‘Almighty God’ en la Capilla Real

Misa en inglés en la Catedral de Sevilla Templo: Capilla Real de la Catedral de Sevilla Fecha: 5 de octubre Hora: 17 horas Asistencia: unas cincuenta personas Preside: Francisco José López Martínez Exorno: tres ramos de flores blancas para la Virgen de los Reyes y dos de claveles rojos para el sagrario Música: ningunaComo arremeter con cualquier excusa contra los canónigos está bien visto en Sevilla y sale gratis, es de justicia felicitarlos en reciprocidad por la iniciativa de oficiar la eucaristía dominical en inglés nada menos que en la Capilla Real de la Catedral cada sábado (misa de vísperas) a las 17 horas. Bastaba con decirlo al vigilante de seguridad para traspasar el cordón que separa el turismo de la fe. El día del estreno había medio centenar de fieles, que siguieron la misa celebrada por Francisco José López , el párroco del Divino Salvador (la parroquia del Cerro Blanco, el barrio más peligroso de Andalucía) y el Ave María en Dos Hermanas. Él mismo se disculpó por no hablar un inglés lo suficientemente fluido, pero superó el listón con creces. Tanto, que los fieles le felicitaron a título particular una vez acabada la ceremonia por su pronunciación clara y rotunda. ‘Almighty God’, esto es, el Dios todopoderoso de las oraciones, resonó junto a los tres reyes de Castilla y León enterrados en la Capilla Real. El don de lenguas del sacerdote daría para una catequesis sobre Pentecostés: lo ha llevado a decir misa con el «inglés del instituto» como él mismo explicó a los asistentes. Eso y el arrojo (la parresía) de quien es joven, ordenado en 2020, y ha crecido escuchando vídeos y canciones en versión original. Cumplió con mucha dignidad, con algún titubeo y alguna corrección sobre la marcha como es admisible y con la puñetera pronunciación de ‘blood’ (sangre) como talón de Aquiles. Pero esto no es una crítica filológica sino sacramental. Y ahí, la nota roza la excelencia. No sólo por el escrupuloso celo del celebrante, al que suponemos orando en español (¡o incluso en latín!) las oraciones secretas propias del ministro y pronunciando en inglés las públicas, sino por la asamblea, con mucho más fervor que el acostumbrado en nuestras parroquias : todos los fieles se levantaron al unísono para orar sobre las ofrendas, todos se arrodillaron o se sentaron (para no entorpecer la visión) humillando la cabeza en la consagración, todos repitieron prosternación en el agnusdéi y muchos fueron a comulgar con las manos juntas a la altura del pecho.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Jornada mundial del Migrante y el Refugiado: una familia con muchos acentos noticia Si Pino Montano: una misión ¿verdaderamente popular? noticia Si Fiesta grande en CarmonaTampoco vamos a examinar la devoción de la asamblea por los gestos piadosos, pero el cuerpo también habla de lo que alberga el corazón y, en efecto, era muy hermoso lo que decían las posturas corporales en esa misa en inglés que «no se ha oficiado en muchos años, puede que en varios siglos o nunca» ante la Virgen de los Reyes, como confesó el celebrante.Asistentes a la misa en inglés en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla María GuerraEl oficiante leyó una homilía preparada por él mismo ‘ad hoc’. Habló, como correspondía por el Evangelio del domingo, del matrimonio no «como una realidad sentimental, social, cultural o humana sino sacramental» que es «signo de amor, no del amor romántico entendido como reflejo de una vida de felicidad, sino como una experiencia que nos lleva al cielo». «El matrimonio es la mejor y más perfecta analogía del amor entre Dios y el hombre, démosle nuestros cuerpos para que pueda hacer morada en él», remató con voz clara y rotunda. La primera misa en inglés ante la Virgen de los Reyes acabó, como no podía ser de otro modo, con el canto de la salve en latín, que muchos siguieron. «Es el mismo sacramento aquí que en Toronto o en Alaska», recordó el oficiante, que no disponía ni de leccionario ni de misal romano, sustituidos por fotocopias a la espera de que lleguen los libros oficiales de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales. Cuatro sacerdotes se irán rotando para atender en la Catedral, el templo de todos, cada sábado a la comunidad católica de habla inglesa. Lo que sí conviene encontrar es un lector estable (la voluntariosa chica que salió a leer lo hizo con un hilito de voz casi inaudible) y un monaguillo que responda aunque sea en español, porque era el único que no estaba siguiendo la celebración.

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