Alfonso Guerra: «Con los Machado se creó una metáfora de que representaban a las dos Españas, pero jamás estuvieron enfrentados»

Alfonso Guerra (Sevilla, 1940) comenzó a amar la poesía de Antonio Machado a la edad de 14 años cuando un profesor de Literatura les habló en sus clases de un hombre que era «bueno en el buen sentido de la palabra». Desde entonces, el poeta ha estado muy presente en su vida y sus versos nunca le han abandonado. Hace algo más de un año y medio asumió un enorme desafío, ser comisario de una exposición en la que por primera vez se mostrarán al público los legados unidos de Antonio y Manuel Machado procedentes de los fondos de la Fundación Unicaja y de la Real Academia Burgense de Historia y Bellas Artes , respectivamente. El resultado ha sido ‘Los Machado. Retrato de familia’ , una muestra que reúne más de 200 piezas y que ha sido posible gracias a estas dos instituciones, además del decisivo papel jugado por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras , de la que Guerra es académico numerario y que dirige Pablo Gutiérrez-Alviz . El Rey Felipe VI inaugurará la exposición este lunes en un espacio que se ha recuperado para albergar grandes eventos culturales de la ciudad, la Fábrica de Artillería de Sevilla, y luego hará una itinerancia por Burgos y Madrid a lo largo de 2025. —Esta exposición se ha hecho en un tiempo récord de algo más de año y medio y es resultado del esfuerzo de más de cincuenta instituciones y personas particulares, destacando especialmente la Fundación Unicaja y las academias de Buenas letras y la Burgense.—Efectivamente. Lo más destacado es que la exposición reunirá unos fondos muy importantes que nunca se habían visto en su conjunto. Algunos ni siquiera se han visto nunca. La oportunidad de esta muestra es que reunimos los dos grandes fondos, los que tuvieron la familia de la parte de Antonio y los que pertenecieron a la familia de la parte de Manuel y de su secretario, José María Zugazaga. Será un hito porque ver delante de tus ojos documentos como el borrador que usó Antonio Machado para escribir su célebre poema ‘El crimen fue en Granada’, dedicado a Federico García Lorca, va a producir una emoción tremenda. Hablamos del papel y la tinta que empleó el poeta. Y así tenemos muchos originales de los dos hermanos, de su padre (Antonio Machado y Álvarez ‘Demófilo’) y de su abuelo (Antonio Machado Núñez). Expondremos también los originales de unas pequeñas biografías que Antonio dedicó a su padre y a su abuelo. En fin, que todo va a ser muy emotivo. —¿Qué impresiones se va a llevar el visitante que recorra la exposición? —Sin duda, todo el mundo que venga se quedará impactado. Habrá visitantes de dos clases: el que vaya a dar un paseo para disfrutar de la belleza de la exposición, que se ha organizado en un ambiente de paz y serenidad, y el visitante que querrá enterarse de todo y que estará más de dos horas recorriéndola. Además, habrá una gran sorpresa. Yo concebí hace tiempo una idea que ahora he tenido la oportunidad de concretar. Antonio Machado inventó más de treinta poetas apócrifos. Él creó una conversación entre Jorge Meneses y Juan de Mairena hablando sobre la lírica. Meneses decía: «La lírica se ha terminado. Los poetas ya no van a trabajar». Y entonces hablaba de que había inventado la máquina de trovar, que hacía poesía. Nosotros vamos a reproducir la discusión de ambos poetas, pero es que la máquina de trovar va a estar allí hecha realidad. El visitante se podrá acercar a esa máquina vetusta creada por Meneses y que hemos completado nosotros. Entonces, con sólo decirle unas palabras, este artilugio hará un soneto y, dándole a un botón, el que quiera se lo podrá llevar a su casa. Ese soneto estará hecho únicamente con las palabras que emplearon los Machado en sus versos gracias al uso de la inteligencia artificial. Pero es que Antonio Machado se adelantó ochenta años a la invención de la inteligencia artificial con su máquina de trovar. Sólo por eso merece la pena darse un paseo por la exposición. —¿Qué piezas cree que van a sorprender más?—La exposición está llena de belleza. Habrá muchas fotografías, cartas originales (la correspondencia de los hermanos y cartas que estos se escribieron con otros intelectuales de la época como Ortega y Gasset o Juan Ramón Jiménez) y poemas originales. También se podrán ver muchos objetos originales que seguro encantarán al visitante, como la pitillera de Manuel Machado y los cigarrillos que este usaba de la marca Abadie. También se podrá ver el tintero y el monóculo de Manuel o el abrecartas de Antonio Machado, un objeto precioso e histórico porque ya no se abren cartas pues apenas se escriben. —¿Cree que la exposición ayudará a derribar el mito de las dos Españas, que se avivó durante décadas con un supuesto desencuentro ideológico entre Antonio y Manuel Machado?—Sí. Se creó una metáfora sobre el hecho de que los dos hermanos, Manuel y Antonio, representaban a las dos Españas enfrentadas. La exposición va a demostrar con toda claridad que estos dos hermanos jamás estuvieron enfrentados. Vamos a poner las cosas que dijeron los unos y los otros. Antonio Machado dijo que la pena más profunda que tenía era estar separado de su hermano. Él era un hombre modesto y decía que, a la vista de lo que estaba cayendo sobre el pecho de los españoles, esa pena podría parecer una cosa pequeña, pero para él era «lo más profundo y lo más importante». En medio de la Guerra Civil ellos estaban totalmente unidos, lo que pasa es que una guerra interna lo descompone todo. Cuando se levantó una parte del ejército, Antonio estaba en Madrid y su hermano en Burgos, que enseguida va a ser cuartel general de los sublevados. ¿Por qué estaba Manuel en Burgos? Porque había ido a visitar a su cuñada Carmen, que era monja y estaba en un convento. Manuel y su esposa, Eulalia, iban todos los años a Burgos a pasar con ella el día del Carmen, que era su nombre. Por eso estaban allí el 16 de julio de 1936. Curiosamente, Antonio el día anterior había advertido a su hermano de que no fuera a Burgos porque «están las cosas muy feas». Pero Manuel quiso ir por Eulalia. Llegó el alzamiento nacional y el 19 de julio por la mañana fue a la estación para salir de allí, pero ya no había trenes y se tuvo que quedar en Burgos. La periodista francesa Blanche Messis le hizo una entrevista para la revista Comoedia y le preguntó que qué hacía en Burgos y Machado le contestó que no se podía marchar. Eso lo interpretó un corresponsal de ABC en París como una desafección al nuevo sistema, por eso lo meten en la cárcel unos días. Su mujer se mueve, llega Pemán y dice que hay que sacarlo. Manuel sale muy asustado de la cárcel y empieza a escribir algunos poemas de exaltación del nuevo régimen. Eso hizo que los españoles pensaran que los hermanos estaban enfrentados, pero no es verdad. Manuel ingresa en la Real Academia Española en 1938 con un discurso sobre él mismo y no sobre otro autor como era habitual, porque lo que quería era decir lo que sentía, y lo hizo con mucha destreza. Eso molesta mucho al público. Además, cita varias veces a su hermano Antonio, que era un proscrito. Cita también a Verlaine y a Baudelaire. La respuesta que le hace José María Pemán, que teóricamente era del odio del nuevo académico, es un poco crítica y habla de «este amigo de los poetas cabareteros», que era típico de la época. Pero Antonio y Manuel Machado nunca estuvieron enfrentados. Si esta exposición tiene algún mensaje concreto es que la reconciliación se da desde el primer instante en los dos hermanos porque nunca dejaron de estar unidos. —Lo peor fue el uso tergiversado de los poemas, ¿no es cierto?—Unos y otros empezaron a utilizar los poemas de los Machado, pero estos eran hombres muy democráticos y los dos eran republicanos. Antonio decía que si la República hubiera llegado con un golpe de fuerza de cualquier tipo, él hubiera sido antirrepublicano. Él decía: «Yo soy de lo que diga por votación el pueblo». Eso es lo más democrático que se puede ser. Ha habido siempre una cierta utilización porque se procura juzgar sin atender los valores literarios, sino los valores circunstanciales. Hay que recuperar el valor literario de Antonio y Manuel. Este último ha estado eclipsado durante mucho tiempo. La poesía de Antonio ha sufrido vaivenes: fue exaltada cuando el realismo histórico y la poesía social, pero luego cuando llegan los novísimos se cree menos en él desde el punto de vista literario, pero se sigue considerando el apóstol digno que defendió sus ideas hasta el final. Ahora parece que las cosas han vuelto a su sitio porque se valora más lo literario que lo circunstancial. —Felipe Benítez Reyes, un gran defensor de la obra de Manuel Machado, dice que es muy fácil juzgar su actitud desde el presente, pero que habría que haber estado en sus circunstancias para entender por qué actuó así.—Claro, hay que ver cómo cada uno hubiera actuado en la situación de Manuel. Y sabemos que el miedo es libre porque se incardina donde quiere y como quiere. Hoy día tenemos más perspectiva para darnos cuenta de que es un gran poeta. La exposición se basa en tres pilares. El primero es que no estamos hablando de un gran poeta y de un poeta menor, sino de dos grandes poetas. Uno ha estado muy eclipsado por razones no literarias. La segunda cuestión es que estos dos grandes poetas han surgido de una familia extraordinaria y en la exposición nos retrotraemos a su familia. Estudiamos a su abuelo Antonio Machado Núñez; a su abuela Cipriana y al padre, Demófilo, porque todos son grandes personajes y van a crear a dos personas de una enorme cultura y humanidad. Y en tercer lugar, hay que tener en cuenta que son muy diferentes como poetas, por lo que yo tuve la idea de que lo primero que tenga el espectador que vaya a la exposición sea una descripción del uno y del otro. ¿Qué descripción hacer para no ser sectario? Pues la mejor: lo que dice Antonio de Antonio mismo y lo que dice Manuel de él mismo. Por eso hemos colocado al principio los dos ‘autorretratos’ -ambos publicados en El Liberal en 1908- para que el visitante lo lea y diga con quién se identifica más. Son dos poetas muy buenos pero muy diferentes. Uno más trascendente y otro con una escritura muy fácil y rápida. Manuel tuvo una cierta crisis y le dijo a su hermano que iba a dejar de escribir poesía porque le reconoció a Antonio que la poesía que este hacía era intemporal, mientras que la suya tenía fecha. Antonio le dijo que se equivocaba porque «toda la poesía que sea buena es intemporal, y la tuya es buena». Se entendían muy bien. —Usted ha trabajado en estos meses codo con codo con las coordinadores de la muestra: Belén Castillo, académica de la Burgense, y Eva Díaz Pérez, académica de Buenas Letras. ¿Cómo ha sido la experiencia?—Belén ha sido coordinadora para la exposición en lo referente a los materiales de Burgos y Eva ha coordinado el conjunto. Estoy muy contento con lo que han hecho ambas. Y luego nos ha ayudado un estudio de diseño, Tannhauser Estudio, una empresa muy buena que cuenta con un gran equipo de personas encabezado por Antonio Fernández Torres y en el que también destacan Jero Núñez, Jesús Martín y otras personas fantásticas. Yo tenía la idea, pero ellos me han ayudado a materializarla. —¿Qué papel ha jugado en esta gran exposición el director de la Academia Sevillana de Buenas Letras, Pablo Gutiérrez-Alviz?—Es un poco el creador del proyecto. En este despacho en el que estamos de Buenas Letras estaban sentados Pablo Gutiérrez-Alviz y el director de la Academia Burgense, René Payo. Este último tenía la idea de exponer en una nuestra Academia de Buenas Letras algo del material que tenían ellos de Manuel. Entonces, Pablo sugirió la idea de fundir ambos fondos, los de la Burgense y los de Unicaja. Me llamaron a mí pensando que soy sabio en estos temas, cuando no soy más que un modesto lector, y ya pusimos en marcha esto. La primera entrevista fue en enero de 2023, es decir, que hemos logrado organizar una exposición de esta categoría en poco más de un año y medio, cuando normalmente se suele hacer en tres o cuatro años.—¿Qué piensa sobre el tema de que algunos consideren que Antonio Machado pasó a ser un poeta castellano?—En esta exposición el visitante se va a encontrar con unos poemas que derriban algunos mitos. Muchos estudiosos vienen diciendo desde hace tiempo que Antonio Machado pasó a ser un poeta castellano y que ya no era un poeta andaluz, además de haberse olvidado de Sevilla. Pero eso no es verdad. Hay un documento que ha pasado desapercibido para muchos estudiosos. Cuando Antonio obtiene la cátedra de Soria escribe una carta a Rubén Darío en la que le cuenta que estaba en dicha ciudad como profesor de francés. Pero también le decía que iba a salir una plaza en Madrid y que él quería ir a ganarla para permutarla por la plaza de Sevilla. Su proyecto de vida era ir a vivir a Sevilla. ¿Por qué no lo hizo?, porque encontró a Leonor. Pero ella murió muy pronto y se fue a Baeza, volviendo a Andalucía. Luego eso es un mito que no es verdad. Para colmo, en 2023 se descubrió un poema, ‘Las viejas de Castilla’, donde por cierto no aparecen las viejas por ninguna parte. En ese texto habla de sus preferencias por los yermos de Castilla respecto de las floridas vegas de Córdoba y Sevilla. Pero por detrás él corrige ese poema y vemos la mecánica de escritura del poeta. Y cada vez pone más cerca los yermos de Castilla con las vegas floridas de Córdoba y Sevilla, hasta que donde ponía «más prefiero» o «me gusta más», quita el adverbio más y lo cambia por los adverbios tan o tanto. Eso demuestra que Machado estaba muy vinculado a Andalucía y a Sevilla.Tumba de Antonio Machado en el cementerio de Collioure EFE/Ballesteros «La tumba de Antonio Machado en Collioure es la tumba de un gran poeta y algo más, es la historia viva de nuestro país» Uno de los temas que siempre han estado rodeados de polémica en torno a la figura de Antonio Machado es el debate sobre el posible traslado de los restos mortales de su tumba, que se halla en la localidad francesa de Collioure. Respecto a este tema, Alfonso Guerra tiene una postura muy clara. «Soy un fervoroso partidario de dejar a Antonio Machado donde está. Podría estar estupendamente en Sevilla, Madrid, Soria o Segovia, cualquiera de estos sitios serían magníficos. Una de las últimas voluntades que manifestó por carta su hermano José fue que, en caso de que volviera algún día, sería a Madrid. Imaginemos que va a Madrid. La tumba de Antonio Machado en Madrid sería la tumba de un gran poeta. Pero en Collioure es la tumba de un gran poeta y algo más, es la historia viva de nuestro país, de la gente que se vio obligada por la sinrazón y por los enfrentamientos a salir de España. El propio Antonio predijo poco antes de salir que moriría si iba otro país que no fuera ‘la atormentada tierra de España’. Salió el 27 de enero y el 22 de febrero murió, por lo que hablamos de una profecía cumplida. Allí hay además hay una peregrinación continua. Ningún día del año faltan flores frescas. Aquí sería muy importante que estuviera, pero allí es lo mismo de importante y algo más. Por tanto, que esté allí forma parte de la historia». El comisario de la exposición ha ido en numerosas ocasiones a Collioure a rendir culto a Machado. «Cuando más emoción sentí fue el 2 de noviembre de 1975. Pasé la frontera clandestinamente sin pasaporte para ir al homenaje que se le rendía a Antonio Machado. Estando allí en la tumba me dijeron que iba a haber dos oradores: uno sería Marcel Bataillon, un gran hispanista al que José le había encargado ser el albacea de la tumba, y el otro sería yo. Yo era un pobre desconocido. Sabían que había ido mucho por allí, conocía muy bien al alcalde y a Monique Alonso, que era entonces una niña. La primera entrevista que me hizo ella en Collioure fue ante la tumba y ella tenía 16 años. Hice un discurso allí delante de todos aquellos fervorosos seguidores. Ese día estuve aguantándome para no llorar. Fue algo impresionante. Al regresar a España me detuvieron en el tren, pero esa ya es otra historia», bromea.—Esta exposición dará a conocer asimismo al gran público la obra teatral ‘La diosa razón’, que se encuentra entre los fondos de la Fundación Unicaja. —Este es un hallazgo insólito porque era una obra desconocida. Había referencias a la obra y los hermanos Machado habían hablado en una entrevista de ella. Pérez Ferrero en su biografía -‘Vida de Antonio Machado y Manuel’- hizo un par de referencias. Ahora tenemos la obra por delante y no tiene nada que ver con la anterior, que era de tipo regionalista. Sin embargo, ‘La diosa razón’ se ambienta en la Revolución Francesa en la etapa del Terror y Termidor. Además, se refiere a Teresa Cabarrús, la hija del banquero de Carlos IV, que se casó con un noble francés, pero después allí en Francia se casa con Tallien, que era el responsable de hacer la lista de los guillotinables. Esta mujer emplea toda su seducción con el marido para borrar gente y es conocida en Francia como Notre-Dame du Secours, es decir, Nuestra Señora del Socorro. La obra es interesantísima, pero es que además se puede pensar que hay un cierto reflejo de lo que está pasando en la segunda etapa de la República. Por lo tanto, podrían estar planteando un espejo de lo que está pasando aquí. Por eso hablamos de un hallazgo fantástico que apareció en 2021. En 2023 aparece ‘Las viejas de Castilla’ y con estos trabajos que estamos haciendo vamos a ir descubriendo más cosas. —También esta muestra nos va a descubrir a grandes personajes, como Antonio Machado Núñez, el abuelo de los poetas. —El abuelo tiene una exposición en sí mismo. Es un hombre extraordinario porque fue rector de la Universidad de Sevilla, alcalde de Sevilla, gobernador civil de la provincia. Era médico, zoólogo, botánico y el primer darwinista en España, ya que defendió la teoría de la evolución de las especies. Creó el laboratorio de Historia Natural de la Universidad, que nosotros vamos a llevar para la exposición. Fue un hombre excepcional y un conspirador en 1868, por eso merece una exposición él mismo. Hemos hecho el intento para que se conozca qué gran figura sevillana tenemos. Él se marcha a vivir a Madrid a una cátedra de la Universidad Central, hoy Complutense, no por escalar puestos en la profesión, sino con la idea de que sus nietos, los dos poetas, sean educados en la Institución Libre de Enseñanza. También estaba la abuela, Cipriana Álvarez Durán, que era pintora y pintó a sus nietos. Esos cuadros estarán en la exposición. Era recolectora de romances y cuentos populares. Era conocida como la señora de los cuentos. Después está Antonio Machado y Álvarez ‘Demófilo’, el padre de los Machado. Fue el primer folclorista en España. Es verdad que que los padres se conocieron una tarde en la que toda Sevilla fue al río Guadalquivir a ver unos delfines que se habían desviado de su camino. Eso después lo contó Antonio. Muchas cosas sencillas que cuentan los hermanos las vamos a exponer. —¿Qué le parece que la exposición se organice en la antigua Fábrica de Artillería?—Los sevillanos van a descubrir una gran exposición y un edificio extraordinario y desconocido completamente. Es el lugar ideal para la exposición, además de que esta inaugurará la Fábrica de Artillería. Tengo sólo un pequeño comentario crítico, ya que este lugar se ha bautizado como Centro Magallanes, pero podría haberse llamado Magallanes-Elcano, porque el que dio la vuelta al mundo fue Elcano, al otro pobre lo mataron antes de dar la vuelta. —¿Cómo valora que Don Felipe venga a inaugurar este lunes la exposición?—Es un gesto extraordinario que un jefe de Estado acuda a un acto cultural humilde pero lleno de enamoramiento. Además, es un Rey que viene a visitar una exposición de dos hombres que fueron republicanos, lo cual nos viene a decir que vivimos en una república coronada. Estoy muy agradecido de que le invitáramos y él accediera a venir. Yo personalmente se lo agradeceré siempre.

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