El odio de Hamás se siembra en clase: «En matemáticas se suman y restan mártires»
Mientras los estudiantes de medio mundo estudian a Mahatma Gandhi como símbolo eterno de la paz, los alumnos de Primaria en Palestina glorifican a figuras como Dalal Mughrabi , la terrorista de Al Fatah que en los setenta les arrancó la vida a 38 civiles israelíes, incluyendo 13 niños. El libro de Lengua Árabe de quinto curso presenta a Mughrabi, a lo largo de diez páginas, como una mujer «inmortal» que «habita en los corazones y mentes de todos» y como alguien «a quien deberíamos emular». «A los niños palestinos se les dice desde muy pequeños que es preferible morir a vivir» , asegura Marcus Sheff, considerado uno de los cien judíos más influyentes de todo el mundo y director Ejecutivo del Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia cultural de la Educación Escolar, una oenegé con sede en Jerusalén. Sheff se encuentra estos días en Madrid presentando las conclusiones de un estudio que analiza los libros de texto con los que aprenden los menores en las aulas de los países árabes, con especial foco en los territorios palestinos . Pero su visita a España es particularmente relevante pues nuestro país dobló en 2023 la partida destinada a la controvertida Unrwa, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados de Palestina , que elabora gran parte de los materiales que utilizan los profesores y de la que dependen la mayoría de los colegios de la región.Dalal Mughrabi es presentada como un modelo a seguir puesto que mató en 1978 a 38 israelíes IMPACT-seEs sabido que Estados Unidos y otros países aliados retiraron la financiación a esta agencia después de conocerse que algunos de sus trabajadores habían participado en los ataques terroristas del pasado 7 de octubre de Hamás contra Israel. En cualquier caso, en lo que el informe incide es en los contenidos curriculares que se imparten en estas escuelas y que, en palabras de Sheff, «incitan a la violencia», animan a los jóvenes a convertirse en mártires, siembran el antisemitismo y niegan la existencia del Estado de Israel, reconocido, por cierto, por la propia ONU. La neutralidad de la Unrwa se ha puesto en cuestión, además de por varios gobiernos, por organizaciones sin ánimo de lucro y por las propias Naciones Unidas, en una revisión interna en abril de este año. Pero un mes antes, España se comprometía a destina r 20 millones de euros adicionales a esta agencia. El temor a otro 7 de octubre«Lo que se les ha enseñado a los niños y jóvenes en Gaza y Cisjordania sirve para entender lo que ocurrió en octubre. Y si los libros no cambian, volveremos a vivir catástrofes similares», apunta Sheff. La Autoridad Palestina, con control sobre Cisjordania, está, dice, «interesada en mantener este tipo de educación pues la radicalización en las escuelas nace de sus líderes » y estaría utilizando para sus fines el dinero de países como España, que apoyan activamente a la Unrwa. La idea de fondo del informe es clara: cuando el extremismo comienza en el colegio ya no hay vuelta atrá s. El odio puede cultivarse en un problema de aritmética de cuarto curso en el que se «suman y restan mártires » como el siguiente: «El número de mártires de la Primera Intifada (1987-1993) ascendió a 2.026, y el número de mártires de la Intifada de Al-Aqsa (año 2000) fue de 49.760. ¿Cuántos mártires murieron en las dos Intifadas?»El extremismo también se cuela en materias como Matemáticas, donde el cálculo se enseña sumando muertos en Intifadas IMPACT-seLas cuentas les salen sumando y restando mártires, pero la comprensión lectora se pone en práctica con textos en los que se glorifican los atentados suicidas y se utiliza un léxico violento y literaturizado: «Las dagas de los fedayines caían sobre el cuello» o «llevaban cinturones explosivos». O se alude a las fuerzas israelíes vencidas como « cuerpos que se convertirán en alimento para animales salvajes en la tierra y para las aves rapaces en el cielo». Pero la radicalización también se cuela en las guías que reciben los maestros para «evaluar de forma correcta a los estudiantes». Por ejemplo, si la lección incluye los acontecimientos de la guerra árabe-israelí de 1948, el alumno, para puntuar, tiene que relacionar «el objetivo de las bandas sionistas de perpetrar masacres» con el «pensamiento religioso judío» o al menos con «la ideología de las bandas sionistas».La ilustración muestra a un fedayín palestino disparando contra un tanque de las fuerzas de Israel en la batalla de Karameh de 1968 IMPACT-se ¿Pero, cómo enseña Israel su propia historia en las aulas y cómo analiza el problema palestino? En palabras de Sheff, «lo que priman son los valores de la Unesco. En clase se les anima a buscar caminos para llegar a la paz y no se obvian los actos cometidos por Israel que fueron controvertidos a lo largo de la historia», asegura. Además, añade que «debemos seguir luchando para que el verdadero modelo educativo de Naciones Unidas llegue a todos los países árabes». Ahí está la experiencia de países como Alemania y Japón , donde hubo que hacer un gran esfuerzo después de la Segunda Guerra Mundial para modificar algunos elementos de la educación que mostraban una visión antisemita y aquello no cambió de la noche a la mañana. «En las aulas de Jerusalén no se obvian los actos cometidos por Israel que fueron controvertidos a lo largo de la historia» Marcus SheffTampoco todos los países musulmanes comparten el mismo modelo educativo. Más allá de los territorios palestinos, el Instituto para el Monitoreo de la Paz y la Tolerancia cultural de la Educación Escolar apunta que hay países, como Marruecos , con una presencia significativa de la cultura judía local, donde hay incluso referencias al judaísmo en asignaturas como Lengua árabe y Estudios sociales. Pero además de Marruecos, existen estados como Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Bahréin, Arabia Saudí o Indonesia donde en las escuelas se promueve una visión religiosamente moderada y sensible a las normas internacionales de paz y tolerancia. ¿Se enseña allí el Holocausto judío? En general, no, con la excepción de algunos planes de estudio como los de Turquía o Azerbaiyán , en cuyos libros de texto también se inculca el respeto al judaísmo. En Indonesia, este capítulo de la historia reciente se imparte para una pequeña minoría cristiana. El libro de texto en Irán Por el contrario, hay contenidos curriculares de países como Irán, Siria o los hutíes yemeníes en los que se abraza el fundamentalismo islámico. En Irán la educación tiene un componente casi místico y en los libros de texto se impone un deseo imperialista y antisemita donde se anima a los alumnos a «destruir Israel y sus infieles» . En todos estos países, del mismo modo que ocurre con la Autoridad Palestina, no hay voluntad de modificar ni un solo enunciado.