Karen Ward (JP Morgan AM): “Si Europa mantiene su regulación medioambiental y la obsesión con el déficit será difícil competir con EE UU y China”

Hacer previsiones económicas y financieras es hoy, más que nunca, un deporte de riesgo. Aun así, los inversores necesitan alguna hoja de ruta que les sirva para navegar en este entorno tan volátil. Y en esa búsqueda de brújulas, Karen Ward (Southampton, Reino Unido, 1980) es un referente de prestigio. Y lo es por un doble motivo. El primero es que es la estratega jefe de JP Morgan Asset Management para la región EMEA, que comprende Europa, Oriente Próximo y África. Esta firma, filial del gigante bancario estadounidense, es una de las mayores gestoras del mundo con activos valorados (datos de septiembre pasado) en 3,5 billones de dólares. Además, su experiencia profesional la ha llevado a conocer las dos caras del mundo financiero: ha trabajado tanto en el sector privado —antes de unirse en 2017 a JP Morgan AM fue banquera de inversión en HSBC durante una década— como en el público — sus comienzos fueron como analista del Banco de Inglaterra y luego fue consejera del ministro de Economía británico durante el Brexit—.

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Atentos al año de la serpiente

EE UU o, mejor dicho, Donald Trump acapara todos los focos mediáticos desde su aplastante vitoria electoral en noviembre pasado. Sin embargo, los gestores de fondos y los analistas siguen también muy de cerca todo lo que ocurre en la otra superpotencia. China lleva años sufriendo una desaceleración de su crecimiento. Sin ir más lejos, las previsiones que publicaba hace unos días el propio Fondo Monetario Internacional certificaban ese lento declive. Los economistas del organismo auguran que China creció solo un 4,8% en 2024, y pronostican un avance del PIB del 4,6% y del 4,5% en 2025 y 2026, respectivamente.
A pesar de este sombrío panorama, Karen Ward se muestra relativamente optimista sobre el desempeño de China en 2025, un ejercicio que acaba de comenzar según su calendario bajo el símbolo de la serpiente. “China tiene que asumir que su modelo de crecimiento basado en las exportaciones no es lo que quiere el resto del mundo. Ni EE UU ni Europa están por la labor de importar productos chinos a precios bajos. Por lo tanto, el Gobierno chino tiene que reparar su economía doméstica”, señala la estratega jefe de JP Morgan AM.  “Los estímulos aprobados durante 2024 tuvieron unos efectos un tanto decepcionantes y han resultado ser insuficientes. Pero no me sorprendería que Pekín estuviera guardándose una carta mayor con la que jugar este año. Ellos saben que se enfrentan a un escenario de grandes titulares comerciales con Trump y sería inteligente en medio de esa polémica anunciar un megaplan de estímulos para contrarrestar las amenazas arancelarias de EE UU”, añade.
Ward es consciente de los desequilibrios del modelo chino, pero también destaca las herramientas que tienen para corregirlos: “Es verdad que tienen que arreglar su mercado inmobiliario porque la riqueza de las familias está ligada en gran medida al valor de los pisos y, si estos caen, el consumo interno se resiente. Y creo que en una economía tan dirigida con la China pueden hacerlo con la ayuda del Banco Central”, concluye la experta de la gestora estadounidense. 

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