Antonio Canales: «Ha llegado la hora, me retiro en 2025»
Antonio Gómez de los Reyes es desde hace casi cincuenta años Antonio Canales para el flamenco. El baile de este sevillano nacido en Triana ha marcado una época del flamenco del siglo XX y XXI y forma parte de los grandes renovadores de un arte que a él le venía casi de familia, y en el que ha desarrollado su vida. No siempre Antonio Gómez de los Reyes y Antonio Canales han sido uno, pero, como buen luchador, ha renacido como el Ave Fénix una y otra vez. Ahora, en su tierra, se confiesa sin secretos.— Canales, usted cuando viene a Sevilla siempre dice que llega con ilusión, contento, pero con casi miedo.— Es que esta es mi tierra y es mucho Sevilla, y la Bienal. Bueno yo he hecho de todo en la Bienal, he presentado mis espectáculos, he bailado con otros compañeros… De todo, y la Bienal ha sido y es como mi casa.— Este año actúa el día 20 de septiembre en la Bienal en el Real Alcázar con El Pele y Juan Antonio Rodríguez.— Es una obra de tres artistas que somos muy temperamentales, así que a veces cuesta ajustar, pero lo hemos conseguido. En cualquier caso, lo que más ilusión me hace es que es la primera vez que bailo en el Real Alcázar. ¿Habré bailado yo veces en Sevilla? Pues nunca en el Alcázar, quiero sentir lo que es estar allí. Va a ser bonito.— Déjeme que le diga que se le ve más tranquilo y que incluso ha cambiado físicamente.— Sí, estoy muy bien. He tenido alguna decepción, que no desengaño amoroso, en los últimos meses, pero eso es la vida. Ahora, con 62 años que tengo, todo se ve desde un punto de vista diferente, con más sosiego. Y sí, me estoy cuidando mucho, mi cuerpo es mi instrumento de trabajo y salgo a correr todos los días, como sano, en fin, que me cuido mucho.— Durante muchos momentos de su vida eso no ha sido así, incluso muchos se preocuparon por su salud.— Lo sé, he sido mi peor enemigo. Antonio Canales y Antonio Gómez de los Reyes han estado enfrentados como dos locomotoras, pero ya no, eso se acabó. Yo sé que he preocupado a mucha gente porque era un desastre, creía que la juventud duraba siempre, y no es así, luego los excesos pasan factura. Eso se acabó. Lo que más lamento es haber hecho daño y preocupado a la gente que me quiere, por eso ahora intento compensarles lo más posible.— Ha hecho de todo, bailar, coreografiar, cine, e incluso estuvo en ‘Supervivientes’, un reality…— Sí (se ríe), eso fue que me llamaron y me llevaron a Valencia, me invitaron a una paella y me dijeron: «Queremos que estés en ‘Supervivientes’». Primero dije que no, pero es que me ofrecieron tanto dinero, tanto, que no era rechazable. Con eso hice una buena hucha y no sólo con este programa, sino con los que me salieron después. Iba de tertulia en tertulia, de programa en programa de Telecinco. Mi hija Sara que me llevaba la contabilidad, decía: «Papá, está entrando muchísimo dinero». Hasta ella se asombraba.— ¿Le sirvió para algo esta peculiar experiencia?— Fue algo tremendo. Hice de todo. Me tiré de un helicóptero al mar sin saber nadar. Estuvieron días antes enseñándome en una piscina. Perdí 22 kilos y me enfrenté a algunos de mis demonios. Sí, sí me sirvió. Teníamos una palabra clave para cuando no podíamos más, pero allí hay detrás de las cámaras un equipo médico, y si te pones malo, te meten una inyección y sigues. Llegó un momento en que dije basta.— Y quiso volver a lo suyo.—Sí, claro. Yo decía: «¿Qué haces, Canales, en estos programas y realities?, esto no es tu vida, lo tuyo es el baile». Había trabajado mucho para ser bailaor y coreógrafo, mucho, la gente no imagina cuánto se pasa en este oficio. Así que volví al baile sin más, no me dedico a otra cosa, el baile en primera persona.— ¿Alguna vez se ha preguntado hasta cuándo?— Sí, sí lo he hecho, y lo voy a decir aquí por primera vez. En el año 2025 me retiro. Tengo 62 años, haber llegado hasta aquí bailando es de titanes. Mi mente me pide seguir, pero mi cuerpo dice otras cosas.— ¿Seguro que se retira?—Sí, sí, no hay vuelta atrás, ha llegado mi hora. Estoy preparando una gran gira por España e internacional con un espectáculo que se llamará ‘Fin de Fiesta’, y en el que voy a contar con grandes invitados que han formado parte de mi vida. Esa será mi despedida. No lo había anunciado hasta ahora, pero ya está.— ¿Va a echar de menos el baile?—No, no, porque yo voy a seguir en el baile, eso seguro, pero ya en calidad de coreógrafo. Por ejemplo ahora el Ballet Nacional lleva mi obra ‘Grito’. Me gustaría asesorar a gente joven como hago ahora en ‘Tierra de Talentos’ con Manu Sánchez, ayudarles, como a mí me ayudaron maestros como Granero o como Antonio Gades. Seguiré con mis conferencias, clases, como ahora en Sevilla, montando bailes, me gustaría ser asesor de un festival, como ocurre en el extranjero con los bailarines que asesoran a los directores en las programaciones. Tengo muchísima actividad y afortunadamente no me faltan las ofertas.— Ha mencionado a Granero y Gades, ¿han sido importantes en su vida?— Fundamentales. Si pienso en mis maestros, son ellos. El maestro Granero me pilló muy jovencito en el Ballet Nacional, siempre me decía que antes que bailaor había que ser persona y que mirara de frente cuando hablase con alguien. Era el pundonor en el baile. Y Gades, bueno, yo estuve doblándole meses. En los ensayos con Carlos Saura decía: «Ponte ahí, Antonio», y hacía sus bailes para las luces y cosas así. Tenía mucho genio, pero conmigo fue un ser humano excepcional, aprendí muchísimo de él.— Antonio Canales ahora es abuelo y tiene tres nietos.— Ley de vida, parece mentira, de mi hijo Antonio, y ha llegado hace poco el Antonio número cuatro de mi familia. Estoy deseando ir a Estados Unidos a conocerlo, que es donde viven. Tengo dos nietas y un nieto.— ¿Su vida ha sido buena?—Sí, con sus luces y sus sombras, aunque a veces hayan sido grandes sombras, pero como todos, eso sí, tengo a mis hijos, a mis nietos y mi baile. ¡Qué mas puedo pedir! Sólo me queda pedir perdón a los que herí.