El descarrilamiento de los bonos de Renfe en la ruta más usada: “La culpa es de todos los políticos, no han pensado en los currelas”
Cada mañana se parece a la anterior en las estaciones de tren de Valladolid y de Segovia. Resignación, maletines, cafés, americanas, cascos, libros o gloriosas cabezadas en posiciones imposibles a 200 kilómetros por hora. Rematar informes, correos electrónicos, reuniones virtuales o ver amanecer por la ventana antes de llegar la oficina. Un clásico de cada mañana multiplicado desde que el Gobierno, tras la pandemia y con apoyo parcial de las comunidades autónomas, abarató notablemente el precio de la alta velocidad. Un descuento del 50% en el precio del recorrido Valladolid-Segovia-Madrid se convirtió en el trayecto subvencionado más demandado de España para miles de ‘neomadrileños’ que hacen cada día este viaje por motivos laborales. La congelación de las ayudas al transporte tras la derrota parlamentaria del Gobierno esta semana amenaza gravemente el bolsillo de los muchos usuarios que hacen cada día este trayecto.