fick lo confirmó oficialmente como portero titular del equipo. Horario extravagante, entrada corta. Mereció la pena saltarse el almuerzo dominical sólo por la jugada inicial de Lamine Yamal , que dejó sentado a medio Alavés para asistir a Raphinha pero el brasileño no pudo coronar con un gol el alto honor con que había sido ofrendado. En el minuto 9, Gavi y Conechny se dieron un tremendo golpe en la cabeza. Conechny fue retirado en llitera, visiblemente aturdido, con un collarín, y aunque Gavi se levantó y quiso continuar, entre el médico y Flick le convencieron de que no estaba en condiciones. Carlos Martín y Fermín entraron por los caídos. El partido tenía las interrupciones que quería el Alavés y el ritmo que no quería el Barça y las mejores ocasiones eran visitantes. El Barça tenía más el balón pero en su campo y el Alavés se defendía sin ninguna dificultad. Extraña sensación tras el incidente de las cabezas. El partido parecía como de ficción y el público tampoco es que animara demasiado. Una cierta sensación de irrealidad, de frialdad y de distancia. El Barça intentaba tener ataques más pausados pero el Alavés estaba atento y no dejaba que las jugadas de su rival fluyeran. Flick, muy quejoso con el árbitro, vestía un fino jersey gris. El Barça se impacientaba, se precipitaba, tenía una ansia insana por terminar las jugadas y eso perjudicaba la calidad de sus ataques. El portero Tec hacía malabarismos en cada salida que nos llevaban a preguntarnos el por qué de su titularidad en detrimento de un Iñaki Peña que, sin ser gran cosa, resultaba más solvente en el juego con los pies. Era signo del desconcierto azulgrana que Lewandowski sólo hubiera intervenido tres veces durante la primera media hora. Muy quejoso Lamine Yamal cada vez que sus compañeros no le pasaban el balón. Este chico las pide todas. El Barça quería ritmo pero el Alavés conseguía que no lo tuviera. Juego enredado, marrullero, interrupciones constantes, incidentes, accidentes, fueras de juego y codazos. No había manera de que pasara un minuto sin que hubiera una interrupción por algo feo e incluso desagradable. Es verdad que el Alavés estaba más interesado que el Barça en esta dinámica, pero también lo era que los golpes, sobre todo los más violentos, procedían del equipo local. Araujo vio la amarilla por uno de ellos. Pedri en el 42 fue el autor del primer disparo de su equipo entre los tres palos: bonita jugada, disparo de recurso final al haberse quedado sin más opciones. Leve mejoría pero insuficiente del equipo en los minutos de añadidura. Demasiada aceleración, demasiada motivación. Falta de fluidez, poca fortuna en las aventuras individuales. Al Barça cuando rema a contracorriente le cuesta ser preciso. Normalmente, cuando el partido se encalla, Flick cambia a Casadó por Frenkie de Jong . Otro cambio que se intuía era el de Araujo, amonestado pero sobre todo muy lento, por Éric García. Son los cambios que efectivamente hizo el técnico alemán tras el descanso y dieron su resultado porque el Barça empezó a recuperar balones en el último tercio del campo. Constante ataque y gol local, asfixiante y difícil de soportar para un Alavés encerrado. Flick animaba a lis suyos a más. Un centro de Lamine Yamal lo remató de cabeza Lewandowski pero se le fue por milímetros. A la siguiente no falló y aprovechó un disparo rebotado de Lamine Yamal para abrir una tarde que se había puesto complicada. Noticia Relacionada Fútbol reportaje Si Los secretos tras La Masía 2.0 Sergi Font La irrupción constante de grandes talentos en el primer equipo del Barça denota el excelente funcionamiento de la fábrica culéEl Barça se lanzó a sentenciar y parecía cuestión de minutos que llegara el segundo. Ferran entró por Raphinha, que de la manera más estúpida se ganó una tarjeta amarilla por protestar al cuarto árbitro cuando ya había salido del campo. El Alavés no se rendía pero parecía poco probable que lograra su propósito de empatar.Entre la eficacia de los cambios de Flick, sobre todo los dos primeros, y los infinitos detalles de calidad de un Lamine Yamal ‘superestar’, al que lo único que se le puede reprochar es su impaciencia por desbordar en cada jugada, el Barcelona aseguró la victoria contra el Alavés y recortó distancias con el Real Madrid tras su derrota en Cornellá. Tarde fea en Montjuic, resulta con compromiso y profesionalidad.