Rafael de León, el más recordado de los poetas olvidados

Quintero, León y Quiroga no son, como algunos creen, una sola persona. Antonio Quintero , Rafael de León y Manuel López-Quiroga son los autores conjuntos de los textos y la música de un puñado de coplas imperecederas como ‘La Zarzamora’, ‘Francisco Alegre’, ‘Y sin embargo te quiero’, ‘La niña de fuego’, ‘Romance de valentía’ o ‘Capote de grana y oro’. También la mano de alguno de ellos intervino en la creación de ‘Ojos verdes’, ‘Tatuaje’ o ‘A tu vera’. De las letras, habitualmente, se encargaba Rafael de León (1908-1982), un poeta que muchos especialistas adscriben a la Generación del 27, y cuya obra poética ha quedado eclipsada por su popular actividad como letrista.El añorado Santiago Castelo , histórico subdirector de ABC, escribió en el prólogo de la biografía de De León que firma Romualdo Molina : «Rafael de León -sevillano, de 1908- fue marqués del Valle de la Reina, conde de Gómara, amigo fervoroso de García Lorca, homosexual confeso, rompedor de todos los moldes, poeta y autor de canciones… ¿Quién no sabe un estribillo, un verso, hasta una canción entera de ‘el más recordado de los olvidados (y viceversa)’, del autor indisolublemente vinculado a músicos de la talla de Antonio Quintero y el maestro Quiroga?»«Cuesta encontrar a Rafael de León en las genealogías de grandes poetas españoles del siglo XX -ha escrito Jesús Pascual , autor de ‘Querer como las locas. Pasiones maricas ocultas en la copla de Rafael de León’-. Aun siendo uno de los autores más prolíficos de su contexto, poca gente reconoce su nombre ni sabe detalles de su biografía. Quienes han estudiado a fondo su obra a menudo se esfuerzan por reivindicarlo dentro de la generación del 27 en un afán de dignificación, en un empeño por dotar de una cierta categoría las composiciones del poeta; como si se las quisiera limpiar de todas las manchas que ha ido dejando en ellas el manoseo popular. Porque no se recuerda al poeta, pero sí se recuerdan sus palabras».Ahora, la editorial Cántico ha reunido su ‘ Poesía completa ‘ en un volumen editado por Raúl Alonso y Manuel Pimentel. Ambos editores explican que Rafael de León publicó en vida únicamente dos libros: ‘Pena y Alegría del Amor’ (Madrid, 1941) y ‘Profecía’ (Barcelona, 1954) –este último escrito en coautoría con Antonio Quintero–. «Ambos títulos recogen el total de sus poemas. Se publicaron algunos títulos más en aquel tiempo que no aportaron nuevos textos, sino simples selecciones parciales de algunos de los poemas que ya habían aparecido en los dos libros antes mencionados: ‘Jardín de papel’ (Barcelona, 1943), ‘Amor de cuando en cuando’ (Santiago de Chile, 1943) y ‘Romance del amor oscuro’ (Buenos Aires, 1957). A estos se suma la publicación, en la editorial Renacimiento, de una antología titulada ‘Entre el gozo y la pena’.El libro incluye una interesante novedad: tres poemas inéditos que nunca vieron la luz negro sobre blanco. Uno de ellos, ‘ Réquiem por Federico García Lorca ‘, es un sentido homenaje al poeta granadino escrito tras su asesinato: «Lo mataron en Granada,/ una tarde de verano/ y todo el cielo gitano/ recibió la puñalada…» Doña Rosita, Bernarda Alba, Mariana Pineda o Ignacio Sánchez Mejías le lloran en los versos de Rafael de León, que se refería a García Lorca siempre como ‘maestro’. El segundo poema inédito se titula ‘ Romance de la voz en sangre ‘, que habla de una madre que quiere deshacerse del niño que espera. Y el tercero, titulado simplemente ‘ Romance ‘, cuenta una relación amorosa entre un hombre que ha cumplido ya los cincuenta y un joven de apenas veinte años. Alonso y Pimentel elogian la poesía de Rafael de León al decir que «estamos ante un poeta que canta a los sentimientos esenciales y eternos, lo que le abre la puerta de la trascendencia para convertirlo en clásico. Su obra no solo no envejece, sino que renace con fuerza y especial lozanía, ahora que comprendemos, sin juzgarla, su homosexualidad prohibida. Estábamos ante un grande de la poesía».Noticias Relacionadas estandar Si España abre un nuevo Instituto Cervantes en Shanghái Jaime Santirso estandar No ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA Un poeta habla de otros poetas ALFONSO GONZÁLEZ CALERONacido en el número 14 de la calle de San Pedro Mártir, en el centro de Sevilla, el 6 de febrero de 1908, con dos títulos de marquesado y uno de condado. su condición aristocrática le causó problemas con el gobierno de la II República; estuvo encarcelado en la Cárcel Modelo de Barcelona, desde septiembre de 1938 a enero de 1939 bajo la falsa acusación de espionaje y alta traición. Solo la intercesión de autores y amigos suyos como León Felipe o Antonio Machado le libró de la pena de muerte que solicitaba para él el fiscal.’Réquiem por Federico García Lorca’ (Poema inédito)ILo mataron en Granada, / una tarde de verano / y todo el cielo gitano / recibió la puñalada… / Sangre en verso derramada, / poesía dulce y roja / que toda la vega moja / en amargo desconsuelo / «sin paño de terciopelo / ni cáliz que la recoja». / (Por cielos de ceniza / se va el poeta; / la frente se le riza / como veleta. / Toda Granada / es una plazoleta / deshabitada)II«Por el olivar venían, / bronce y sueño, los gitanos». / En la palma de sus manos / como un niño lo traían… / Las mujeres se rompían / los volantes de la enagua, / y el Darro bailaba el agua / en un triste soniquete / que sonaba a martinete / y a cante grande de fragua… / (¡Encended los faroles; / romped el velo; / cantad por «caracoles», / que viene el duelo! / ¡Como una espada, / llevadlo, así, entre «oles» / por su Granada!)IIINo te vayas buen amigo / quédate aquí con nosotros; / están soltando los potros / junto a lo verde del trigo… / Están soñando contigo / temblando de calentura, / gitanas de piel oscura / y brillante cabellera / y hay una boca que espera / morderte labio y cintura… / (Desnúdate deprisa, / que vengo herido; / quédate con la risa como vestido… / Quiero beberte / y que luego dormido / venga la muerte…)IV«Rosa de los Camborios / gime sentada a la puerta» / medio viva y medio muerta / entre paños mortuorios. / A la luz de los velorios, / con pena de jazmín chico, / cual dos palomas sin pico / muestra sus pechos helados, / heridos y acuchillados / lo mismo que Federico. / (¡Que doble, bronce y plata, / la Vela, Vela, / que se ha muerto la nata / de la canela! / Mi bien amado / de limón y ciruela / va amortajado…)V«Ignacio Sánchez Mejías / con toda su muerte al hombro» / sale pálido de asombro / a las barandas sombrías… / Todas las ganaderías / mugen a la misma hora / y en el filo de la aurora, / junto a los bravos erales, / sobre el mar de los trigales, / la brisa también lo llora… / (¡Ignacio, dame el vaso / con el ungüento; / no puedo dar un paso, / ya no me siento! / Quiero abrazarte, / pero me ciega un viento / de parte a parte…)VIDentro de su traje oscuro / te nombra Bernarda Alba… / la tarde pinta de malva / la rosa blanca del muro. / En la calle pisa duro / un caballo sin jinete; / dan en la torre las siete / y Angustias, con voz sombría, / solloza un Ave María / derrumbada en el poyete. / (Por la tapia del huerto / te llamé en vano… / —¡Dime que no está muerto / Pepe, el Romano!— / Ciego de zambra, / con un Ángel gitano / va por la Alhambra…)VII—¿De quién es ese lamento / que sobre la noche rueda?… / —De Marianita Pineda, / que está bordando en el viento… / Con hilos de sentimiento, / a la vez que borda y canta / y con mano fina planta / entre sangrientos jardines / una rosa de carmines / que enjoyará su garganta… / (¿Qué bordas, Marianita, / sobre esa tela? / La flor para una cita / que me desvela… / ¡En seda cuaja / lo que Granada grita / que es su mortaja…)VIII«¡Hijo con un cuchillito / que apenas cabe en la mano», / de tu romance gitano / cortaron la flor del grito! / ¡Ay, qué dolor infinito / de pedernal y de rosa; / voy y vengo como loca / sin que consolarme pueda / porque ni un hijo me queda / para llevarme a la boca! / (Aquel traje de pana / que se ponía… / Aquella faja grana / que se ceñía… / ¡Tanto cuidarlo, / y una flor de canana / para matarlo!).IXDesde su balcón volado, / pálida, triste y mocita, / te llama Doña Rosita, / con el aliento apagado… / Un heliotropo morado / le acuchilla las ojeras / y corta con sus tijeras / adormecidas de herrumbre / su corazón hecho lumbre / por cincuenta primaveras… / (¿Quién cambió los papeles / en el piano? / ¿Quién secó los claveles / de mi verano…? / ¡Ay, qué tormento! / ¿Dónde estás, primo hermano, / que no te siento?)XSobre el hoyo de la cama / donde su flor se le mustia / igual que un río de angustia / una mujer se derrama… / Llama en vano, llama y llama / al hijo que se le esconde… / —¿En qué jardines, en dónde, / hallar mi nardo de esperma…? / Grito preñado de Yerma / al que el hijo no responde… / (¡A la nana, mi niño, / que es madrugada…! / ¡A la nana, cariño, / flor de Granada! / ¡Si yo pudiera / quedarme embarazada / yo te pariera!) XI«Antonio Torres Heredia / Camborio de dura crin», / llora al filo de la media / noche por el Albaicín… / Suena la voz de un muecín / como una fuente delgada, / y desde Sierra Nevada, / una paloma doliente, / baja a besarle la frente / al poeta de Granada… / (¿A dónde vas, amigo, / con tu secreto? / Te llevarás conmigo / voz y soneto… / ¡Cómo gemía / dentro de tu esqueleto / la poesía!)

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