Sánchez evita mencionar sus dificultades domésticas y presume de que España vive «unos de sus mejores momentos»
Pedro Sánchez ha decidido olvidarse en público, durante su visita a Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU, de las serias dificultades domésticas que afronta su mandato. En su segundo día en la ciudad norteamericana, el presidente del Gobierno ha evitado mencionar siquiera su propia decisión, concretada este martes después del Consejo de Ministros, de aplazar la votación de la senda de déficit (primer paso para aprobar los Presupuestos Generales del Estado) que iba a tener lugar este jueves en el Congreso de los Diputados, y que como ocurriera justo antes del verano estaba abocada al fracaso por el rechazo de Junts per Catalunya. Si la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, optaba por culpar al Partido Popular (PP) de la situación, pidiéndole a los de Alberto Núñez Feijóo el apoyo que le niegan los de Puigdemont, su principal socio de la investidura, Sánchez ni siquiera hacía ese esfuerzo. En un foro organizado por ‘El País’, previo a su diálogo bilateral en la ONU con el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, el jefe del Ejecutivo ha pronunciado un discurso en el que ha cantado las excelencias de una situación económica, la de España, que a su juicio «vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas», ha sentenciado de manera tajante. En un tono distendido, y haciendo alusión a que se encontraba en el extranjero, Sánchez ha afirmado que «esto cuesta muchas veces decirlo, porque el carácter español es así, creo que, dado que estamos fuera de España, y es cuando solemos [los españoles] hablar bien de España, tenemos que hacerlo, porque exactamente es lo que parece, es un éxito de país, del cuál todos tendríamos que estar muy orgullosos», ha concluido. A la espera de la rueda de prensa prevista para este miércoles, en su último día de visita, no se ha podido recabar reacción alguna a los acontecimientos en España. Después del acto organizado por el Grupo Prisa, el presidente ha participado en un brevísimo diálogo con Lula, con el que ya almorzó el lunes junto al canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, y al presidente de Canadá, Justin Trudeau. Allí se ha referido, aun de manera muy sintética, a su proclamado plan de «regeneración», que incluye medidas concretas sobre los medios de comunicación y otras como la modificación del Código Penal para despenalizar las ofensas a los sentimientos religiosos y las injurias a la Corona. «Es necesario promover la transparecencia y la responsabilidad de los medios de comunicación», ha dicho tras presumir de su plan, que ha defendido argumentando que con el mismo «ponemos en marcha medidas concretas para mejorar la calidad de la información, fortalecemos la transparencia. Los ciudadanos tienen que saber quiénes son los propietarios de los medios de comunicación». En la misma línea, Lula se ha referido al «negociacionismo» de «los valores organizativos de la sociedad» a través, ha dicho, de las redes sociales. Un espacio que a su juicio se utiliza «para vender fake news como si fueran verdaderas, diseminando mentiras», ha concluido el presidente brasileño. En cuarenta y ocho horas en Nueva York, los medios de comunicación españoles no han podido formular pregunta alguna al presidente del Gobierno, en una horas de candente actualidad en nuestro país, tanto por lo relativo al aplazamiento de la votación de la senda de déficit como a las últimas novedades sobre el caso de Begoña Gómez, con la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de permitir al juez Juan Carlos Peinado investigar si la mujer del presidente se apropió del ‘sotware’ de la Universidad Complutense de Madrid.