Europa y Cuba
La Unión Europea debe, por razones tanto morales como estratégicas, enfrentar la realidad de que el acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Económica con la dictadura comunista de Cuba es un rotundo fracaso. Suscrito hace un poco más de siete años, este acuerdo que ha canalizado millones de euros provenientes de los ciudadanos europeos a la dictadura más longeva del mundo, ni ha mejorado la situación de los derechos humanos en la Isla, ni ha logrado alejar al régimen comunista de Moscú. Culpa no ha sido del pueblo cubano, que desde el mismo 1959 ha generado una tenaz resistencia al comunismo y que en los últimos años ha roto con el miedo, y desafiado la constante represión y sale una y otra vez a las calles en manifestaciones cívicas para exigir su libertad y sus derechos. El acuerdo simple y sencillamente no funciona por la esencia totalitaria del régimen comunista de Cuba. Un régimen que prefiere mantener una total represión política y económica contra su propio pueblo para eternizarse en el poder a toda costa. Hay que estar claros en que el descalabro económico de Cuba, que antes de 1959 había logrado alcanzar impresionantes indicadores de desarrollo social y económico en América Latina, se debe a políticas comunistas impuestas literalmente a sangre y fuego al pueblo cubano. Fiel a esta naturaleza totalitaria, este régimen de oprobio, a pesar de recibir miles de millones de euros por parte del Acuerdo de la UE y del Club de París, no titubea en darle pleno apoyo a la genocida invasión rusa a Ucrania, tanto con miles de tropas, como diplomáticamente, como con plataformas de propaganda en las redes sociales. Es incoherente que Europa regale tantos fondos al régimen castrista mientras este entra en un acuerdo de defensa mutua con la dictadura bielorrusa, en el cual se compromete nada menos que con enviar tropas cubanas a Minsk «para recibir entrenamiento». Estas mismas unidades especiales del régimen castrista, conocidas como «boinas negras» han sido claves en aplastar los movimientos cívicos dentro de Cuba. Hoy se encuentran también peleando bajo órdenes rusas en Ucrania, y ayudando a defender la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. No tiene sentido que Europa sancione a Putin mientras financia a su principal satélite. No tiene sentido que Europa le envié dineros públicos a un régimen cubano integrado con Putin, con Lukashenko, con Maduro y Ortega, que participa en el ataque a Europa, en vez de enviar estos mismos fondos, por estos mismos montos, a la Ucrania que resiste y combate en defensa de toda Europa.SOBRE EL AUTOR Orlando Gutiérrez Miembro de la Asamblea de la Resistencia cubana