Sevilla – Valladolid: Triunfo de coraje y goles de los fichajes (2-1)
Ganó el Sevilla de Pimienta (2-1). Es noticia. Sobre todo después de haber tocado fondo hace unos días en Mendizorroza dando una imagen deplorable y disparando todas las alarmas sobre el proyecto. El oxígeno llega con una trabajada victoria que exigió sufrir hasta el final, cimentada en los goles de Peque y Ejuke, dos de los fichajes de Víctor Orta. El visitante Kike Pérez sólo pudo meter el miedo en el cuerpo a la grada con su tanto. Doblegar en casa a un recién ascendido como el Valladolid no es para tirar cohetes ni sacar pecho, pero no cabe duda de que el triunfo viene como una bocanada de aire fresco para todos, empezando por el cuerpo técnico de Pimienta, que ha estado en el foco esta semana, siguiendo por la plantilla y rematando por unos gestores que no se libraron de la bronca y las protestas ni siquiera en una tarde ganadora como la de este martes contra los pucelanos. La afición volvió a pedir dimisiones, la del presidente y la de todo su consejo.Con todo, son más que tres puntos los que el Sevilla FC se ha agenciado contra el Valladolid de Pezzolano. Se gana también tiempo, que es oro en el fútbol y más para un club sobreexcitado como el de Nervión. Y confianza, que falta hacía. De haber perdido a la victoria que se ha conseguido mediaba un mundo. Al fin y al cabo los números lo son todo en este negocio y si usted mira ahora la tabla verá que el vituperado Sevilla FC ya tiene los mismos puntos que el Betis (a falta de que el vecino juegue su partido) y más que el Girona, la Real Sociedad o el Valencia CF. El dato no es motivo de consuelo, porque el riesgo de batacazo sigue siendo elevado en Nervión si a alguien le da por no sudar hasta la última gota. Basta con ver el calendario inminente antes del parón, con San Mamés a la vista y el derbi, para darse cuenta de que este equipo no puede concederse ni un ápice de confianza.Lo peor de la tarde fue la lesión de Saúl, con mala pinta. La victoria se cobra a uno de los líderes. Sin el también lesionado Isaac, llegó una nueva oportunidad para el otro punta del plantel, Kelechi Iheanacho . No estuvo mal, aunque falló tres claras. Ha de afinar la puntería. La del nigeriano fue una de las muchas novedades que presentó el once local. Y es que la alineación anterior que el técnico había perpetrado en Vitoria sacó de quicio a más de un aficionado e incluso a algún que otro integrante del club. Hombres con galones como Marcao, Badé y Gudelj entraron directamente en el equipo. También lo hizo el capitán Navas, que pasó de ser seria a duda en la víspera a titular como extremo derecho. Con esos matices le dio al Sevilla para salir mandón al partido y, no sin sacrificio, ponerse por delante en el marcador.Código Desktop
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La primera gran acción ofensiva de los nervionenses llegó a los 8 minutos con una cabalgada imponente de Lukebakio por la izquierda. El ex del Hertha está siendo uno de los futbolistas más destacados del Sevilla, si no el que más, desde que arrancó el curso. Vertical, peligroso siempre, con olfato. Otro fichaje de Orta… Se plantó en el área, la puso y el disparo a bocajarro de Peque logró repelerlo la defensa pucelana. También el rechace posterior de Saúl se fue arriba por poco. Doble ocasión clarísima que animó a la grada.La línea adelantada de los de Nervión funcionaba, asfixiaba al grupo de Pezzolano y forzaba pérdidas peligrosas de los visitantes. El Sevilla alcanzaba el primer cuarto de hora mandando, a falta de concretar esa superioridad en el marcador. Le costaría, pero lo terminaria consiguiendo. En otra buena acción entre Saúl e Iheanacho, Peque no pudo llegar a definir en una llegada en la que el mediapunta pidió penalti . Ni el trencilla Pulido Santana ni el VAR lo consideraron. Bien el ex del Racing, dinámico y presente en todas las jugadas de ataque. Tendría su premio. Y notable Saúl Ñíguez , que con su presión alta y su intuición encarnaba el dominio sevillista. La más clara del primer acto la tuvo Iheanacho . El nigeriano robó un balón en la frontal, combinó con Peque y, con todo a favor para batir a Hein, mandó su disparo a las nubes. Tuvo movimientos buenos, pero estuvo negado en la definición. Por fortuna, en el tiempo añadido de la primera parte el Sevilla se echó en tromba arriba y por insistencia logró abrir la lata. El gol llegó a modo de martillo pilón. En la misma llegada pudieron marcar Peque y después el propio Iheanacho, hasta que el esférico le cayó en la izquierda a Lukebakio y el belga, ahora sí, se la puso de dulce al menudo atacante de L’Hospitalet de Llobregat para el 1-0. Vibraba la grada con el primer tanto de Peque con el Sevilla FC .Con la merecida ventaja de los locales se llegó al descanso. García Pimienta no tocó un varal en el intermedio y tras la pausa, el Sevilla continuó con su guion. Lukebakio acarició el 2-0, pero se trastabilló al intentar controlar en el área pequeña. A los diez minutos de la reanudación, silencio… llegó la peor noticia de la tarde. Saúl se llevó la mano al isquiotibial de la pierna izquierda y se echó al suelo. Lágrimas del ilicitano mientras era atendido sobre el césped. Sabía que estaba roto. Se marchó en camilla, sustituido por Agoumé. Una verdadera pena. Estaba siendo el faro del Sevilla.El trance dejó frío al equipo de Pimienta. Congelado. Tanto que el Valladolid, desaparecido hasta el momento, logró empatar el duelo. Mario Martín sentó al recién salido Agoumé con un quiebro torero y asistió a Kike Pérez para el 1-1. Injusto, pero así de cruel es el fútbol. Y pudo ser peor, porque el gol espoleó a un Valladolid que incluso estuvo cerca de ponerse por delante en el electrónico por medio de una falta directa de Raúl Moro ante la que se lució Nyland. Voló el noruego a la escuadra para impedir el tanto. La falta, por cierto, la había cometido Agoumé. Desafortunadísima la puesta en escena del medio francés.Pero el héroe del choque estaba en la otra portería. A partir de ahí el Sevilla volvió a espabilar y se fue en tromba al ataque, estrellándose una y otra vez contra el muro de Karl Jakob Hein, el guardameta estonio del Valladolid , que se erigió en titán y lo paró casi todo. Firmó varias intervenciones estelares, salvadoras, a remates de Lukebakio, Suso, Peque y Ejuke . Hasta que éste último desequilibró la contienda con una fabulosa acción. Ejuke había saltado al campo en la segunda parte. Aprovechó una pérdida del Valladolid, dejó atrás a tres rivales en la carrera y definió con suma calidad cruzándole el balón al gigante estonio. 2-1. Locura en Nervión. El nigeriano amarraba una victoria de oro. Alegría, que hacía falta, en el Sánchez-Pizjuán.