¿Te mueves o te mueven? Así influye tu entorno en tus ganas de hacer ejercicio

Quizá haya escuchado alguna vez eso de que «somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo». La frase, popularizada por el orador Jim Roth, se usa a menudo para hablar sobre la influencia de nuestras relaciones personales en nuestra vida , nuestro comportamiento y nuestra actitud . Pero cuando se habla de actividad física cabe abordar una nueva dimensión, pues el entorno desempeña un papel fundamental en el comportamiento diario, como recuerda el coordinador del Grupo de Trabajo de Ejercicio Físico y Obesidad de la SEEDO , Javier Butragueño ( @javierbutra ). «Desde la estructura urbana que favorece o no la práctica de ejercicio, hasta formar parte de un círculo social que organice rutas que requieran movimiento… Familiares, amigos y dinámicas de trabajo pueden ser variables de riesgo para no moverse o no potenciar hábitos saludables», plantea. Algunas estrategias que propone Butragueño para fomentar entornos activos son: educación y concienciación sobre los beneficios de ejercicio regular con campañas de salud pública; planificación urbana que contemple espacios propicios para el deporte; iniciativas comunitarias que inviten al movimiento ; atención especial a figuras públicas que predican con el ejemplo (destacan los casos como el de Pau Gasol y Rafa Nadal , creadores de sendas fundaciones para la promoción de la práctica deportiva), uso de la tecnología como aliada con aplicaciones móviles de salud y fitness y desarrollo de comunidades virtuales relacionadas con la actividad física que conecten a personas con objetivos similares. También conviene pasar de ser reactivos (aquellos que están convencidos de que no se puede hacer nada para cambiar el entorno) a convertirse en proactivos (los que se apuntan a analizar lo que se puede modificar y actúan para lograrlo con los medios que tiene). Según plantea Helios Pareja ( @heliospareja ), doctor en Fisiología y Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, esto implicaría impulsar o ser parte de todo aquello que impulse «moverse más», especialmente en aquellos lugares en los que solemos pasar más horas al día, como es el caso del trabajo y el hogar. Noticias Relacionadas estandar No Así afectan las fases de la menstruación al entrenamiento y a la dieta Raquel Alcolea estandar No Riesgos para la salud Así nos perjudica dejarnos caer en el sofá cada vez que nos sentamos Alfonso M. ArcePromover horarios flexibles para alentar la práctica deportiva, incentivar el uso de bicicletas o impulsar programas de salud corporativa con actividades de bienestar son algunas de las medidas que podrían implantar las empresas para ello.«Puedes fallarte a ti mismo, pero te costará más fallar al grupo».En cuanto al hogar, Pareja aconseja reducir el ocio pasivo (pantallas) y convertir la familia en un núcleo motivador limitando el tiempo de televisión conjunto y promoviendo actividades físicas grupales. Comparte esta opinión Mario Muñoz, experto de Fit Generation y Doctor en Medicina del Deporte; quien incide en la importancia de ser un referente en la familia: «Si ves normal estar tres horas delante del televisor o haciendo ‘scroll’ en el móvil para ver lo que hay en las redes sociales; o si lo más habitual es ir a todas partes en coche, difícilmente podrás inculcar hábitos saludables a los niños. Los padres tienen que ser un ejemplo, no solo para fomentar la actividad física, sino también para compartir juntos acciones positivas para la salud de todos», explica. Pero además del contexto laboral y familiar algunos factores ambientales pueden contribuir al sedentarismo , según alerta el entrenador Josemi del Castillo , Licenciado en Ciencias de Actividad Física y del Deporte, quien propone medidas concretas que ayuden a desactivar los entornos obesogénicos en el barrio. Desde ampliar las vías peatonales y ciclistas hasta preservar y aumentar las zonas verdes y las instalaciones deportivas, pasando por invertir más en transporte público y ampliar la designación de zonas «libres de coches» son algunas de las medidas que pueden ayudar a ralentizar las tasas de prevalencia de la obesidad, según sugiere.Otro de los aspectos relevantes para combatir el sedentarismo es abordar la dimensión social pues, como explica José G. Donate, especialista en psicología deportiva del Instituto Centta , entrenar con otras personas puede hacer que la actividad sea mucho más amena y entretenida, pero además puede contribuir a crear un marco social positivo capaz de fomentar el compromiso y la constancia. «Este entorno de a poyo mutuo y motivación colectiva es fundamental para mantener el hábito del ejercicio a largo plazo e incluso puede ayudar a que una persona pueda superar los momentos de bajón o a que logre disfrutar del proceso de convertir el ejercicio en hábito», destaca.Entornos obesogénicos vs Entornos activos Es un entorno obesogénico si… Alimentación: acceso predominante a comida rápida y procesada Espacios físicos: Predominan los espacios cerrados y pequeños Soporte social: Hay poca o ninguna actividad comunitaria relacionada con el ejercicio Opciones de ocio con actividades recreativas pasivas o sedentarias que influyen consumo de alcohol Ambiente laboral con trabajos sedentarios sin incentivos para moverse Los encuentros con familia y amigos están centrados en comer y beber. El fin de semana se siguen rutinas sin actividad física y enfocadas en el uso de pantallas. Horarios irregulares que impiden un descanso adecuado. A nivel personal se prefieren actividades de bajo esfuerzo físico. Entornos activos Es un entorno que promueve la actividad física si… Alimentación: hay disponibles opciones saludables y frescas. Acceso a amplios espacios abiertos en los que se puede hacer ejercicio con libertad. Soporte social: las actividades comunitarias involucran en la práctica de ejercicio regular. El ocio incluye actividades recreativas activas y dinámicas que incluyen movimiento y actividad física. En el trabajo se hacen pausas activas, con snacks de ejercicio, opciones para estar en movimiento e incluso se dan incentivos por ello. Con la familia y amigos se prima el contacto con la naturaleza y la práctica de actividades físicas y deportivas en entornos naturales. Priorización del descanso como parte del bienestar general. A nivel personal se muestra un interés desarrollado hacia actividades que requieran esfuerzo físico y movimiento.El impulso interiorParece ser cierto, por tanto, que el entorno es importante, pero lo que no se puede hacer, tal como aclaran los expertos, es usarlo como una excusa para instalarse en «la ley del mínimo esfuerzo», esa tendencia natural del organismo (o mejor dicho, de la mente) a elegir aquello que requiera menos energía. Por eso el psicólogo de Instituto Centta revela que la motivación intrínseca , esa que surge dentro de nosotros, es esencial para dar el primer paso hacia una vida más activa e incluso para mantener a largo plazo ese compromiso con nosotros: «Sin un motivo interno que nos impulse a hacerlo, nos resultará difícil mantener una rutina de ejercicio constante aunque el entorno sea favorable», argumenta.La motivación intrínseca también es para Helios Pareja mucho más poderosa que la extrínseca, sobre todo porque, según desarrolla, no podemos controlar lo que nos viene de fuera: «Si depositamos los motivos principales que nos llevan a seguir una vida saludable en el entorno y éste cambia, perderemos el aliciente». Noticias Relacionadas estandar No ¿Tiene sentido un gimnasio para personas que no les guste ir al gimnasio? Alfonso M. Arce estandar No Por estos sencillos errores no ganas masa muscular Alfonso M. ArcePor eso el autoconocimiento se presenta como una de las claves que pueden ayudar a descubrir con qué se disfruta más. «Algunas personas se motivan con actividades como el CrossFit, que promueven un sentimiento de comunidad y pertenencia; y otros conectan más con deportes como el tenis, por ejemplo. Lo importante es que lo que hagamos esté alineado con nuestros valores, carácter y gustos», aporta el experto de Fit Generation ( @fitgeneration.es ).El grupo nos anima a practicar ejercicio aunque no nos apetezca.Y a esto hay que sumar, según recuerda Del Castillo, que la motivación funciona conectada a lo que plantea la llamada «teoría de la auto-determinación» (Ryan, 2000), según la cuál existen tres necesidades psicológicas innatas: la competencia , la autonomía y la relación . La primera de estas necesidades contempla que conectamos más con aquello «que se nos da bien» y con lo que nos hace «sentirnos buenos en algo». En cuanto a la autonomía, lo que puede generar una mayor adherencia es tener libertad para elegir (material, horario, actividad, lugar…). Y si hablamos de las relaciones que se generan con la actividad deportiva son especialmente efectivas aquellas que provocan un sentimiento de tribu o grupo . «El grupo social modela y anima a que cada integrante practique ejercicio, aunque ese día alguno no tenga ganas de moverse ni de hacer nada», comenta Del Castillo. La base de este último aspecto, según plantea el entrenador, es que «resulta más difícil fallar a una persona a la que no quieres decepcionar que a ti mismo». Igualmente eficaz puede ser contar con ayuda profesional, pues son muchos los estudios científicos que demuestran que un entrenador personal cualificado y competente que planifique las sesiones puede ayudar tanto a aumentar la adherencia al ejercicio, como a mejorar los resultados, preservando la salud y la seguridad frente a posibles lesiones.Noticias Relacionadas estandar No Adicción insana al ejercicio y dificultades para detectarla Alfonso M. Arce estandar Si Alimentación Crees que estas 15 cosas adelgazan pero te equivocas: engordan mucho Raquel AlcoleaPor último, Butragueño plantea la necesidad de aprender a marcar las «líneas rojas» que nos ayuden a poner límites a las personas que tenemos cerca que tal vez nos empujen al sedentarismo y así hacerles entender que necesitamos un espacio para la actividad física. «El problema viene cuando es la propia sociedad la que me asfixia para poder gestionar mis horas de ejercicio», alerta. Por eso el experto propone romper con lo que nos daña pensando en esta máxima de Krishnamurti: «No es un síntoma de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma».

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