En el desfiladero de las Termópilas, la heroica derrota que la naturaleza no ha logrado borrar

El 10 de septiembre del 480 a.C., en el cerro de Kolonós, en la puerta media del desfiladero de las Termópilas y, tras dos días de una lucha cruenta con importantes bajas entre las filas persas, un giro inesperado de los acontecimientos -previa intervención de un traidor- provocó que la balanza se inclinase a favor de las tropas aqueménidas que, tal y como cuenta Heródoto de Halicarnaso , cubrieron el sol con sus flechas y derrotaron a los pocos a los desarmados hoplitas griegos que decidieron dar batalla hasta el final. En Kolonós los soldados helenos se defendieron «con sus dagas quienes tenían la suerte de conservarlas todavía en su poder, y hasta con las manos y los dientes, cuando los bárbaros los sepultaron bajo una lluvia de proyectiles», relata Heródoto.Dos milenios y medio después de la batalla contra los persas en el desfiladero de las Termópilas, recorremos junto al arqueólogo Petros Kunuklás el lugar donde se produjo una de las derrotas más célebres del mundo, hoy completamente transformado debido al retroceso de la línea de costa. Noticia Relacionada estandar Si Con el buzo que descubre submarinos de la Segunda Guerra Mundial en el fondo del Egeo Marta Cañete | Corresponsal en AtenasEn su Libro VII, Herodóto describió este enclave como un desfiladero «más angosto que el que permite acceder a Tesalia», y en el que cabía un único carro. Esta fue la razón por la que los estrategas griegos lo eligieron como escenario para frenar la avanzadilla persa; por un lado les permitía solventar la superioridad numérica del ejército de Jerjes , -según Kunuklás, en las Termópilas la analogía fue de 8 soldados persas por cada hoplita griego-, mientras que por otro les impedía hacer uso de la caballería.Nuestro recorrido comienza en la muralla de los foceos, que aunque había sido construida con anterioridad, tuvo una importancia decisiva durante los dos primeros días de la batalla. Cerca de allí está la zona donde los arqueólogos creen que unos siete mil hombres procedentes de Esparta, Tebas, Corinto, Micenas, Beocia, Etólia y Focea levantaron su campamento. Por su parte, Leónidas acudió con trescientos hombres quienes, cumpliendo con lo establecido por las leyes lacedemonias, habían dejado atrás un hijo varón que continuaría con su estirpe en caso de caer en batalla.Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David (1814) WikimediaSin embargo, y así como la naturaleza ha borrado el escenario donde tuvo lugar el enfrentamiento entre griegos y persas, la historia se ha encargado de olvidar a los 700 tespieos que sacrificaron su vida en las Termópilas. «Ellos son los verdaderos héroes de las Termópilas porque las leyes de su ciudad no les obligaban a quedarse, aún sabiendo que la batalla estaba perdida, como sí obligaba a los espartanos», explica Kunuklás. Según narra el padre de la Historia, tras conocer que los persas les tenían rodeados, Leónidas permitió a los aliados helenos huir de una muerte segura. Así lo hicieron todos salvo los tebanos, que al ser rehenes de Esparta, tuvieron que quedarse contra su voluntad; «en cambio los tespieos lo hicieron con absoluta libertad: se negaron a retirarse y a abandonar a Leónidas y a sus hombres, por lo que permanecieron en la posición, hallando la muerte junto a los espartanos», prosigue Heródoto.Bajo un sol abrasador ascendemos por el sendero que conduce a la cima de Kolonós, donde encontramos el epitafio que conmemora a los espartanos caídos en la batalla . «Caminante, informa a los lacedemonios que aquí yacemos por haber obedecido sus mandatos». Según Heródoto, esta era solo una de las tres inscripciones que los griegos levantaron para honrar la memoria de los caídos.Durante las excavaciones sistemáticas realizadas realizadas en este lugar hace un siglo por Spyros Marinatos se recuperaron cientos de puntas de flecha persas que dieron muerte a los hoplitas griegos.Restos de muralla de los foceos Marta CañeteEn las Termópilas, además de los lugares donde se desarrolló la lucha cuerpo a cuerpo, se puede visitar un Centro de Interpretación y los monumentos de Leónidas, de los tespieos, -este último construido en el año 1997 gracias al empeño de los actuales residentes de Tespia para sacar a sus antepasados del olvido histórico-, y uno menos conocido, el que levantaron los griegos en el siglo XX para honrar a sus aliados británicos, australianos y neozelandeses que perdieron la vida en Creta durante los años de la ocupación nazi. « Cuando ha sido una derrota heroica, el recuerdo permanece en la memoria colectiva a través de los siglos» , apunta Kunuklás, «por eso las Termópilas se han convertido en uno de los principales escenarios mundiales símbolo de la victoria moral y el autosacrificio por la defensa del bien común».La derrota de los griegos en Termópilas fue posible gracias a la intervención de un traidor: Efialtes de Mélide , quien condujo a las tropas de Jerjes por la senda Anopea, que según el historiador de Halicarnaso, se extendía por la cresta de la montaña y terminaba a la altura de la ciudad de Alpeno. Descendiendo desde allí, los aqueménidas derrotaron con una maniobra envolvente a los griegos.El arma de la culturaCae la noche sobre las Termópilas y cerca de tres mil personas llegadas de todos los rincones del país toman asiento en las gradas instaladas en el jardín del Centro de Interpretación para asistir a uno de los eventos más esperados del festival ‘Thermopylia 2024 ‘: la representación de ‘Las Suplicantes’ de Esquilo. Sin embargo un nuevo traidor, que en esta ocasión solo ha tenido que recorrer senderos burocráticos, ha concedido un permiso al ilegalizado partido político Amanecer Dorado para dar un mitin en el monumento de Leónidas. En el año 2020, la cúpula de la organización fue detenida por ser los artífices intelectuales del asesinato del rapero Pavlos Fyssas, apuñalado por un militante del partido en septiembre de 2013; mientras que Amanecer Dorado fue declarado organización criminal. Desde sus inicios, Amanecer Dorado, sintiéndose heredero de las proezas de los espartanos, convocaba cada septiembre una concentración multitudinaria en el monumento a Leónidas, sin embargo, tras su ilegalización, no pueden realizar este tipo de eventos aunque en ocasiones como la presente, consigan saltarse la ley.Mientras que una centena de encapuchados berrean lemas antidemocráticos a escasos metros de allí, en el jardín del Centro de Interpretación y ante un público entregado, resuena la poderosa voz de la artista Marina Satti , quien recuerda la importancia de acoger refugiados en las sociedades democráticas, especialmente cuando las perseguidas son mujeres. « Las Termópilas merecen respeto y el respeto se puede aprender . Si enseñamos a los visitantes a respetar la historia de este enclave y lo que simboliza, los fuegos artificiales de estas organizaciones ilegales desaparecerán. Cuando tu principal arma es la cultura, siempre hay resultados», sentencia Kunuklás.

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