Reprocha al camarero que la hamburguesa del niño es muy pequeña y se le vuelve en contra: «Yo también habría llorado»
Las reseñas en internet sobre los locales de hostelería se han convertido en una suerte de campo de batalla entre clientes insatisfechos y profesionales del sector que se defienden de las críticas. Una mala calificación puede resultar cara para un bar y una buena respuesta es en ocasiones la vía de escape para tratar de salvar la reputación.Es el último caso en el que ha reparado Jesús Soriano , el influencer valenciano que desde sus cuentas de Soy Camarero da voz a sus colegas en las redes sociales. En esta ocasión, se trata de un padre que otorga la puntuación más baja (una estrella) a un restaurante y añade un comentario: «El niño al ver su hamburguesa se echó a llorar. Sólo digo eso».Noticias Relacionadas estandar No El verdadero significado del regalo que le dio una valenciana a David Broncano en «La Revuelta» Alberto Caparrós estandar No Festival de Otoño del Alto Turia en Aras de los Olmos: gastronomía y cultura a menos de cien kilómetros de Valencia ABCLa respuesta del dueño del local no se hizo esperar y propició que la reseña se le volviera en contra al cliente como si de un bumerán se tratara. El propietario sostiene que él también hubiera derramado lágrimas. Y expone su versión de los hechos: «El niño se echó a llorar porque le pedisteis una minihamburguesa de 50 gramos y a su hermano mayor una Waygu de doscientos gramos, después de deciros tres veces que la mini era muy pequeña». El debate está servido, como las hamburguesas de los niños, y las opiniones proliferan en la red social X desde los que critican el «menú llavero-hamburguesa» hasta quienes en una hipérbole entienden que hacer una carne de cincuenta gramos «es un crimen y dársela al niño es un delito».