Cuando Anne plantó a Pedro
Las sesiones de control no son lo mismo sin Sánchez. Y no porque esperemos sus intervenciones con fruición, seis años parecen suficientes como para sospechar que el hombre no es Churchill. Pero, al menos, resulta evidente que su presencia confiere al evento tensión, emoción, una pizca de interés , ya saben, que si se va en el minuto ocho o en el diez, que si tensa o no la articulación temporomandibular, que si suelta un par de ‘fake news’ o serán tres. Cuando aparece, los ministros se meten en el papel y los asesores sobreactúan trabajo, corren por los pasillos y dicen esa horterada de «no me da la vida». Hay llamadas, papeles de colores y reuniones in extremis. El grupo parlamentario socialista se desanuda la corbata, libera cortisol y se une en torno a una hoguera que ya tiene pinta de pira funeraria. Llamémoslo adrenalina.Sin embargo, cuando nos da plantón -que es casi siempre- el entusiasmo se evapora como en una sesión de yoga. Algunos ministros – Urtasun, García, Rego, Cuerpo, Redondo- ni siquiera acudieron. Otros sí, pero solo en cuerpo, su alma vuela a muchos kilómetros de la Carrera de San Jerónimo. Los socios parlamentarios del PSOE se desinflan, la oposición no tiene acicate, la tribuna de prensa bosteza y una señora grita pidiendo ayuda para los niños enfermos. La legislatura agoniza y cada sesión se convierte en un trámite sin demasiado sentido. Como ejemplo, la senda del déficit , antesala de los presupuestos. Hasta hace unos días, nos decían que si no salía adelante no pasaba nada, pero desde ayer sabemos que retiran la tramitación para no enfrentarse a una derrota. O sea que algo les importará. En cualquier caso, anotamos una nueva derrota al PSOE: un equipo que no comparece pierde por 2-0. Se pongan como se pongan.En este escenario, sesión sin demasiada historia . La vicepresidenta Ribera se despedía del hemiciclo para irse a Estrasburgo y lo hizo con una intervención antológica en la que no comprendimos nada. Nos habló de moléculas, de neutrones, se le olvidó el apellido de Pepa Millán y se refirió a la prensa digital como prensa electrónica, supongo que piensa que ABC viene con un enchufe. La fiesta de despedida debió ser interesante. Previamente, Gamarra y Sémper se encargaban de Montero, a la que tampoco entendimos nada, pero por otros motivos. Reseñable el bulo de que Mañueco lleva un presupuesto en cinco años. En realidad, son tres (2021, 2023 y 2024). Pero qué más da.Noticia Relacionada Sesión de control estandar Si Montero presume de que ninguna ley del Gobierno se ha rechazado tras 35 derrotas en el Congreso Juan Casillas Bayo La vicepresidenta obvia las proposiciones de ley de PSOE y Sumar y los proyectos retirados para evitar perder las votacionesLa vicepresidenta se dirigió a Belarra para pedirle que se uniera a las fuerzas del bien, que no flirteara con las políticas liberales -el lado oscuro de la fuerza-. Lo dijo como si fuera un insulto, muy despacio: ‘li-be-ra-les’. No llamó a los podemitas ‘liberalios’ de milagro. Queda claro, en cualquier caso, que lo que el iliberalismo ha unido no lo separa nadie porque, acto seguido, Belarra se puso del lado del dictador y acusó al gobierno de haber traído a un opositor «peligroso» que estaba «alentando la violencia» en Venezuela, refiriéndose a Edmundo González Urrutia . González Arrieta, en zapateril.Cayetana daba cuenta de Bolaños, Tellado de Yolanda Díaz y Belén Hoyo de Margarita Robles , en el momento más interesante de la jornada. La diputada popular le pedía que repitiera delante de sus compañeros que Venezuela es una dictadura . Robles no fue capaz. Se fue por las ramas en una intervención que intentaba resultar ácida pero que resultó muy amarga. Y se acochinó en tablas como un manso de Juan Pedro en una escena que resume la decadencia de una política. Desde la bancada de la derecha se le llamaba ‘cobarde’. Y motivos tienen. Es preocupante que una ministra de Defensa no pueda decir lo que piensa por miedo a represalias de los integrantes de un partido del que ni siquiera forma parte. Pero esto es lo que hay.Preguntas para Marlaska, Puente, Alegría, Torres, Rodríguez, Saiz y López. Todas replicadas a la defensiva, sin dar respuesta, repreguntando como si estuviéramos en la sesión de control a la oposición y buscando el cobijo de los bueyes para irse a corrales. Ellos con la sensación de haber aguantado vivos un día más. Y yo con una sonrisa. Porque a mí me habrá plantado Sánchez, pero a él le ha plantado Anne Hathaway. 3-0.