«Los alumnos le llamábamos el ‘Valdi’ y sus clases eran diferentes»
No le sale la voz y dice que casi no se podía levantar de la silla porque se había quedado traumatizado por la noticia del fallecimiento de Enrique Valdivieso y de su esposa Carmen Martínez . José Fernández López , catedrático de Historia del Arte de la Hispalense ha estado toda la vida junto a Enrique Valdivieso, incluso antes de conocerlo o de pensar que iba a ser alumno suyo.«A los dieciséis años mi madre me preguntó: ¿Qué quieres de Reyes? Y yo le dije que quería un libro de la Catedral de Sevilla, pensando en el libro de Alberto Villar Movellán , porque no conocía otro. Mi madre fue a comprarlo y va y me regala el catálogo de pintura de la Catedral de Sevilla de Enrique Valdivieso , que por cierto fue el primer libro que escribió en Sevilla. Así recuerdo mi primer contacto con él, fue como una premonición. Y lo tengo ahí y por cierto nunca me lo dedicó, aunque él sabía que fue mi primer libro suyo».José Fernández ha tenido una enorme relación con el profesor Valdivieso, ese sevillano de Valladolid. «Al terminar la carrera hablé con él para que dirigiera mi tesis, que fue ‘La pintura de historia en Sevilla del siglo XIX’ . Fue mi profesor en tercero en Historia del Arte 2 y luego en Historia del Arte Contemporáneo. Tuve con él una relación de clase, pero luego también de mucha amistad».Una relación de amistadRecuerda este catedrático que siendo decano de la Facultad, «a la una y media, cuando podíamos, Enrique iba a buscarme para tomar la cervecita del medio día a la Moneda y allí hacíamos tertulia . Y después con su mujer, Carmen, que era una persona estupenda, amable y cariñosa, y de la que tengo la mejor de las opiniones. Hemos ido juntos de viaje los dos matrimonios. Estuvimos en Roma, Florencia y Venecia, donde fuimos a una exposición en la que colaboramos varios y que llevaba Arsenio Moreno , que fue alcalde de Úbeda y luego director del Bellas Artes».José Fernández López tiene en la mente otras fechas de viajes de las dos parejas. «Nos pilló en Lisboa el nacimiento de la princesa Leonor y comentamos el hecho histórico. Estábamos los cuatro de viaje. Y también fue un viaje precioso el que hicimos con los alumnos a Estambul, es decir, que éramos muy cercanos aparte de la universidad».Dice igualmente este catedrático que era una persona muy inquieta. «Decían que era muy despistado, pero no, era muy trabajador. T enía sus horas de trabajo y esas no las perdonaba ningún día . Yo echo de menos aquella época, ahora que en la Universidad se hacen las cosas de otra manera y la gente no va tanto a los despachos y trabaja con la informática desde casa. Enrique iba a su despacho de la Universidad de lunes a viernes de diez a una y de cuatro a ocho de la tarde . Eso lo he vivido yo con él, como profesor y como decano».Las épocas de clase del profesor Valdivieso también tienen un espacio en su memoria sentimental. «Los alumnos le llamábamos Valdi. En mi época y después. A mí me paraban por la Universidad y te preguntaban: ¿Cómo está Valdi? y era desde el cariño y la admiración. A el no le molestaba para nada, al contrario, le hacía gracia. Sus clases eran diferentes. Explicaba la historia del Arte de otra manera y sus clases se llenaban siempre, sobre todo la Historia del Arte 2, era tremendo. Él explicaba Arte Contemporáneo y al final explicó también el barroco. Es curioso porque los que nos hemos dedicado a la historia de la pintura al final terminábamos explicando arte contemporáneo».A pesar de sus muchos estudios sobre Murillo, su pintor preferido era Valdés Leal . «Él era más de Valdés. A Enrique le fascinaba la expresividad y la intensidad de Valdés. Su primer monografía no fue sobre Murillo, sino sobre Valdés en el año 1988».José Fernández y Enrique Valdivieso compartían otras pasiones. «Enrique tuvo una época en la que coleccionó postales de su ciudad natal, Valladolid , y quedábamos para ir al mercadillo de la plaza del Cabildo. Yo compraba postales de la Semana Santa de Sevilla anteriores a la Guerra Civil y también de Triana. Nos dedicábamos a buscar esas postales. A Enrique también le dió una época por coleccionar pesetas».Un gran amante de los bolerosRecuerda igualmente el profesor de la Hispalense lo que le gustaban los boleros a Valdivieso. «Incluso llegó a tener un programa en la radio con María Esperanza Sánchez . Le encantaban los boleros y sabía mucho de autores y de canciones, y se pasaban ambos una hora hablando de boleros». Enrique Valdivieso vivió y estudió en Madrid e hizo sus pinitos como actor en los grupos de teatro del TEU . «En sus años jóvenes actuó con el TEU y fue compañero del actor Ramiro Oliveros , que ha fallecido que y fue marido de Conchita Márquez Piquer . Además, tenía en su casa una foto de un obra de teatro de un Estudio 1 de TVE donde aparecía él como actor secundario». También compartían otras pasiones, en este caso las del fútbol. «Sin ser los dos muy futboleros, sufríamos, sí, sufríamos. Enrique por el Real Valladolid y yo por mi Real Betis, pero era una cosa privada, exteriormente no hablábamos de fútbol, pero entre nosotros sí».José Fernández es catedrático de Historia del Arte de la Hispalense desde hace 16 años. «Enrique Valdivieso fue presidente de mi tribunal». También fue decano y director del departamento de Historia del Arte. Cuando Enrique se jubiló, yo, que había sido su alumno, era el director del departamento».Por otra parte, dice sentirse sucesor del profesor Valdivieso . «Somos diferentes, pero eso es bueno, hemos colaborado y trabajado juntos en exposiciones, e hicimos juntos el libro ‘La pintura romántica sevillana’ . Y sí, él me enseñó muchísimas cosas. He publicado mucho sobre los pintores del siglo XVI, XVII, XVIII y Enrique presentó el último libro sobre Pedro de Campaña. Ahora me quedan los recuerdos y los momentos buenos. Hemos pasado momentos difíciles, pero quedan los buenos, la verdad. Toda una vida».Pero José Fernández no quiere cerrar esta conversación sin recordar algo importantísimo del profesor Valdivieso, la docencia. «Hay que resaltar el aspecto docente de Enrique, la cantidad de alumnos que hablan maravillas de su profesor. Ha dejado un legado increíble . Sus alumnos lo admiraban muchísimo. Eso sí que es su gran legado, el cariño y la admiración con la que hablan sus discípulos, sobre todo en esta sociedad donde se trata al docente de forma despectiva. Hay destacar este aspecto docente de Enrique, su legado es muy importante y emocionante», concluye.