El reequilibrio de fuerzas en Telefónica y el relevo de Ribera agitan La Moncloa
Las cosas no pasan por lo que son sino por lo que parecen. Las cosas se juzgan por sus chaquetas y nada mejor que una red social para aparentar y crear estados de opinión. Esta semana han estado en Madrid los saudíes de STC , a la espera de poder controlar de inmediato casi un diez por ciento de Telefónica . Lo que en apariencia era una visita privada, de trabajo, sin presencia alguna en la agenda pública del Gobierno, terminó convirtiéndose en un carrusel noticioso en las redes de los ministros Oscar López y Carlos Cuerpo, como si alguien estuviera empeñado en que se supiera que tan selecto grupo inversor había hecho parada y fonda en la capital de España. La misma técnica que aplicaron con Edmundo González paseando con Pedro Sánchez por los jardines de La Moncloa, como si fuera alguien que pasaba por allí, se empleó después con los visitantes de STC para dar qué hablar a los medios y, probablemente, d ar rienda suelta a interesadas especulaciones. Lo único cierto es que hace más de un año que dijeron haber puesto un pie en la operadora española y, a día de hoy, nada se sabe de ellos. Por si acaso, los ministros hicieron el quite por colleras y oficializaron vía X lo que visualmente parecía la firma de un divorcio contencioso en una película americana. O una custodia compartida. Quién sabe.Lo cierto es que los árabes siguen esperando una luz verde que no termina de llegar en Consejo de Ministros y que mientras tanto ya no se conforman con morder ese 9,9%. Ahora aspiran al 12% e incluso el 15%, como adelantó ABC estos días atrás . Una imagina a López y a Cuerpo, y el cuerpo que se les quedaría a ambos, si tuvieran que decirle al poderoso inversor saudí eso de «va a ser que no». Mucho mejor compartir un tuit y que cada uno saque sus conclusiones. Deben ser cosas de eso del Gobierno de todos. El asunto mollar es lo que denominan el «reequilibrio de fuerzas políticas» en el Consejo de la operadora , que afecta al resto de accionistas y que, toda vez, que STC va a exigir consejero obligará a hacer jeribeques para compensar hombres con mujeres, dominicales con independientes y, sobre todo, participaciones en el capital social. Si STC cumple lo de llegar al 15% , ¿qué hará entonces el mismo Gobierno que justificó su entrada en Telefónica con el dinero de todos para evitar que una empresa de otro país se convirtiera en su accionista de referencia? Y entonces ¿el resto de accionistas? Un jaleo que quizás pueda resolverse audazmente con otro mensaje en redes: un tuit de gatitos desde la cuenta de la vice Yolanda Díaz. Porque, ya se sabe, las cosas agradables ha de hacerlas uno mismo, pero las desagradables es mejor que las hagan otros por ti.Desde los árabes de STC y la historia de cómo un mal menor abre la puerta a otros mayores pasamos ahora a los cuentos de las mil y una noches de La Moncloa, donde vuelan las dagas y se pasan al cobro viejas rencillas. Despachado digitalmente Óscar López, ahora todas las miradas apuntan a Manuel de la Rocha , fontanero económico de postín del sanchismo al que algunos han debido de tomar por un pichón tentándole con la vacante que deja la comisaria Teresa Ribera. A otro perro con ese hueso, seguro pensará quien bien sabe que en un gabinete cuyo poder se mide por el acceso al tiempo presidencial se manda más desde el despacho contiguo al del jefe que desde las lejanas paredes de cualquier Ministerio. Habrá que esperar, porque junto a De la Rocha aparecen otros nombres de la casa como Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía; Joan Groizard, director general del IDAE; o, Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, si bien la opción más conveniente para el partido es Juan Espadas , que dejaría libre el liderazgo del PSOE-A para lanzar una renovación de cara a las elecciones andaluzas de 2026.En las quinielas, también se baraja la opción de la veteranía, con la figura de Cristina Narbona sobre el tapete , ministra de Medio Ambiente con José Luis Rodríguez Zapatero y actualmente presidenta del PSOE y de la Comisión de Transición Ecológica del Congreso; si bien podría primar la opción de alguien con experiencia autonómica/local, como Olga García, exconsejera de Transición Ecológica en Extremadura, y con el ‘know how’ suficiente y adecuado en asuntos energéticos o Inés Rey, alcaldesa de La Coruña, no especializada en el tema aunque su nombre se incluyó en algunas quinielas antes del verano. Mientras, mirando al sector empresarial, algunos apuntan a Arturo González, CEO de Enagás o a Beatriz Corredor, presidenta de Redeia. Nos enteraremos en breve. Aunque ¡cualquier día nos enteraremos por redes sociales del Gobierno de si Venezuela es o no una dictadura y hasta quién prestó esas casas en Cádiz y Madrid para gestar el ominoso plan de regeneración democrática con el que marcar a jueces y periodistas.