Betis – Athletic, del huerto a la mesa

El otro día vi por primera vez, y seguro que por última, ese reality gastronómico que se ambienta en una especie de 13, Rue del Percebe, el cómic seriado de mi tocayo Francisco Ibañez, que tantas risas nos procuró. Copia de copia, lo más original de él, aparte de concursantes que bien podrían pasar con nota el casting de «Campeones 3», de Javier Fesser, es la estratificación del escenario en el que se desarrollan las pruebas: un sótano, un primer piso y un ático. Futbolero como soy, no pude evitar la comparación con la clasificación actual de la Liga, en que del cuarto clasificado y con plaza Champions, o sea en el ático, el Athletic de Bilbao, al Real Betis, en el primer piso, hay sólo un punto menos que de los verdiblancos al Valladolid, en el desagüe del sótano.Y es el del ático el que baja al primer piso esta semana para visitar a los hombres de Manuel Pellegrini, al que muchos de los que ahora critican echarán de menos cuando no esté. Veremos qué tal guisan y emplatan mañana el chileno y su colega Ernesto Valverde, del acreditado Basque Culinay Center. Ambos llegan irregulares en los fogones. El bético, obligado a cocinar con ingredientes poco habituales en su despensa, lo que le lleva a arriesgar en los menús, y el rojiblanco, a expensas de lo que le mandan sus proveedores, no siempre frescos y consistentes. Y así les va: uno, en crisis, al que el sabroso e inesperado postre de Mallorca no le salvó de la crítica de los comensales y, el otro, sirviendo alegrías y decepciones, en invariable alternancia, cada jornada en que abre el negocio.Anda el beticismo más ilusionado con el futuro que con el presente, a la vista de lo que germina en su huerto. Jesús Rodríguez, Pablo García y Ángel Ortiz, junto a otros brotes más tiernos, prometen mucho y Pellegrini les va haciendo sitio al tiempo que trata de desembarazarse de aquello con fecha de caducidad muy próxima. Pero el presente exige que las espaldas en la que recaigan la responsabilidad de los resultados no sea la de ellos, sino en la de sus hermanos mayores. Sin excusas.

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