Argentina, ¿experimento correcto?

La semana pasada conocimos los presupuestos argentinos. La previsión de crecimiento era de más de un 5% y esperaban que la inflación se estabilizase en torno al 18%. Para entender estos datos hay que ponerlos en contexto. La economía argentina tras las medidas adoptadas por el nuevo presidente de la república –que básicamente ha recortado toda la inversión pública y rebajado sustancialmente las transferencias a las provincias– ha conseguido en los últimos meses embridar el déficit público –el huevo de la serpiente–. Y tras tamaña gesta lo que prevé el Gobierno es que el crecimiento comience a recuperarse en un entorno de déficit y precios controlados. Ahora, hay que entender que el llegar a este punto ha tenido un coste extraordinario. Se han volatilizado más de siete puntos de PIB. Y la consecuencia ha sido que los argentinos han dejado de preocuparse por la inflación –ya no es su primera preocupación– y lo que ahora más les importa es el empleo. La economía sigue con una crisis enorme pero de naturaleza distinta. Ahora no es un problema de hiperinflación –que es lo más parecido a una economía de guerra en la que todo va muy rápido y hay poco tiempo para pensar las cosas–, el problema es el de una severa recesión en medio de unas instituciones desmoronadas. Noticia Relacionada En España estandar No Mapa de la población extranjera en España Luis Cano El CIS sitúa la inmigración como el principal problema para los españolesLos argentinos a medida que se va asentando el polvo que ha provocado las medidas económicas que se han adoptado se están topando con una nueva realidad económica que es muy distinta desde luego de que la que tenían antes y que no está del todo claro que les vaya a convencer. Llegados a este punto es precisamente esa la gran duda. Aguantarán el tirón los argentinos a la espera de que se corrijan el resto de magnitudes y de que el crecimiento eventualmente coja tracción . O por el contrario no les gusta lo que se están encontrando y van a preferir volver a las atajos habituales que por otra parte se han probado del todo inefectivos. La disyuntiva no es evidente. Seguir penando con la esperanza de que se terminen de enderezar las muchas cosas que se tienen que enderezar o por el contrario volver a dejarse engañar con todo lujo de detalles. A favor de que sigan apretando los dientes está el hecho de que conocen muy bien como los cantos de sirena conducen directamente al arrecife –del que por otra parte no han terminado todavía de salir– y que tienen un presidente con una determinación enorme. De hecho, el populismo de Milei, su histrionismo, ha sido una de las razones fundamentales por las que se han podido poner en marcha las primeras medidas. Cualquier otro político normal no hubiera podido hacer nada parecido. Ahora toca ver si consigue mantener enardecidas a las masas cuando tiene problemas serios para llegar a fin de mes. Se trata de un experimento a seguir de cerca. Su éxito cambiaría el devenir de la Argentina pero no solo.Un mundo idílicoEl informe del Banco de España publicado la semana pasada y que suscitó cierta polémica por la revisión al alza del crecimiento estimado a los pocos días del aterrizaje del nuevo y polémico gobernador merece la pena leerlo con detenimiento. Lo de menos es la polémica porque cualquier persona razonable entiende que el recién llegado poco o nada ha podido intervenir en la cocina de estas nuevas previsiones. El nombramiento fue del todo desafortunado. Un acto de chulería sin límites marca de la casa . Ahora, eso no ha influido en nada en estas últimas revisiones. Veremos que pasa de ahora en adelante y si el flamante gobernador va o no a estar a la altura de tan importante posición. Lo de más son los números de la economía española que trae el informe del mejor servicio de estudios económico que tenemos en España. Básicamente se pueden resumir en dos o tres ideas. La economía española es de las economías europeas que mejor parada ha salido del revolcón del Covid y del periodo de altas inflaciones que vino después. Y lo segundo es que el crecimiento, la inflación y los tipos de interés esperados para los próximos años se mueven en la horquilla del 2-2,5%. Ese es prácticamente un mundo idílico. Ni demasiado frío, ni demasiado caliente. Y que además compara mucho mejor que el de muchos otros países europeos. Con esas proyecciones, lo lógico sería que la economía siguiera creando empleo. Y que el déficit y la deuda pública continuarán embridándose. Si a estos mimbres le sumáramos unas políticas económicas razonables, el alcance de la transformación podría ser extraordinario. Hasta ahora, el viento de cola de estos dos o tres últimos años se ha desaprovechado clarísimamente para acometer las reformas estructurales que arrastramos desde hace demasiado tiempo . No parece que se den las circunstancias por las que estas se den en el próximo futuro. La oportunidad perdida es algo que siempre perseguirá a este gobierno en materia económica. Lo único que queda es desear que pase pronto y que los que lleguen estén a la altura de su enorme responsabilidad, algo que, desde luego y visto lo visto, no podemos dar por hecho.La Fed envidaEl mercado no malinterpretó el movimiento de la Reserva Federal de la semana pasada ni medio minuto. El recorte de medio punto acompañado de las palabras de su presidente en las que enfatizaba que probablemente sea mejor prevenir que curar fueron muy bien acogidas. La posibilidad de que la Fed esté viendo peor las cosas de lo que realmente son, lo desmienten los datos económicos que se conocen diariamente . La economía se está desacelerando pero sin dramatismos. De hecho cuando no hay problemas de deuda privada ni burbujas que afecten a activos importantes no se dan las circunstancias para recortes muy pronunciados. La justificación de la mayor bajada de lo que se esperaba probablemente haya que buscarlo en otro sitio pero no en la economía. Importa recordar que se trataba de la última reunión antes de las elecciones presidenciales americanas del próximo mes de noviembre. Y a partir de ahí, todo lo demás es terreno abonado para las especulaciones. Y aunque las teorías de Trump suelen ser disparatadas, la que respecta a la mayor bajada de tipos de interés de lo esperado puede que tenga su ángulo. El expresidente republicano tras la decisión de la Reserva Federal acusó a sus miembros de tratar de favorecer con este movimiento los intereses de la candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala. Hay que recordar que era precisamente Trump quien recomendaba bajadas de tipos antes y más fuertes hace unos meses. Lo que pasa es que ahora lo que ha cambiado ha sido la intención de voto. Antes era el republicano quien tenía las encuestas a su favor y ahora las cosas se han dado la vuelta y aunque sigan empatadas, si le dan opciones a la candidata demócrata. ¿Puede que los miembros de la Reserva Federal se hayan dejado influir por esta circunstancia política y que ahora que el viento sopla algo más a favor del partido demócrata estén dispuestos a hacer un esfuerzo para que el mercado no empañe la remontada de Kamala? Puede. ¿Puede que cuando Trump tenía todas las de ganar los miembros de la Reserva Federal frenaran las subidas para que una eventual zozobra en el mercado pudiera truncar el ascenso de la bestia rubia? Puede. Por poder, puede ser. Pero no parece verosímil. Y desde luego nunca nos vamos a enterar.En cualquier caso algunos nos alegraremos mucho de que en primer lugar el mercado no se lo tome mal. Y después de que la vicepresidenta Kamala llegue a presidenta. No tanto por la economía o los mercados, sino por decoro.

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