El renacimiento de Pamela Anderson: «Hice cosas mal, pero ya no soy aquella persona»

Hay algo en la mirada de Pamela Anderson -una forma de buscar la moqueta mientras responde, una fragilidad exacerbada- que solo es propia de quien ha visto el abismo. Y Pamela Anderson los ha visto todos. Chica Playboy en los 90, mito sexual de la televisión de los 2000 y juguete roto de una industria machista después, ahora busca su «renacimiento» con ‘ The Last Showgirl ‘, una película sobre una vieja gloria de los shows eróticos de Las Vegas que es el epítome de una «cultura» crepuscular que se desvanece entre nuevos casinos y espectáculos más modernos. Hay mucho de Pamela, obvio, en un personaje que se da cuenta demasiado tarde de que ha sacrificado toda su vida por unos pocos flashes, las ovaciones de cada noche y la sensación de ser una estrella. La única diferencia con el personaje es que Pamela Anderson fue una de las figuras más populares de su época, aunque no precisamente para su disfrute: «Yo no sabía lo que estaba haciendo», contaba ayer en una entrevista con cuatro periodistas en una suite del Hotel María Cristina. «Yo me crié en un pueblo muy pequeño, llegué a Hollywood y no pensé que me iba a quedar. Así que traté de navegar lo mejor que pude… Ya saben, hubo diferentes eventos en mi vida que yo, no sé, supongo que podría decir que me arrepiento … fallé en algunas cosas para mis hijos y para mi familia. Tomé decisiones… Intento no pensar demasiado en ello, solo necesito continuar tomando mejores decisiones», explica la intérprete con una voz muy aguda y casi susurrada, como si la quisiera esconder. O esconderse.No hay en la distancia corta nada de aquel personaje exuberante que llenaba portadas de revistas, bolsillos de productores y cabezas de fantasías. A sus 57 años , podría pasar por una elegante y cuidada mujer del medio Oeste americano. Pero no quiere ser cualquiera. Quiere volver a triunfar en el cine desde otro registro. Habla de «renacimiento» como lo hacen los críticos de cine después de haber visto su película. También del futuro que se le abre tras este acercamiento al registro dramático de mano de Gia Coppola (sobrinísima de Francis Ford), de todas las oportunidades que pudo haber tenido y que no le quisieron dar porque no vieron nada más allá de la explosividad en un bañador de vigilante de la playa. «Desde que hiciera ‘Los vigilantes de la playa’ hasta llegar a Broadway en 2022 fue como un borrón, no sé lo que pasó entre medias»«Mi vida es una historia inspiradora porque la gente se me acerca todo el tiempo y me lo dice: nunca es demasiado tarde para nada. Y a mi edad siento que acabo de empezar mi carrera. Es emocionante. Es muy emocionante», descubre una mujer que hace dos años debutaba en Broadway interpretando a Roxie en el clásico ‘Chicago’ de Bob Fosse y que en 2023 estrenaba el documental ‘ Pamela: una historia de amor ‘, producido por su hijo y donde pone luz a los rincones más oscuros de su trastienda, incluyendo aquel vídeo sexual con Tommy Lee Jones que supuso la caída en desgracia para ella y la nada para él. «Lo bueno, lo malo y lo feo de mi experiencia lo he vertido en Shelley, mi personaje ; pero no quería interpretarla como una víctima, ella todavía tiene alegría y no está amargada ni hastiada a pesar de que ha sido derribada muchas veces», explica sobre la bailarina a la que interpreta, una mujer que ha entregado su vida a un espectáculo de cabaret en el que ahora, a dos semanas de su cierre definitivo, resiste al fondo del escenario, detrás de las jóvenes, donde no se pueda calcular su edad. «Las mujeres son muy duras con las mujeres -asegura-. Las relaciones femeninas son muy complejas, y encontrar una mujer que de verdad te apoye es muy especial». En las casi 72 horas que ha permanecido en San Sebastián, no han dejado de publicarse reflexiones sobre su descenso a los infiernos, su complicada vida y su renacimiento. Es imposible para ella cerrar esa puerta de su pasado por más que quiera. «No diría que ahora tengo la piel más dura, pero sí que he aprendido mucho para seguir adelante. Yo antes era muy joven e ingenua», desliza, y por eso hablar de «renacimiento» no solo no la cansa sino que la anima. «Desde que hiciera ‘ Los vigilantes de la playa ‘ hasta llegar a Broadway fue como un borrón, no sé lo que pasó entre medias. Podría mirar hacia atrás y extraer algo de todas esas experiencias, pero ni siquiera las recuerdo. Me siento como si estuviera empezando ahora. Y creo que mucha gente, cuando pasamos por experiencias traumáticas en su vida, aprendemos a compartimentar y a dejarlo atrás para seguir adelante», desgrana. «Articular esto a través de una película es más fácil que sentarse y hablar con un periodista acerca de mi vida. Pero ser capaz de hacer esta película y dejar que la película hable por sí misma es un alivio. Y yo siempre quise hacer algo bueno. Sabía que era capaz de hacer más de lo que estaba haciendo. Sé que fui una mala persona. Hice cosas mal, pero no necesito que eso me siga persiguiendo. Ya no soy aquella persona», remató. Clausura de la Sección oficialAunque los flashes del sábado se los llevara Pamela Anderson, el festival fue clausurado por la película ‘We live in time’, con Florence Pugh y Andrew Garfield como protagonistas. El actor lleva diez días disfrutando la ciudad como un británico -con dinero- más: ruta por los principales museos, restaurantes («cómo disfruté en Arzak»), surf, senderismo… Nada que ver con Pamela Anderson, que ha estado mucho más recluida. Eso sí, sin salir del hotel le robó los flashes de la última jornada.

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