La zanahoria de Ancelotti

Hace unos años coincidí en Manchester con el exjugador sueco Jesper Blomqvist , campeón de Europa con el United de Ferguson en 1999. Fue titular en aquella final agónica en el Camp Nou ante el Bayern de Múnich. La suya fue una de esas carreras curiosas: en apenas unos años, por cuestiones del azar, tuvo de manera consecutiva como entrenadores a Capello, Sacchi, Ancelotti y Ferguson. Casi nada. Hablando de las vicisitudes de su época de futbolista, le pregunté por quiénes habían sus entrenadores favoritos. Se deshizo en elogios hacia Ancelotti . «Me cambió la carrera. Hablando». Su aterrizaje en el Calcio había sido duro y de golpe se encontró con un Ancelotti que le hablaba, que se interesaba. Me contó una anécdota: en un partido con el Parma había hecho un esfuerzo en una jugada y volvía con la lengua fuera, un gesto involuntario que hacía a menudo, un tic. Ancelotti decidió cambiarlo y Blomqvist, que estaba jugando bien, se enfadó. Cuando se lo explicó a Ancelotti, este estaba casi más afectado que él por la confusión. «Vaya. Te vi con la lengua fuera y supuse que estabas agotado. Lo siento de veras. La siguiente no te cambio». Y cumplió. Veinticinco años después, Blomqvist todavía seguía impresionado con ese pequeño detalle de Carletto. Y para un jugador con tanto entrenador legendario, dice mucho que rescatara esa anécdota.Me acordé ayer de Blomqvist en el Bernabéu cuando el público empezó a pedir que saliera Vallejo (en una de esas supuestas muestras de cariño que no sé si te animan o hunden más). Ancelotti, contra todo pronóstico, escuchó al público. Y Vallejo salió a jugar. El partido casi se acaba desbaratando (no por culpa de Vallejo). Pero su gesto fue curioso.Creo que Ancelotti tiene una inmerecida fama de cabezota y de no confiar en jugadores jóvenes. Se le acusa de escamotear minutos a chicos y de no hacer debutar a canteranos. Y siendo sinceros, ¿qué canteranos del Real Madrid han triunfado en la élite fuera del equipo blanco en los últimos años? Cuesta dar con alguno. Achraf, si me apuran. Morata. Y no hay mucho más en diez años. A lo mejor no habría que mirar tanto al de Reggiolo como hacia otra dirección para buscar explicaciones. Por otro lado, Ancelotti fue el que le cambió la carrera a Vinicius. Fue el que le animó y le dio galones por encima de otros veteranos asentados. Camavinga, con 18 años y recién llegado, tuvo también protagonismo desde el principio. Rodrygo, igual. Que luego Ancelotti tenga clara una jerarquía y que a lo mejor, como él mismo dijo, haya sido injusto con algún caso concreto (como Brahim) no convierte al italiano en alguien que desconfíe de la juventud.Cuando el partido ante el Alavés se puso 3-1 mandó ponerse el peto de nuevo a Jacobo Ramón, canterano que estaba a punto de debutar. Se escucharon murmullos de desaprobación. Cuando llegó el 3-2, ya nadie pedía al chico. Dentro de unos días, alguien volverá a decir que Ancelotti no confía en los jóvenes. Dentro de unos años, veinticinco tal vez, algún jugador suyo recordará cómo le cambió la carrera con un pequeño gesto, con un detalle. Hablando.

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