El dueño de Silbon estalla contra la piratería y pide a los ayuntamientos mano dura en los mercadillos

Pablo López Carmona, CEO de Silbon y propietario del 82% de la firma cordobesa, ha denunciado en redes sociales las falsificaciones e imitaciones de sus prendas, algo que ilustraba con una foto de una camiseta con su marca estampada. El empresario lamenta, en una entrevista con ABC, la inacción de los ayuntamientos ante estas prácticas en los mercadillos municipales, así como la falta de medios de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para acabar con las páginas webs falsas que surgen como champiñones usando la marca Silbon y de otras compañías para estafar a los consumidores, con el consiguiente daño a su imagen.«Hemos iniciado veces acciones legales para proteger nuestra marca. Nos hemos llegado a encontrar nuestra marca registrada en Turquía, donde tenemos fabricantes. Estamos avanzando en el registro de la marca en más países de cara a evitar problemas de este tipo», asegura López.Ocasionalmente, la Guardia Civil comunica a Silbon incautaciones de prendas falsificadas de la compañía. «No ocurre en muchas ocasiones porque el problema es la inacción ante este tipo de fraude. No estamos hablando del ‘top manta’, sino de mercadillos legales donde los vendedores ambulantes pagan una tasa al Ayuntamiento. Cualquiera que vaya a un mercadillo de cualquier ciudad podrá comprobar que campan a sus anchas con ropa falsificada de Silbon, Scalpers, Blue Banana …», añade.Sobre estas líneas, imitación de prendas de Silbón en mercadillos andaluces, y a la derecha, un consumidor con una camiseta que usa el logo de la marca cordobesa pero con el nombre de Pibón en lugar de Silbón ABCA su juicio, en estos casos «los ayuntamientos son cómplices porque cuando hay una denuncia ante la Policía deberían incautar la mercancía, cosa que no hacen, alegando muchas veces que se va a armar un follón. Pones una denuncia y no sirve para absolutamente nada porque no le quitan la licencia al puesto ni le cae una sanción a nadie , ni localizan la fábrica. Esperas un año al juicio y después laos vendedores ambulantes dicen que compraron la mercancía en una carretera cualquiera sin factura y la multa es mínima. Si al del puesto del mercadillo le incautaran la ropa falsificada y le retiraran la licencia municipal, se lo pensarían dos veces antes de volver a hacerlo. Denunciar es perder el tiempo y el dinero. Todo es un circo».«Todo ello -asegura- supone un daño a la marca y la pérdida de miles de euros porque mercadillos los hay en todas las ciudades de Andalucía. Nosotros hemos visto prendas falsificadas de Silbon en el de Fuengirola, Marbella, Granada, Jaén, Córdoba…». Como afirma que en los mercadillos no se combate la piratería y tampoco en internet, «al final te encuentras en una indefensión cuando estás haciendo frente a tus obligaciones fiscales, laborales… en un estado de derecho en el que estamos desprotegidos».Subraya Pablo López que «una cosa es falsificar y otra imitar. Las falsificaciones están muy penadas, pero lo que venden en los mercadillos son más imitaciones. Es decir, cogen una sudadera o camiseta y le estampan cualquier marca y las venden haciéndolas pasar por original. Llevamos mucho tiempo conviviendo con eso, que nos hace mucho daño, pero no a nosotros sólo, sino a un tejido andaluz que genera empleo y riqueza aquí porque Silbon está haciendo mucho por Córdoba o Scalpers por Sevilla. Nos merecemos que en nuestra tierra no nos pinten la cara con imitaciones en los mercadillos cuando doblas la esquina».Estafas en webs falsasPero si las ventas de falsificaciones e imitaciones en mercadillos suponen importantes pérdidas, no es menos importante el daño a su imagen que les causan las páginas web que usan su marca para estafar a los consumidores. «Son las nuevas prácticas de piratería digital, que es aún más difícil combatirlo. Se trata de páginas web falsas que plagian tu página, cogen tus imágenes, usando una URL falsa usando la palabra Silbon y ofrecen grandes descuentos en prendas, se anuncian en redes sociales, y ahora los consumidores comienzan a comprar, pagan pero jamás reciben las prendas. Los consumidores después nos llaman reclamándonos las prendas, lo cual daña nuestra imagen».El CEO de Silbon declara que las víctimas de estas estafas pueden denunciarlo ante la Policía e ir al banco para que le devuelvan el dinero con el seguro de la entidad financiera, «pero juegan con que es muy engorroso y al final mucha gente no lo hace, pero los estafadores se hinchan a ganar dinero». Pablo López recuerda que Silbon comenzó a sufrir estas prácticas hace un año. «Tuvimos que contratar una empresa para bloquear URL y perfiles de redes sociales falsos, lo que supone un coste añadido falso, unos 3.000 euros al mes, que va contra tu cuenta de resultados».«Hace poco hemos tenido un episodio en el que los ‘cacos’ en teoría han usado una nueva tecnología y hemos tardado un mes en tumbarle una web que usaba vídeos míos de redes sociales en los que salgo manipulando ropa. De ese modo, usaron mi propia imagen para anunciar que se liquidaban saldos de almacén y la gente picaba pensando que era realmente verdad. Eso se lo comunicas a la Policía y te dicen que no pueden hacer nada, que no tienen medios», se lamenta López Carmona. Hace poco tiempo que Silbon se ha asociado a Andema, Asociación para la Defensa de la Marca, que preside Rosa Tous, aunque Pablo López precisa que «por muchas asociaciones que hagamos, si no hay legislación y medios para combatirlo, poco podemos hacer. Estamos vendidos». –

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