El plan de Trump para expulsar a los gazatíes amenaza a la marcha del acuerdo de alto el fuego

Tras apuntar a Groenlandia o el Canal de Panamá, Donald Trump aprovechó la visita de Benjamín Netanyahu a la Casa Blanca para sumar Gaza a la lista de sus objetivos en política exterior y dejar a la región en estado de shock. El presidente estadounidense planea que Estados Unidos se haga cargo de Gaza y expulsar a sus dos millones de habitantes a Egipto y Jordania para para convertir la Franja en la «Riviera de Oriente Medio». Un Netanyahu sonriente agradeció estas «ideas frescas» del «mayor amigo de Israel que ha habido en la historia de la Casa Blanca». Estaba previsto que el encuentro sirviera para aclarar la puesta en marcha de la segunda fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza, pero queda todo en el aire tras conocer los planes futuros de Estados Unidos. La segunda fase es clave para la liberación de todos los rehenes que quedan en manos de Hamás y asentar las bases del alto el fuego definitivo y la retirada israelí, y ahora ha quedado en el aire. Hamás reaccionó de manera inmediata y dijo que se trata de «una receta para crear caos y tensión en la región» y adelantó que los gazatíes no permitirán que esto ocurra. Los islamistas tendieron la mano a Trump para un dialogo directo, pero saben que no tienen grandes alternativas porque el bloqueo de Israel por tierra, mar y aire es total y sin la luz verde del enemigo es imposible reconstruir una Franja arrasada por 15 meses de bombardeos. En una conversación mantenida con este medio, el doctor Bassem Naim, alto cargo de Hamás, advirtió de que «las inaceptables declaraciones de Trump pueden amenazar con socavar o no completar el acuerdo en sus tres etapas». El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, se opuso a la propuesta de Trump y recordó que Gaza es «parte integral» del Estado palestino.Noticia Relacionada Su idea: expulsar a los palestinos y explotar la zona para turismo estandar Si Nuevo giro al expansionismo de Trump: de Groenlandia a la ‘Riviera’ de Gaza Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva YorkRechazo saudíNada más concluir la explosiva rueda de prensa de Trump en Washington, Arabia Saudí emitió un comunicado para «reafirmar el rechazo inequívoco de cualquier violación de los derechos legítimos del pueblo palestino… incluidos los intentos de desplazarlo de su tierra». Los saudíes señalaron que no habrá normalización de relaciones con Israel si no hay antes el reconocimiento de un Estado palestino, algo que parece cada día más alejado de la realidad. Consultado por la negativa de los saudíes, Trump dijo que no es cierto que pidan la creación de un Estado palestino y que sólo desean la paz. Respecto al rechazo frontal de Egipto y Jordania a acoger a los 2 millones de gazatíes, el magnate aseguró que no podrán decirle que no. Hay dos versiones contradictorias sobre la mesa y pronto se aclararán las dudas porque durante este mes el rey Abdalá y el presidente Abdelfata Al Sisi seguirán los pasos de Netanyahu y visitarán a Trump en Washington. Una de las dos partes miente, pero hay que tener en cuenta que Amman y El Cairo son los mayores receptores de ayuda y armas de Estados Unidos en la región, sólo superados por Israel. Los ministros de Exteriores de Jordania, Egipto, Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos enviaron una carta al secretario de Estado, Marco Rubio, para mostrar su rechazo a la expulsión de los palestinos. La respuesta del dirigente de origen cubano fue a través de X con el siguiente mensaje: «Gaza DEBE ESTAR LIBRE de Hamás. Estados Unidos está listo para liderar y hacer que Gaza vuelva a ser hermosa. Nuestra búsqueda es la de una paz duradera en la región para todas las personas».Felicidad en IsraelPolíticos de la oposición en Israel como Benny Gantz calificaron el plan de Trump de «creativo, original e interesante». Los ministros del actual gobierno se mostraron exultantes. «Esto es lo que sucede cuando dos líderes valientes se encuentran», apuntó la ministra de Transportes, Miri Regev. El ministro de Energía, Eli Cohen, escribió en su perfil de X que es una «mañana histórica para el Estado de Israel, Medio Oriente y el mundo». El presidente de la Knesset, Amir Ohana, lo describió como «el amanecer de un nuevo día». Otros ministros como el de Exteriores, Gideon Sar , comenzaron a aplicar eufemismos a la «limpieza étnica», como lo definió la relatora de la ONU Francesa Albanese, planteada por Trump a la que disfrazaron de «migración voluntaria». El responsable de Trabajo, Ze’ev Elkin, declaró a la cadena pública Kan que cree que los gazatíes aceptarían reubicarse si se les presentara un «plan de rehabilitación adecuado en algún otro lugar del mundo».El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, recordó a Trump y sus aliados israelíes que «toda deportación o traslado forzoso de personas desde un territorio ocupado está estrictamente prohibida (…) El derecho internacional es muy claro, la autodeterminación es un principio fundamental y debe ser protegida por todos los Estados, como la Corte Internacional de Justicia ha subrayado recientemente». Las palabras de la ONU no llegan a la Casa Blanca que ha aprovechado la visita de Netanyahu para retirar a Estados Unidos del Consejo de Derechos Fumanos del organismo internacional y congelar el envío de fondos a la UNRWA, agencia de la ONU para los refugiados palestinos a la que Israel etiqueta de «organización terrorista».

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