La mayoría progresista del Parlament acusa a Junts de resquebrajar el cordón antifascista por su tibieza hacia Aliança Catalana
Hace dos legislaturas que, salvo el PP, las formaciones con representación en la Cámara catalana se han conjurado para bloquear la actividad parlamentaria de la ultraderecha. En el anterior periodo, el veto a Vox funcionó sin problema. Sin embargo, la llegada, desde el año pasado, de la formación ultra independentista Aliança Catalana ha añadido turbulencias al acuerdo, que se amplió entonces para que también incluyera a este partido. La decisión de Junts, la semana pasada, de abstenerse en una propuesta del partido de Sílvia Orriols es vista por casi todos los partidos como un incumplimiento y piden a la formación que lidera Carles Puigdemont menos tibieza. Junts niega que haya roto el cordón y ven una campaña en su contra por la negociación del traspaso de competencias en inmigración. De fondo está el futuro del Ejecutivo municipal de Ripoll, a la espera de si una suma alternativa desbanca finalmente a Sílvia Orriols, líder de Aliança Catalana (AC).