La extrema derecha y los conservadores rompen las negociaciones para formar gobierno en Austria
Desde la celebración de las elecciones, el pasado mes de septiembre, ha resultado imposible la formación de Gobierno en Austria. Primero un tripartito intentó negociar una coalición que evitase llegar al gobierno a la extrema derecha liderada por Herbert Kickl , el FPÖ, pero no llegaron a un acuerdo. Después Kickl recibió finalmente el mandato de formar gobierno e inició conversaciones con los conservadores del ÖVP, que lograron un rápido consenso de austeridad presupuestaria, para evitar las sanciones de Bruselas por la excesiva deuda, pero que encallaron después en el reparto de ministerios. La exigencia irrenunciable del FPÖ de la cartera de Interior había causado una alerta de los servicios de Inteligencia del país, que en un informe filtrado a los medios advertían que podría poner en peligro la seguridad interna, la colaboración con servicios de inteligencia de países aliados y tener un impacto negativo en la contrainteligencia austriaca, por representar el FPÖ una posible «puerta de entrada para las potencias extranjeras». Esta información ha sido decisiva para el líder del ÖVP, Christian Stocker, que se ha levantado de la mesa tras hacer una última propuesta que separaba, dentro de las competencias de Interior, la inmigración de las fuerzas de seguridad y cuerpos de inteligencia. Kickl la rechazó y sentenció así las conversaciones. También los ministerios de Exteriores y Finanzas causaron tensiones en unas negociaciones que finalmente han sido suspendidas hoy miércoles. Con la esperanza de evitar una repetición de las elecciones, el presidente de Austria, el verde Alexander van der Bellen , ha anunciado que llamará a consultas de nuevo a todos los partidos políticos con representación parlamentaria, en desesperada búsqueda de una combinación de siglas.Noticia Relacionada estandar Si La extrema derecha austriaca pide unidad a los conservadores y que «no haya trucos» Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín Las negociaciones para formar gobierno serán en secreto y con pequeños gruposTanto el Partido Socialdemócrata (SPÖ) como los liberales Neos, con los que fracasó el primer intento de gobierno liderado por los conservadores del ÖVP, vuelven ahora a tender la mano volvieron a tender la mano. «Sentémonos juntos. Busquemos soluciones«, ha propuesto en X el líder del SPÖ, Andreas Babler. El líder del SPÖ de Viena, Michael Ludwig, ha formulado también la propuesta. Desde los Neos, Beate Meinl-Reisinger se ha mostrado abierta a nuevas conversaciones. »Hay alternativas a esta tiranía del FPÖ«, ha sugerido, delimitando que el SPÖ tendría que »moverse hacia el centro«. El ÖVP también parece estar abierto de nuevo al tripartido. «Por supuesto, todavía estamos preparados para asumir la responsabilidad«, ha dicho Christian Stocker, en su primera comparecencia tras el colapso de las negociaciones. Un retorno a la antigua »gran coalición« entre el ÖVP y el SPÖ también es una opción, aunque sólo tendría una mayoría muy estrecha en el Consejo Nacional que podría ser apoyada en el parlamento, al menos en algunos puntos, por los Neos y por el líder del Partido Verde, Werner Kogler, que preferiría la participación en el gobierno pero se ofrece en esta variante, «no para todo, pero se puede distinguir un arco de asuntos en el que se de ese apoyo».Al punto de partidaAustria vuelve así al punto de partida, que podría desembocar en una repetición de elecciones. De celebrarse hoy y según varias encuestas, Kickl volvería a ganar con el 34% y el resultado apenas variaría tampoco para el resto de los partidos, por lo que la política austríaca se encuentra en un escenario de estancamiento y parálisis. Kickl, en la misma entrevista con el presidente van der Bellen en la que le ha comunicado el fracaso de las negociaciones, se ha manifestado a favor de la repetición de elecciones, pero deberían transcurrir al menos tres meses desde la convocatoria, por lo que no serían posibles antes de mayo o junio.Aunque no sería una novedad en la historia de Austria, queda una solución inusual: un gobierno en minoría, es decir, una constelación en la que los partidos gobernantes tienen menos de la mitad de los mandatos del Consejo Nacional. Teóricamente, el FPÖ podría constituirlo, pero en la práctica es imposible porque podría ser depuesto por la oposición en cualquier momento. Van der Bellen no descarta recurrir a otro modelo ya probado, un gobierno de expertos. Sin embargo, el canciller tecnócrata también necesitaría el apoyo del Consejo Nacional para no ser expulsado de nuevo del cargo por una moción de censura y solo valdría como solución temporal y a corto plazo.